Explicaciòn rusa sobre la guerra franco -islámica del Mali
extraído de Ria Novosti
extraído de Ria Novosti
Buenas
noches es una oportunidad de negocio
para las narco exportaciones de Sudamérica,60 toneladas de cocaína pasan por el Sahara rumbo a Europa.
El efecto mariposa es amplificado por la globalización.
Islam, cocaína y nómadas complican el futuro de
Malí
http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130212/156382825.html
Tema
de actualidad: Agravamiento de la situación en Malí
17:47 12/02/2013
Alexey
Eremenko, RIA Novosti
Los refugiados de un campamento en Sevare, una ciudad en el centro de Malí, declararon a
RIA Novosti que Dios es de origen francés.
Esta opinión la comparten hoy muchos ciudadanos del país
africano, que logró frenar la ofensiva islamista gracias a la Fuerza Aérea
gala, que intervino en el conflicto hace un mes. Las banderas francesas se izan
en todo el territorio de Malí. Según los habitantes, esto sucede por primera
vez desde que la ex colonia francesa del
oeste de África proclamó su independencia en 1960.
Los franceses pudieron frenar el avance de los rebeldes
hacia la capital del país, Bamako. Pero la
rebelión, que ocurrió hace un año, está lejos de ser reprimida.
Las tropas gubernamentales siguen luchando con los
insurgentes y los oficiales del Ejército maliense temen que los rebeldes
simplemente se hayan retirado hacia el Sahara o estén mezclados con la
población local y puedan lanzar una nueva ofensiva cuando las tropas francesas
abandonen el país.
Los insurgentes tienen en sus filas a los
islamistas, entre los que hay muchas personas provenientes de otros países, y a los
separatistas tuaregs. Pero sus intereses no coinciden, lo que desembocó
en una confrontación militar entre ellos tras el surgimiento en abril pasado del Estado autoproclamado de Azawad en el norte de Malí.
El Gobierno y los separatistas moderados se mostraron
dispuestos a sostener negociaciones entre sí, pero no con los islamistas. Esta
ala radical de la insurgencia representa uno de los problemas más graves en
Malí, pero no es el único obstáculo para alcanzar la paz en la región.
Además de los separatistas, los principales problemas de Malí incluyen un Gobierno corrupto e
ineficaz, el narcotráfico en el Sahara y el reciente regreso de los combatientes
tuaregs reclutados en su momento por el exlíder libio Muamar Gadafi para sus
propias fuerzas de seguridad.
Según la mayoría de los expertos, estos hombres armados
galvanizan la actual rebelión.
Además, es posible que se deban aplicar serios esfuerzos
para conseguir la reconciliación, porque la rebelión produjo una escisión muy
profunda entre los tuaregs y otros malienses, que manifiestan una creciente
desconfianza hacia sus vecinos del norte.
“Volveré a casa”, dice Safetu Maiga, un refugiado del
campamento Sevare que huyó de la ciudad de Gao,
que estaba bajo el control de los rebeldes. “Pero nunca más tendré amistad con
mis vecinos tuaregs”, agrega.
Se lanza la ofensiva contra el sueño de Azawad
Los tuaregs, tribus bereberes del norte
de África, fueron los principales habitantes
del Sahara Occidental durante al menos 1.500 años. Vivían del pastoreo de
camellos y cabras, del comercio itinerante que se extendía a través del Sahara
y de rentas obtenidas de granjeros que vivían en los oasis y zonas semiáridas
al sur del gran desierto.
Su
población de 1,2 millones de habitantes se extendía por cinco países africanos.
Según el legislador local Assarid
Ag Imbarcawane, tuareg de origen, unos 500.000 se quedaron en Malí.
Pero
a excepción de un pequeño sultanato en las Montañas de Air, también conocidas
como Macizo de Air, al norte de Níger, los tuaregs nunca han tenido su propio
Estado.
Los tuaregs malienses han encabezado cuatro rebeliones
desde 1960, incluida la última. Los levantamientos anteriores perseguían
objetivos exclusivamente separatistas. Se exigía poner fin a la supuesta
discriminación de los tuaregs por parte del Gobierno en Bamako.
Como resultado de las anteriores rebeliones, los tuaregs
pudieron gozar de mayor presencia en el Gobierno y en el Ejército, así como
obtener recursos financieros adicionales para el desarrollo, afirma el
politólogo local Fily Mohamed Diallo. Pero el descontento en la región
continuaba creciendo.
La última rebelión que estalló en enero de 2012 mutó de
movimiento separatista secular en una lucha por instaurar la ley de la 'sharía'
islámica. Pasados unos seis meses, las exigencias de obtener el derecho a la
autodeterminación política fueron sustituidas por la prohibición del alcohol,
los cigarrillos, la música occidental y otros ‘vicios’.
Es difícil explicar cómo esto pudo ocurrir. Encabezados
inicialmente por el Movimiento Nacional para la
Liberación del Azawad (MNLA), un grupo separatista secular, los
insurgentes avanzaron a ritmo rápido en los primeros cuatro meses de 2012.
Hacia abril, los rebeldes tomaron bajo su control tres
regiones en el norte del país que ocupaban un 60% del territorio nacional, pero en las que vivía menos de una décima
parte de los 14,5 millones de habitantes de Malí.
El Ejército nacional sufrió muchas bajas. Según los datos
publicados por los medios de información, unos 160 soldados murieron y 400
cayeron prisioneros. Estos fracasos provocaron el golpe militar ocurrido en
Malí en marzo. Posteriormente, el MNLA proclamó la
independencia de la región de Azawad habitada en su mayoría por los tuaregs,
que no fue reconocida por la comunidad
internacional.
Entre la primavera y el verano la situación cambió.
En julio, el MNLA fue expulsado de su último bastión en Malí
por sus aliados islamistas,
fundamentalmente el grupo Ansar Dine (Defensores de la Fe).
Parecía que en marzo pasado, el MNLA poseía una
superioridad numérica con 2.500 o 5.000 combatientes, según estimaciones del
famoso experto londinense Jeremy Keenan anunciadas
por la emisora de televisión qatarí Al Jazeera.
Mientras, los guerrilleros islamistas, menos de 1.000 personas según los datos
presentados por la mayoría de los medios de comunicación, estaban bien armados
y adiestrados y parecía que gozaban de apoyo por parte de extranjeros muy
motivados: los mercenarios o yihadistas.
El grupo Ansar Dine empezó
a instaurar la ley de la 'sharía' islámica en los territorios que estaban bajo
su control, introduciendo castigos corporales, mutilaciones y pena de muerte
como condena por varios crímenes. En
enero pasado, los islamistas lanzaron una ofensiva contra la ciudad de Bamako,
borrando de la faz de la tierra a las unidades del Ejército maliense que
estaban en su camino.
Esto obligó a Francia a
desplegar 3.500 militares para impedir el avance
islamista. Como resultado, los rebeldes se retiraron hacia el desierto y el
control sobre tres ciudades importantes como Gao, Kidal
y Tombuctú fue recuperado.
Democracia 'versus' eficacia
Una de las causas por las que las autoridades malienses
no podían controlar la región rebelde en el norte del país consistía en que los
logros obtenidos en el ámbito de desarrollo de la democracia en Malí coexistía
con un Gobierno débil, señaló Mustafa Dicko, militante
del principal partido de Malí, Alianza por la Democracia (ADEMA-PASJ), que
tiene 51 de los 160 escaños en el parlamento del país.
En cuanto a los líderes políticos del país africano, el
depuesto presidente de Malí, Amadou Toumani Touré,
que estuvo en el poder desde 2002, neutralizó a sus oponentes políticos
ofreciéndoles trabajo en el Gobierno en vez de condenarles a la cárcel.
Pero en realidad, en este modelo de ‘democracia de
consenso' no había acuerdo ni, por consiguiente, una política eficaz. Así lo asegura Yevgueni Korendiásov, experto del Instituto de África
(Academia de Ciencias de Rusia), quien entre 1997 y 2001 fue embajador
de Rusia en Malí.
Según los expertos locales, aún peor fue que muchos
miembros del Gobierno maliense no tenían ninguna experiencia de gobierno y sólo
sabían llenarse los bolsillos en vez de contribuir al desarrollo del país.
Además, la corrupción fue un serio obstáculo a los
intentos de reducir la pobreza entre los tuaregs, porque la mayoría de los
recursos financieros destinados por el Estado a la región fueron malversados.
Malí ocupa el 105º puesto en el Índice de
Percepción de la Corrupción que abarca 174 países publicado en 2012 por
la organización no gubernamental Transparencia Internacional.“Nuestro Gobierno es muy débil y nuestra
democracia es superficial”, dijo Dicko.
Los militares sufrían también debido a un mando ineficaz y a una escasa financiación. El Ejército fue el último refugio para los desempleados, muchos de los que integraron sus filas, a pesar de que no eran aptos para el servicio militar o no estaban preparados para participar en combates, destacó el politólogo Diallo.
Hasta los militares profesionales carecían casi de principios morales y éticos y estaban irritados por los privilegios de los que supuestamente gozaban los oficiales tuaregs en virtud de los anteriores acuerdos de paz, según destacan varios militares malienses que prefirieron mantenerse en el anonimato.
Además, la capacidad combativa del Ejército maliense dejaba mucho que desear debido a un material bélico obsoleto, la mayor parte del cual fue suministrado al país africano por la antigua URSS.
La Fuerza Aérea de Malí sigue teniendo en sus arsenales cazas MiG-21 cuya fabricación en serie empezó a finales de los cincuenta.
Cuando el Gobierno de Malí tardó en reaccionar a los asesinatos de decenas de soldados al inicio de la rebelión, los militares irritados destituyeron al presidente Amadou Toumani Touré. Según la información disponible, en aquella época, los militares no planeaban perpetrar un golpe de Estado sino que solo querían manifestar su ira, pero los acontecimientos se desarrollaron de otra manera.
Touré se fugó a Senegal y una junta militar llegó al poder en Malí.
Secretos de la vida en el Sahara
Durante los últimos años, la influencia del Gobierno
maliense se debilitó, mientras que las élites tuaregs se hicieron más fuertes.
Una de las causas importantes de esto fue el comercio en la región del Sahara,
que ha cambiado mucho desde la época medieval, cuando
los imperios de Malí y Ghana prosperaron debido al comercio de oro y sal.
El Sahara actual prospera gracias al contrabando, ante
todo de equipos electrónicos que se dirigen de África a Europa.
La ciudad de Gao en el norte de Malí se considera como uno de los mejores lugares del mundo donde se puede comprar una antena parabólica, y un flujo de futuros inmigrantes ilegales se dirigen hacia la Unión Europea esperando penetrar en su territorio.
La ciudad de Gao en el norte de Malí se considera como uno de los mejores lugares del mundo donde se puede comprar una antena parabólica, y un flujo de futuros inmigrantes ilegales se dirigen hacia la Unión Europea esperando penetrar en su territorio.
Al mismo tiempo, el Sahara es la principal ruta de tráfico de cocaína proveniente del sur de África hacia Europa.
Según los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen publicados en 2009, unas 60 toneladas de droga -sobre todo de cocaína- se transporta por el desierto anualmente.
Además de los narcotraficantes, la región del Sahara empezó a atraer a los islamistas que buscan crear un ‘arco de inestabilidad’ desde el Sahara hasta Afganistán, dijo Yevgueni Korendiásov, exembajador de Rusia en Malí.
El líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden,
y sus partidarios estuvieron en Sudán de 1991 a 1996, y varios grupos radicales
en Argelia, Libia, Sudán y Somalia reconocen que estuvieron ligados a Al Qaeda
desde principios de los noventa.
En Malí, la llamada a la lucha armada (yihaidismo) contra todos los regímenes impíos fue financiada de manera importante.
Según las fuentes locales, citadas por Korendiásov, a los reclutas del grupo islamista se les pagaba un salario de unos 900 dólares al mes.
Y esto pasaba en un país con un Producto Interior Bruto (PIB) anual per cápita de 1.100 dólares.
Hay datos que a los yihadistas les daban también los
recursos financieros para cubrir las necesidades de la comunidad, como pozos,
por ejemplo, dijo Korendiásov, aunque no pudo decir cómo extendida fue esta
práctica.
Un factor importante que provocó la rebelión en Malí fue
el regreso al país de los mercenarios tuaregs que servían en las fuerzas de
seguridad del exlíder libio Muamar Gadafi.
Malí era de gran interés comercial para Libia, y Gadafi reclutó a varios miles de tuaregs para los que hasta hace poco el servicio en el Ejército libio ofrecía mejores perspectivas de cara a una carrera militar que en las Fuerzas Armadas de Malí.
Según los datos del experto Jeremy Keenan, tras la muerte
del coronel Gadafi durante la revolución en Libia en 2011, de 800 a 4.000
veteranos tuaregs regresaron a Malí. Llevaron consigo sus armas de fuego,
sistemas antiaéreos, y otro armamento y material bélico que no tenían a su
disposición los tuaregs durante las rebeliones anteriores.
Las fuerzas radicales no pasarán
Los expertos y políticos coinciden en que, a pesar del
éxito inicial de la rebelión, los temores de que la situación en Malí sea
similar a la de Afganistán son demasiado exagerados, porque la mayoría de la
población maliense se opone al fundamentalismo.
Un 85% de los malienses profesa el Islam, pero la versión que no prohíbe consumir alcohol y escuchar música. No se observa un código de vestimenta femenina ni masculina y no se suelen librar conflictos sectarios.
Un 85% de los malienses profesa el Islam, pero la versión que no prohíbe consumir alcohol y escuchar música. No se observa un código de vestimenta femenina ni masculina y no se suelen librar conflictos sectarios.
“Nunca hemos centrado la atención en las divisiones del Islam. Si uno cree en Alá, es bienvenido aquí”, dijo en enero pasado en una entrevista a RIA Novosti el imam de Mopti, ciudad con 110.000 habitantes en el centro de Malí.
El Islam tradicional está ganando terreno en el país.
Esta tendencia se debe a las grandes inversiones hechas por Qatar en la
construcción de mezquitas y la educación de clérigos, dijo el politólogo Dicko.
“Pero la mayoría de los malienses profesan la rama moderada del Islam, y la
popularidad del Islam radical debería reducirse posteriormente”, agregó.
Celeste Hicks, experiodista de la BBC que vivía en varios lugares de África, uno de ellos Malí, de 2004 a 2010, opina que es poco probable que “el llamamiento inicial de los tuaregs a obtener la independencia” goce de apoyo total en el norte del país.
“Los tuaregs forman parte de los grupos étnicos en el
norte de Malí donde viven también songhai, fulanis, bella, así como grupos
étnicos provenientes del sur del país”, escribió la periodista el pasado 6 de
febrero. “Mientras que los tuaregs están descontentos con el Estado de Mali
desde que el país conquistara la independencia en 1960, otros grupos étnicos en
el norte del país se distanciaron en el pasado de la postura de los tuaregs.
Muchos hasta consideran que los tuaregs son responsables en parte del colapso
del Estado de Malí en 2012”, agregó.
Gente de poca confianza
Mientras que las tropas francesas lograron frenar la
ofensiva de los insurgentes contra Bamako y otras ciudades en el sur de Malí,
las regiones del norte siguen estando en peligro, porque el Ejército maliense
es incapaz de repeler los ataques de los rebeldes sin ayuda extranjera, dijeron
a RIA Novosti varios oficiales del Ejército maliense que pidieron anonimato.
Esto es un problema, teniendo en cuenta que Francia tiene
intenciones de abandonar Malí dentro de varias semanas, según declaró el
presidente francés Francois Hollande que visitó el país a principios de este
mes de febrero.Se planea sustituir a las tropas francesas en Malí con la misión
de paz de la ONU, que estaría integrada por un contingente de 3.300 militares
de países africanos (AFISMA) cuyo despliegue fue programado inicialmente para
septiembre de 2013.
El legislador local Assarid Ag Imbarcawane, tuareg de
origen, opina que esta misión contribuiría a establecer paz en la zona y a
prevenir las futuras rebeliones de los islamistas en el Sahara.Pero el experto
Diallo considera que es imposible establecer un control eficaz sólo con los
militares. Esta opinión la comparten varias fuentes del Ejército maliense.
La mayoría de los expertos y políticos entrevistados
coinciden en que sería posible resolver el conflicto sólo mediante
negociaciones con los tuaregs moderados, a los que se podría ofrecer una mayor
autonomía y participación en el gobierno del país, a diferencia de la
independencia total.
Este proceso ya ha comenzado. El MNLA manifestó su disposición a sostener negociaciones con Bamako este año, así como un grupo que se separó de Ansar-Dine en enero pasado.
Esta propuesta recibió el apoyo del presidente interino
maliense, Dioncounda Traoré.
Pero ninguna solución fue propuesta para entablar un
diálogo con los islamistas, que pueden volver a aplicar ahora sus tácticas
sanguinarias, señalan los militares franceses y malienses citados por los
medios de información.
Además, puede bloquearse la solución política del
conflicto si se produce una creciente confrontación entre los tuaregs y otros
malienses, muchos de los que califican el llamamiento de los separatistas a
conseguir la independencia y el apoyo del Islam radical como ataque al estilo de
vida tradicional o una traición directa.
“Esto pone en evidencia que los tuaregs son de poca
confianza”, dijo Bubakar Yalkuye, habitante de la ciudad de Kona, situada en la
parte central de Malí, donde a mediados de enero pasado se libraron combates
entre las tropas francesas y los rebeldes.
“Mis vecinos fueron los tuaregs y manteníamos buenas
relaciones en los tiempos de paz. Pero ahora está claro que no se puede confiar
en ellos”, dice Bubakar Yalkuye en el pavimento de una ciudad destruida y
cubierta por los restos de vehículos quemados.
Estos prehistóricos alucinados deberían estar si no encarcelados por lo menos recluidos en un zoo para que los niños aprendieran como eran nuestros primitivos antepasados. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2013/02/hasta-las-ninas-mas-pequenas-deben.html
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