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lunes, 28 de mayo de 2018

Si La Liga y M5E se presentan juntos para las elecciones del 9 de setiembre ganarían todos los diputados por el sistema uninominal y será un plebiscito para salir de la eurozona

 Si La Liga y M5E se presentan juntos para las elecciones del 9 de setiembre ganarían todos los diputados por el sistema uninominal y será un plebiscito para salir de la eurozona 

Ruptura institucional en Italia

http://www.lavanguardia.com/internacional/20180529/443920512598/italia-mattarella.html

 

Los populistas contestan la decisión presidencial de dar el gobierno a Cottarelli


Ruptura institucional en Italia
El economista Carlo Cottarelli (ex alto cargo del FMI), tras recibir ayer el encargo del presidente Mattarella de formar gobierno (Andreas Solaro / AFP)
Ayer volvía a correr por las redes una fotografía de Sicilia de 1980. Un joven Sergio Mattarella sacaba de un coche el cuerpo ensangrentado de su hermano, Piersanti, gobernador democristiano asesinado por la Cosa Nostra. La imagen la publicaban los que defendían que no se puede cuestionar el sentido de Estado del presidente de la República. Mientras, algunos internautas llegaban a amenazarle de muerte por vetar a un ministro de Economía euroescéptico y hacer caer el primer gobierno antisistema.
La escena ejemplifica la división que vive la sociedad italiana, que se ha polarizado todavía más estas últimas horas entre los partidarios de la austeridad recetada por el presidente y la rabia de los que no han llegado a las instituciones. Mattarella decidió ayer entregar el mandato de formar gobierno a Carlo Cottarelli, de 64 años, un exdirigente del FMI conocido con el sobrenombre de Señor tijeras por su experiencia en ajustar cuentas públicas, que pronto le presentará una lista de ministros de alto perfil para gestionar el país durante unos meses.
Cottarelli, que tiene en contra al Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga, perderá previsiblemente la votación de la confianza en el Parlamento después de jurar el cargo. Si la ganase, aprobaría los presupuestos del 2019 y convocaría elecciones a principios de año. Como no lo hará, dimitirá, y en condición de primer ministro en funciones gestionará el día a día hasta unos comicios después de agosto. La primera fecha posible es el 9 de septiembre.
“En los últimos días han aumentado las tensiones sobre los mercados financieros y la prima de riesgo –dijo ayer Cottarelli tras haber aceptado el encargo presidencial–, pero la economía italiana sigue creciendo, y las cuentas públicas permanecen bajo control. Un gobierno guiado por mí aseguraría una gestión prudente de nuestras cuentas públicas”. Un discurso radicalmente diferente al escuchado en las últimas semanas por los grandes triunfadores del pasado 4 de marzo.
Con Cottarelli, Sergio Mattarella se enfrenta a sus momentos más difíciles desde que fue nombrado jefe del Estado en el 2015. Matteo Salvini, el líder de la Liga, habló de él como un árbitro a favor del equipo contrario por haber rechazado a su ministro de Economía, Paolo Savona, un acérrimo contrario al euro que había puesto en jaque a los mercados. “Pasada la rabia, vuelve la determinación. Tendremos más votos que ahora e iremos a gobernar con las mismas personas”, avisó Salvini.
El grillino Luigi Di Maio fue más lejos. Habló de lanzar un impeachment para destituir a Mattarella porque considera que se ha sobrepasado en sus prerrogativas como jefe de Estado. Ya han habido intentos de probar un impeachment a presidentes de la República, el último a Giorgio Napolitano, pero ninguno prosperó. Esta figura sólo puede ser cesada en supuestos de alta traición –como revelación de secretos de Estado– o por atentar contra la Constitución, el supuesto del que hablan los grillini. Para que avanzase, el M5E necesitaría que una gran comisión parlamentaria avalase esta culpa, que una mayoría absoluta de los parlamentarios la ratificase y que el Tribunal Constitucional dictaminase a su favor. Echar a Mattarella es irrealista, y Di Maio comenzó ayer a echarse atrás.
El líder del M5E también pidió a sus seguidores que se movilizasen en las redes sociales y anunció que colgaría la bandera italiana en su balcón para reclamar que la soberanía debe ser de los ciudadanos, y no de los poderes que cree que Cottarelli encarna. También ha puesto fecha para una gran manifestación: este sábado, 2 de junio. Mientras, algunos políticos del Partido Demócrata (PD) llamaron a contramarchas para apoyar a Mattarella.
Di Maio tiene muchas razones para estar enfadado. Repetir elecciones beneficia a coalición de derechas. Todo apunta a que los votos de la Liga se dispararían al 25% (ahora tiene el 17%). La oposición y algunos periodistas acusan a Salvini de sabotear a propósito el nacimiento de su gobierno, siendo consciente de las reservas del Quirinal por Savona. Pero luego está sobre la mesa otra teoría que haría temblar todavía más a Bruselas, y que ni la Liga ni el M5E descartan: que la repetición electoral no se convierta en una segunda vuelta entre ellos, sino en un plebiscito entre los partidos populistas euroescépticos y los partidarios de la UE. Si Di Maio y Salvini unieran fuerzas para presentarse en coalición, ganarían casi todos los diputados elegidos por sistema uninominal. Sería una victoria incontestable, esta vez debatiendo abiertamente sobre la salida del euro.
Matteo Renzi ya se prepara: “Será una batalla increíble entre los que quieren salir de Europa y los que quieren una Italia fuerte dentro del euro”. Su ministro Dario Franceschini lo ve más crudo: “Tenemos por delante horas muy difíciles”.

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