Turcos
y saudíes continúan armando a los rebeldes sirios. (Arabia desea unirlos a todos
bajo la bandera del Estado Islámico)
El
frente contra el ISIS busca superar las trabas para forjar una coalición
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/28/actualidad/1448742912_992841.html
El
enfrentamiento entre Rusia y Turquía y el papel de El Asad complican un acuerdo
global.
JUAN
CARLOS SANZ
Jerusalén
28 NOV 2015 - 22:58 CET
Un soldado
de las tropas sirias camina entre las ruinas de Yarmuk. a tres kilómetros de
Damasco. / NATALIA SANCHA
Cuando todo
parecía apuntar en la cumbre del G-20 celebrada recientemente en Antalya
(Turquía) a una convergencia entre los líderes globales para la creación de una
gran coalición contra el Estado Islámico (ISIS), el enemigo yihadista común, el
derribo por la aviación turca de un caza ruso sobre la frontera siria ha puesto
de relieve las diferencias entre los países que luchan contra el califato. La
permanencia del presidente sirio, Bachar el Asad, durante el proceso de salida
pactada a la guerra, sigue siendo uno de los escollos que divide a los países
que impulsan esa negociación y un frente común contra el ISIS.
Al día
siguiente de los ataques de París, 20 países reunidos
en Viena, entre ellos Estados Unidos y Rusia, acordaron abrir una vía
negociada que ponga fin a la guerra en Siria para poder combatir al ISIS hasta
su erradicación.
A la semana
siguiente, el Consejo de Seguridad de la
ONU autorizó el uso de la fuerza contra las milicias del ISIS. En apenas 15
días, el conflicto sirio está dando tantos vuelcos que los expertos no se
atreven a pronosticar una deriva cercana de los acontecimientos.
Uno de los principales analistas sobre Siria, el profesor estadounidense
Joshua Landis, no cree que sea posible en este momento la creación de la
gran coalición que Francia reclamó al mundo tras la
matanza cometida por el Estado Islámico en su capital.
“El derribo del caza ruso por Turquía es solo
la última señal de que Occidente y la OTAN no están dispuestos a actuar junto a
Rusia”, destaca
el editor de Syria Comment.
EE UU está
al frente desde el verano de 2014 de una coalición de 65 países occidentales y
árabes que bombardea al ISIS en el norte de Siria e Irak, donde el líder yihadista Abubaker al Bagdadi acababa de proclamar
entonces el califato. Hasta los atentados de París, esta coalición apenas
efectuaba una media de seis salidas diarias, y concentraba sus ataques en bases
yihadistas que, como ha comprobado tras la conquista de Sinjar (noroeste de Irak) por las milicias kurdas, han sido
fortificadas y cuentan con túneles que
recuerdan a los del Vietcong. Mientras tanto, Rusia, que dispone de bases
aéreas y navales en la costa siria, ha lanzado decenas de incursiones diarias
de su aviación en los últimos tres meses, aunque
su objetivo principal han sido fuerzas rebeldes distintas del ISIS.
El
presidente François Hollande ha buscado apoyo para su causa de “destruir” al
Estado Islámico. En EE UU recibió el respaldo del presidente Barack Obama,
quien insistió en que la amplia coalición ya existente —en la que participa
Francia— debe tener prioridad. En otro frente de divergencia y a pesar de la
“ambigüedad constructiva” del secretario de Estado, John Kerry, en la
conferencia de Viena del día 14, el profesor Landis sostiene que
“Obama ha reiterado que no aceptará a El
Asad como presidente de Siria, o de una parte de Siria, en el futuro”.
Para este experto norteamericano,
“EE UU insiste en un cambio de régimen en
Damasco y Rusia sigue insistiendo en el mantenimiento del régimen”.
El derribo
de un caza ruso por los disparos de misiles de aviones turcos en la frontera
con Siria, uno de los incidentes más graves que ha tenido que afrontar el
Kremlin desde el final de la Guerra Fría, sorprendió a Hollande camino de la
Casa Blanca. La tensión no ha dejado de crecer entre Rusia y Turquía, dos de
los socios clave, junto con EE UU, Irán y Arabia Saudí
en el acuerdo alcanzado en Viena para buscar una solución negociada al
conflicto sirio.
El Elíseo ha
acercado posiciones con el Kremlin en el proceso de salida política para la
guerra en Siria
“El Gobierno turco no
parece tener una estrategia clara ante una realidad cambiante en la región”, advierte el columnista del diario turco Today’s Zaman
Yavuz Baydar.
“Sigue anclado en sus
posiciones: un futuro para Siria sin el presidente El Asad e impedir la
formación de un cinturón kurdo en la frontera turco-siria”.
Hollande ha
recibido de Putin la promesa de una mayor coordinación de Rusia en la lucha
contra el Estado Islámico, si bien el presidente ruso es partidario de que una
eventual gran coalición se sitúe bajo el paraguas de la ONU. En contrapartida,
el Elíseo ha acercado posiciones con el Kremlin en el proceso de salida
política para la guerra civil en Siria, al reconocer un papel al régimen de
Damasco, aunque no forzosamente al actual presidente.
París
viene a admitir así la importancia del Ejército leal a Damasco como principal fuerza sobre el
terreno. Las unidades de combatientes kurdos del norte de Siria han demostrado
su eficacia, pero, por razones de
rechazo étnico, no se atreven a operar en zonas de mayoría árabe suní.
Francia ha
abierto también el camino que debería emprender una nueva gran coalición al bombardear depósitos de petróleo y sus
convoyes de transporte del ISIS para asfixiar las finanzas del califato.
El proceso
de Viena prosigue. Los países miembros se reunirán en diciembre en París, en
torno a la Cumbre del Clima. Según la revista digital Al
Monitor, Arabia Saudí ya ha convocado a los grupos rebeldes para
intentar que se unan en un bloque “de intereses comunes” antes de las conversaciones
sobre un alto el fuego con Damasco, previstas a comienzos de 2016. Antes habrá
que definir qué milicias rebeldes son excluidas como terroristas.
“Turcos y saudíes continúan
armando a los rebeldes sirios”, puntualiza Landis, quien considera difícil que Occidente y
sus aliados islámicos “acepten que el Ejército ocupe las zonas controladas por
el ISIS”.
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