El Perú es el país más atractivo del mundo para
traer sus dólares eso preocupa a la revista The Economist; pero el BCR de Perú
planea comprar una cantidad infinita de dólares.
Buenas en Perú el tipo de cambio ha estado cayendo y la
moneda local se revaluaba más y más así que parece que el presidente del BCR de
Perú, aunque no lo ha dicho planea comprar una cantidad casi infinita de dólares
así como anuncio Suiza hace unos meses atrás.
Por ejemplo Camposol una de los mayores exportadores de espárragos
de Perú aumento su precio a Europa en
30% cruzando los dedos de que les sigan comprando.
The Economist lanza advertencias sobre la
economía peruana
http://www.connuestroperu.com/economia/18-economia/34872-the-economist-lanza-advertencias-sobre-la-economia-peruana
LUNES, 11 DE FEBRERO
DE 2013 00:50
el gráfico fue extraído de la dirección: http://blogs.semanaeconomica.com/blogs/el-nuevo-sol/posts/tipo-de-cambio-a-diciembre-del-2011-y-resumen-del-2010
en estos días enero del 2013 el tipo de cambio en Perú estaba en 2,55.en 1995 estaba en 3,6 soles por dólar
The Economist aguándole la fiesta a Castilla
Buenas, Castilla es el
ministro de economía de Perú
Pedro
Francke
La revista The Economist
es, entre las revistas de circulación masiva sobre temas económicos, la más
prestigiosa a nivel mundial. Firmemente anclada en una visión liberal, aún con
este sesgo su análisis es de primera.
Esta semana, en un artículo revisando la economía
peruana, The Economist afirma que hay
varias luces amarillas parpadeando, que todo está amarrado apenas por una
pita y que se necesita cabeza muy clara para evitar desabarrancarse.
La
caída del dólar, que ha generado polémica y opiniones encontradas, es el primer
problema que alarma para The
Economist.
Las señales son claras: en 5 años
el tipo de cambio ha caído 25%, lo que ha llevado a que las
importaciones de bienes de consumo se disparen, afectando la industria y el
agro nacionales.
Con
un dólar más barato, los productos importados también pueden venderse a menor
precio, sacando de competencia a las empresas que en el Perú generan empleos,
pagan impuestos y van desarrollándose tecnológicamente.
Las pocas industrias exportadoras peruanas también sufren
con el dólar bajo: lo que venden afuera en dólares, se traduce en menos soles
para pagar salarios e insumos nacionales.
No por gusto, aunque el PIB total creció el año pasado en 6,4 por ciento, la industria
solo lo hizo en 1,7%, la cuarta parte del
promedio.
Y 2012 fue un año de desindustrialización.
Enfermedad holandesa
Que el tipo de cambio caiga es un síntoma típico de la
llamada enfermedad holandesa, que suelen sufrir las economías
que tienen un boom de exportaciones mineras o de otras materias primas.
Es el caso del Perú: la minería, gracias a que tenemos
cerros llenos de oro, cobre, zinc y demás metales, trae
al país miles de millones de dólares.
Los dólares no vienen solo por las exportaciones; las inversiones mineras también significan
sumas fuertes de dinero extranjero entrando al Perú.
Además,
como los indicadores macroeconómicos mejoran, los capitales especulativos a
nivel internacional ven al país con buenos ojos y se vienen para acá.
Todo suena muy bien, pero el problema es que ese ingreso
de dólares abarata el dólar. La ley de la oferta y la demanda: si hay más
dólares, su precio cae. Simple y directo.
¿Y cuál es el problema?
Pues que la industria, la agricultura y
el turismo, donde hay que ganar mercado a punta de ser competitivo y no de
saquear el banco de oro de Raimondi, pierden competitividad.
Y son precisamente
estos sectores, hoy afectados por la enfermedad holandesa, los que pueden
servir de base para la diversificación y sofisticación de la producción, la
generación de empleos de calidad y una dinámica de mejora tecnológica
sostenida.
Si uno revisa mira el mundo destaca la experiencia de
China, que ha sido muy exitosa promoviendo sus ventas de productos industriales
en el exterior manteniendo un tipo de cambio competitivo por décadas.
Si se voltea la mirada hacia los académicos Dani Rodrik, el profesor de desarrollo económico de Harvard, ha mostrado con evidencia estadística que
los países con tipos de cambio más competitivos crecen más y sufren menos
crisis. También ha mostrado que la gran razón por la que los países asiáticos
han crecido más que los latinoamericanos es por tener una industria que genera empleos y gana en productividad.
Primum, non noscere
Como dice el juramento hipocrático, lo primero es no
hacer daño.
Hay algunos remedios propuestos realmente preocupantes,
como rebajar los aranceles que se cobran a las importaciones. Eso tendría muy
poco efecto para los exportadores, ya que los aranceles promedio en Perú están
por el 3%. Pero reducirá aún más la competitividad de la industria y
agricultura que tiene que disputarse el mercado interno con los productos
importados.
Otra
mala receta es la de permitir que las AFPs se lleven más de nuestro dinero (si,
los fondos que manejan son de nosotros los afiliados) al exterior.
Ya
se pueden llevar el 30 por ciento, y algunos quieren
permitirles más. Parece que no han leído las noticias económicas del
quinquenio.
La
enorme crisis financiera iniciada en Estados Unidos el
2008, de la que hasta ahora la economía mundial no termina de salir, fue producto precisamente de desregular y
darle más libertades al sector financiero.
El asunto es tan claro que hasta el FMI, el Fondo
Monetario Internacional, que antes promovía la libre movilidad de los
capitales, ahora recomienda ser muy cuidadoso con eso e incluye a los controles
de capitales dentro de su menú de herramientas.
Tratar de resolver el problema de la caída del dólar
dándole más rienda suelta a los financistas es como jugar con fuego.
Señor Gobierno, hay remedios
Si la enfermedad holandesa es como la diabetes, hay
remedios de corto y largo plazo. Si el azúcar (glucosa) está ya muy subida,
recurra con emergencia a la insulina; para muchos diabéticos, esto es de todos
los días. Para la enfermedad holandesa,
recurra usted mediante su banco central a la compra de dólares. Sencillo:
si la oferta de dólares aumenta, para que el precio no baje hay que aumentar la
demanda. El BCR peruano hace eso todos los días, tratando a la economía peruana
como un diabético crónico. Pero si el BCR ha logrado evitar que la glucosa se
dispare, no ha usado suficiente insulina como para detener el problema.
Hay otros remedios: paciente diabético, controle usted su
INGESTA de azúcar. Si están viniendo demasiados capitales especulativos al
Perú, póngales un freno: suba el encaje bancario o establezca un pequeño
impuesto a los capitales especulativos (conocido en la jerga económica como el
“Tobin Tax”).
Si el problema es que hay un boom minero, que además
genera conflictos sociales, contaminación y corrupción, ponga un poco de orden
y no permita que se desbanden llevándose nuestro oro y nuestro cobre, algo del
cual bien puede guardarse para dentro de unos años.
Pero sobre todo, Señor Gobierno, no abandone a su suerte
a la industria, la agricultura y el turismo. Esas son las actividades que hay
que promover más. Apóyelas organizando a los pequeños productores,
facilitándoles el acceso a tecnología, capacitando a los trabajadores,
favoreciendo la innovación y ordenando el mercado. Acuérdese que el mundo empresarial
no acaba en Roque Benavides.
Hildebrandt en sus Trece, 08-02-2013
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