Pronostican 10 años de recesión en Europa ( Ken
Rogoff académico de Harvard ) extraído del
diario El País
La UE se sumerge en la recesión
http://economia.elpais.com/economia/2013/02/14/actualidad/1360829543_852608.html
La
economía europea profundiza su caída hasta el 0,6% en el último trimestre
La
austeridad castiga ya a Alemania y al resto de grandes países de la eurozona
Francia
reconoce que no podrá cumplir el déficit del 3% este año
CLAUDI
PÉREZ Bruselas 14 FEB 2013 - 21:00 CET552
El auge, y no la depresión, es la hora adecuada para la
austeridad: la UE desoye desde hace tiempo las lecciones de la historia
económica, envuelta en esa especie de celo mesiánico que consiste en acometer
reformas y recortes —a toda velocidad, en todas partes a la vez— con la
esperanza de que la economía se recupere.
Pero lo que sucede, de momento, es lo contrario. Sin
espacio para un paquete de estímulo que compense la cura de adelgazamiento, el club del euro se sumergió en la recesión
a finales del año pasado —y van tres
trimestres consecutivos—, con una caída del PIB del 0,6% de octubre a
diciembre, la mayor desde 2009, desde la era pos-Lehman Brothers.
Alemania, Francia, Italia y España,
los cuatro grandes países de la eurozona, están ya en números rojos, según las
cifras publicadas este jueves por Eurostat. Pero
la crisis no atiende a tamaños: la caída trimestral solo es un poco menor, del
0,5%, si se amplía el foco hasta los Veintisiete socios de la Unión. Y empeora todas las previsiones habidas y por
haber: las fallidas estimaciones de la Comisión,
las del BCE, las del FMI y las de la mayoría de casas de análisis.
MÁS
INFORMACIÓN
Alemania también
sufre
Ni
siquiera Berlín resiste ya los efectos
secundarios de su propia receta: Alemania registra una caída de la actividad
del 0,6%, la mayor desde los peores momentos de
la Gran Recesión.
En Francia, la segunda
economía europea, el Gobierno de François Hollande da por hecho que no va a
poder cumplir con el objetivo del recorte de déficit —siguiendo la senda
abierta por España— por la extrema debilidad de su situación económica, sumida en una especie de anemia desde
hace tiempo.
Solo pequeños países del Este de Europa crecen en el
trimestre
La Comisión solo admite que las cifras están “ligeramente por debajo” de las
expectativas.
No lo parece a la luz de sus últimas
previsiones de otoño: Bruselas esperaba una
caída del 0,2% para la zona euro y del
0,1% para Alemania en el trimestre, frente al 0,6% publicado para ambos.
Un portavoz del comisario de Asuntos
Económicos, Olli Rehn, auguraba una “gradual” vuelta al crecimiento en
la segunda mitad del año.
Pero el BCE preveía una caída del
PIB del 0,3% para 2013 incluso antes de la
reciente apreciación del euro, que dificulta la salida de la
crisis vía exportaciones. A juzgar por el historial de Bruselas, ese optimismo
está en entredicho: el informe de otoño arrancaba asegurando que la
recuperación se atisbaba entonces —hace casi seis meses— en el horizonte.
Frente a las perspectivas de la Comisión, los economistas
consultados anticipan un futuro en la gama de los grises.
Desde EE UU, el influyente Ken Rogoff explicaba
a este periódico que la eurozona
“tiene
aún por delante algunos años de doloroso desendeudamiento antes de volver a estar
cerca de su potencial”. “Las reformas que se están acometiendo deberían ayudar,
pero pueden llevar varios años y es difícil separar ahora mismo la mera
retórica de los cambios reales. Mientras el panorama no se aclare, además, los
riesgos políticos que estamos viendo van a traer periódicamente episodios de
incertidumbre”,
según el profesor
de Harvard, que vaticina 10 años problemáticos, con sucesivas
recaídas y recuperaciones, como los dientes de sierra de una tabla de
temperaturas en una cama de hospital. Europa ha superado el ecuador de esa
temida década perdida, y sigue sin recuperar los niveles de actividad previos
al estallido de la crisis.
La caída triplica a la que esperaba Bruselas
hace unos meses
Pese a que faltan todavía datos de algún país, el mapa
del PIB europeo sigue ampliando las zonas rojas.
Más
de la mitad de los Veintisiete presenta caídas de actividad. Norte y Sur,
centro y periferia, socios pretendidamente virtuosos —Finlandia y Holanda— y
supuestos pecadores como España e Italia están en un territorio negativo del
que solo escapan media docena de países relativamente pequeños: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia.
Frente a los difusos brotes verdes (el BCE habla de un “contagio positivo” que
no termina de aparecer fuera de los mercados financieros), dos de los tres países rescatados están sumidos
en lo que ya puede llamarse con todas las de la ley una depresión profunda:
Portugal se contrae a un ritmo cercano al 2% trimestral,
y Grecia registra una caída anual del 6%.
Palabras mayores.
Con todo, en el fondo sí puede decirse que el riesgo de
ruptura del euro se ha suavizado.
Los temores de que algunos países no puedan pagar sus
deudas se han reducido tras el espaldarazo del BCE en otoño. Pero se trata de un avance a trompicones: Fred Bergsten, del Peterson Institute, asegura en Foreign
Affairs que para dejar atrás definitivamente el invierno del euro
“Alemania
debe dejar de centrarse en reducir el déficit para generar más inflación y
gasto”,
algo
que puede descartarse hasta las elecciones, y pide a Bruselas
“un plan de estímulo para Europa”, en el que solo está meridianamente clara la
suavización del objetivo de déficit para Francia, España y algún otro país. No parece haber dinero ni voluntad
política para nada más.
Rehn
ataca al FMI por su crítica a la austeridad europea
El FMI publicó en diciembre un informe demoledor en el que asegura que los ajustes en Europa son un fracaso
porque no tienen en cuenta el verdadero impacto de la austeridad sobre el
crecimiento, lo que en la jerga se denomina el efecto de los
multiplicadores fiscales.
La idea es sencilla: si toda la eurozona aplica a la vez
agresivos recortes, el resultado es una recesión y una trampa de deuda.
El Instituto Nacional de Economía
e Investigación Social, un prestigioso centro de análisis de Londres
dirigido por Jonathan Portes, y varios estudios de
destacados analistas (Larry Summers, Brad DeLong y Paul De Grauwe, entre
otros) vienen a decir lo mismo.
Pero Bruselas no
está de acuerdo. El vicepresidente Olli Rehn ha
enviado una carta a varios ministros de Finanzas, al BCE y al FMI (que se ha
visto obligado a matizar su análisis por problemas metodológicos, pero se
mantiene en sus trece), en la que argumenta que ese debate es prejudicial:
“Puede erosionar la confianza en los ajustes; no e útil”. Rehn defiende a capa y espada la denominada austeridad
expansiva, pese a los tres trimestres de recaída del PIB en el club del
euro: “Una consolidación fiscal cuidadosamente calibrada en un horizonte
creíble a medio plazo crea las condiciones para un crecimiento sostenible”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario