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domingo, 24 de febrero de 2013

A la caza del código genético de la inteligencia (de interés mundial pues el dominio del planeta por los mengeles chinos o los Bill Gates de de genética China puede ser una realidad) extraído del WSJ


A la caza del código genético de la inteligencia (de  interés mundial pues  el dominio del planeta por los mengeles chinos o los Bill Gates de de genética  China puede ser una realidad) extraído del WSJ

Idea de  interés para el  proletariado mundial, clonar al cerebro de Lenin. Sino estaremos fritos pues los fascistas chinos querrán esclavizarnos

A la caza del código genético de la inteligencia

http://online.wsj.com/article/SB10001424127887323384604578324353811286628.html?mod=WSJS_inicio_LeadStory





Una investigación en China apunta a descubrir las raíces de la inteligencia en nuestro ADN con muestras de mentes brillantes
Por GAUTAM NAIK

En una antigua fábrica de impresoras en Hong Kong, un prodigio de 20 años llamado Zhao Bowen se ha embarcado en una ambiciosa y potencialmente controvertida misión: la búsqueda de la genética de la inteligencia.

Zhao, quien no terminó la secundaria y ha sido descrito como el Bill Gates de China, supervisa el laboratorio de genómica cognoscitiva de BGI, una empresa de capital cerrado que es parcialmente financiada por el gobierno chino.

En las instalaciones de Hong Kong, más de 100 poderosas máquinas de secuenciación de genes están descifrando alrededor de 2.200 muestras de ADN, es decir, leyendo 3.200 millones de pares de bases químicas letra por letra.

Estas no son cualquier muestra de ADN. La mayoría proviene de los estadounidenses más brillantes, aquellos con un perfil extremamente atípico en la repartición de la inteligencia.


Buena parte de las muestras de ADN son de personas con un coeficiente intelectual (CI) de 160 o más.
En comparación, el CI promedio en cualquier población es de 100.
Un ganador de premio Nobel se ubica en alrededor de 145.
Sólo una de cada 30.000 personas es tan inteligente como la mayoría de los participantes en el proyecto de Hong Kong, y encontrarlos fue toda una odisea.

"Por mucho tiempo, la gente ha decidido ignorar la genética de la inteligencia", dijo Zhao, quien espera publicar los hallazgos de su equipo a mediados de año.
"La gente cree que es un tema controvertido, especialmente en Occidente. Pero no es así en China", donde estudios sobre el CI son considerados más como un reto científico y por tanto son más fáciles de financiar.

Las raíces de la inteligencia son un misterio.
Estudios han mostrado que al menos la mitad de la variación en el coeficiente intelectual es heredada. Pero aunque los científicos han identificado algunos genes que pueden reducir significativamente el CI (por ejemplo, en personas que sufren de retraso mental) aquellos verdaderamente importantes y que afectan la variación de un coeficiente normal aún son un enigma.

Los investigadores de Hong Kong esperan resolver el problema al comparar los genomas de individuos con un CI extremadamente alto con el de personas seleccionadas dentro de la población general. Al estudiar las variaciones en los dos grupos, los investigadores esperan aislar parte de los factores hereditarios del CI.

Sus conclusiones podrían abrir el camino para una prueba genética que prediga las habilidades cognitivas heredadas de una persona. Una herramienta de este tipo podría ser útil, pero también polémica.

"Si puede identificar a niños que van a tener problemas de aprendizaje, puede intervenir" a una edad temprana a través de una enseñanza escolar especial u otros programas, dice Robert Plomin, profesor de genética del comportamiento en el King's College de Londres y quien participa en el proyecto de BGI.

Pero a los críticos les preocupa que los datos relacionados con el CI sean mal interpretados, o mal utilizados. Investigaciones en la ciencia de la inteligencia han sido usadas en el pasado "para señalar a individuos o grupos raciales particulares y deslegitimizarlos", dijo Jeremy Gruber, presidente del Consejo de Genética Responsable, un grupo de supervisión ética con sede en Cambridge, en el estado de Massachusetts. "Me preocuparía mucho que las tendencias reduccionistas y deterministas que siguen estando vigentes en el mundo de la genética salgan a relucir en un proyecto como este", agregó.

Zhao mismo es un fenómeno.
Además de su prodigiosidad en el campo de la genética, dice que el inglés casi perfecto que habla lo aprendió solo. Su carrera como genetista empezó de forma muy humilde, con el pepino. En 2007, dejó de asistir a su colegio en Beijing para empezar prácticas en la Academia China de Ciencias Agrícolas.

Su trabajo consistía en cosas simples, como limpiar los tubos de ensayo. A cambio, los estudiantes de postgrado le prestaban libros sobre genética y lo dejaban participar en experimentos, incluyendo la secuenciación del pepino. Zhao tenía 15 años cuando el estudio sobre el genoma del pepino fue publicado en la revista Nature Genetics en 2009; el joven apareció como coautor del artículo.

Absorbido por la genómica, Zhao abandonó sus estudios escolares y empezó a trabajar a tiempo completo en BGI, uno de los centros de investigación en genómica más grandes del mundo. Su sede central está en Shenzen, cerca de Hong Kong.
El año siguiente, BGI creó una división de genómica cognitiva y nombró a Zhao como su director.

La primera incursión del científico en la genética de la inteligencia fue un plan para recolectar ADN de niños de alto rendimiento y logros en las escuelas locales. Sin embargo, el proyecto no funcionó.

Las muestras de sangre son la forma más eficiente de tomar muestras de ADN y los padres se rehusaron a que les sacaran sangre a sus hijos.

En el segundo semestre de 2010, un físico teórico llamado Stephen Hsu, de la Universidad de Oregón, visitó BGI.
Hsu también estaba interesado en la genética de la habilidad cognitiva, así que el par se unió con otros colegas para lanzar el proyecto de inteligencia de BGI.

Una parte del plan proponía usar muestras de saliva de personas con un don especial para las matemáticas, incluyendo chinos que hubieran participado en cursos de capacitación para olimpiadas de matemáticas o ciencias.

Otra apuntaba a la recolección de muestras de ADN de individuos con un alto CI de Estados Unidos y otros países, incluyendo aquellos con puntajes extremadamente altos de SAT, la prueba estandarizada para postular a la universidad en EE.UU., y aquellos con un doctorado en física o matemáticas de alguna universidad de élite. Además, cualquiera podría participar a través del sitio web de BGI si cumplían con los requisitos.

El gobierno de Shenzen acordó pagar por la mitad del proyecto y BGI dijo que aportaría el otro 50%, señala Zhao.

La mayoría de las muestras han venido de fuera de China.
La principal fuente es el doctor Plomin, del King's College, quien ha recogido muestras de alrededor de 1.600 individuos con un CI muy alto para sus propias investigaciones. Esas muestras se obtuvieron a través de un proyecto estadounidense conocido como el Estudio de Jóvenes Precoces en Matemáticas (SMPY, por sus siglas en inglés), que ya lleva cuatro décadas.

Plomin siguió el rastro de los 1.600 adultos que participaron en el estudio estadounidense cuando eran niños. La investigación ahora se realiza desde la Universidad de Vanderbilt. Sus contribuciones de ADN conforman la mayor parte de las muestras de BGI.

Hsu lanzó su propia campaña de marketing.
Cuando daba charlas científicas en varias instituciones, incluyendo el Instituto de Tecnología de California, la Academia de Ciencias de Taiwán y Google, pidió a la audiencia que se inscribiera en el estudio.
El sitio web de BGI tiene hasta ahora cerca de 500 voluntarios que cumplen con los requisitos.

El reto de los científicos es significativo. Un ejemplo es la genética de la estatura, que, como la inteligencia, es un rasgo complejo gobernado por muchos genes diferentes, cada uno con una influencia diminuta.

Los intentos por detectar los genes de la estatura no dieron ningún resultado hasta que el número de pruebas de ADN llegó a 10.000. Los científicos han logrado identificar 1.000 variaciones genéticas que explican en parte por qué unas personas son más altas que otras.
Esos resultados se pueden replicar y son válidos para personas de cualquier región del mundo.

En comparación, una de las investigaciones genómicas más grandes sobre CI intentadas hasta ahora cuenta con apenas 5.000 personas reclutadas de la población general. Científicos dicen que se tiene que estudiar a decenas de miles de personas sólo para encontrar el primer gen del CI útil.

Es ahí donde ingresa BGI. El equipo comparará el genoma de 2.200 individuos con un alto coeficiente intelectual con el de miles de personas promedio. Debido a que la mayoría de los participantes superinteligentes que son estudiados son el equivalente cognitivo a quienes miden dos metros", dice Hsu, debería ser mucho más fácil identificar varios factores clave relacionados al CI en sus genomas. Hsu es ahora vicepresidente de investigación y estudios de postgrado en la Universidad de Michigan.

"La base genética de la inteligencia ha sido ignorada por mucho tiempo", dice Zhao. "Nuestra información estará lista en tres meses".

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