Peligro
mundial: EEUU y Reino Unido tienen acceso sus tarjetas bancarias y pueden vaciarlas
y dejarlos en la ruina. Asimismo tiene acceso información privilegiada sobre
las tendencias del precio de las acciones y las manipulan a su antojo como ese
desplome del oro extraído de Le monde
diplomatique.
¡Todos
fichados!
http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=3c96f3fa-45de-4cb1-a3d5-3a3d2e54720c
Ignacio Ramonet
Nos lo
temíamos (1). Y tanto la literatura (1984, de George
Orwell) como el cine de anticipación (Minority Report, de Steven
Spielberg) nos habían avisado: con los progresos de las tecnologías de
comunicación todos acabaríamos siendo vigilados.
Claro,
intuíamos que esa violación de nuestra privacidad la ejercería un Estado
neototalitario.
Ahí nos
equivocamos. Porque las inauditas revelaciones efectuadas por el valeroso Edward Snowden sobre la vigilancia orwelliana de
nuestras comunicaciones acusan directamente a Estados Unidos, país antaño
considerado como “la patria de la libertad”. Al parecer, desde la promulgación
en 2001 de la ley “Patriot Act” (2), eso se
acabó. El propio presidente Barack Obama lo acaba de admitir: “No se
puede tener un 100% de seguridad y un 100% de privacidad”.
Bienvenidos pues a la era del ‘Gran Hermano’...
¿Qué revelaciones
ha hecho Snowden? Este antiguo asistente técnico de la CIA, de 29 años, y que
últimamente trabajaba para una empresa privada –la Booz
Allen Hamilton (3)– subcontratada por la Agencia estadounidense de Seguridad
Nacional (NSA, por sus siglas
en inglés), reveló mediante filtraciones a los diarios The Guardian y The Washington Post,
la existencia de programas secretos que permiten la vigilancia de las
comunicaciones de millones de ciudadanos por parte del Gobierno de Estados
Unidos.
Un primer
programa entró en vigor en 2006. Consiste en espiar todas las llamadas
telefónicas que se efectuan, a través de la compañía
Verizon, dentro de Estados Unidos, y las que se hacen desde allí hacia
el extranjero.
Otro
programa, llamado PRISM, fue puesto en marcha en
2008. Supone la recolección de todos los datos enviados por Internet –correos electrónicos, fotos, vídeos, chats,
redes sociales, tarjetas de crédito...– únicamente (en principio) por
extranjeros que residen fuera del territorio norteamericano.
Ambos
programas han sido aprobados en secreto por el Congreso de Estados Unidos, al
que se habría mantenido, según Barack Obama, “constantemente informado” sobre
su desarrollo.
Sobre la
dimensión de la increíble violación de nuestros derechos civiles y de nuestras
comunicaciones, la prensa ha aportado detalles espeluznantes.
El 5 de
junio, por ejemplo, The Guardian publicó la orden emitida por el Tribunal de Supervisión de Inteligencia
Extranjera, que exigía a la compañía telefónica Verizon la entrega a la NSA
del registro de decenas de millones de llamadas de sus clientes. El mandato no
autoriza, al parecer, a conocer el contenido de las comunicaciones ni los
titulares de los números de teléfono, pero sí permite el control de la duración
y el destino de esas llamadas. El día siguiente The Guardian y The Washington
Post revelaron la realidad del programa secreto de vigilancia PRISM, que
autoriza a la NSA y al FBI a acceder a los servidores de las nueve principales
empresas de Internet (con la notable excepción de Twitter):
Microsoft, Yahoo, Google, Facebook (4), PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple.
Mediante
esta violación de las comunicaciones, el Gobierno estadounidense puede acceder a archivos, audios, vídeos, correos electrónicos o
fotografías de sus usuarios.
PRISM se ha
convertido de ese modo en la herramienta más útil de la NSA a la hora de
elaborar los informes que diariamente entrega al presidente Obama.
El 7 de junio, los mismos diarios publicaron
una directiva de la Casa Blanca en la que el presidente ordenaba a sus agencias
de inteligencia (NSA, CIA, FBI) establecer una lista de
posibles países susceptibles de ser ‘ciberatacados’ por Washington.
Y el 8 de junio, The Guardian filtró la
existencia de otro programa que permite a la NSA clasificar los datos que
recopila en función del origen de la información. Esta práctica, orientada al
ciberespionaje en el exterior, permitió recopilar –sólo en marzo pasado– unos 3.000 millones de datos de ordenadores en Estados
Unidos...
Durante
estas últimas semanas, ambos periódicos han ido revelando, gracias a
filtraciones de Edward Snowden, nuevos programas de ciberespionaje y vigilancia
de las comunicaciones en países del resto del mundo.
“La NSA –explicó Edward
Snowden– ha construido una infraestructura que le permite interceptar
prácticamente cualquier tipo de comunicación. Con estas técnicas, la mayoría de
las comunicaciones humanas se almacenan para servir en algún momento a un
objetivo determinado”.
La Agencia
de Seguridad Nacional (NSA), cuyo cuartel general se halla en Fort Meade (Maryland), es la más importante y la más
desconocida agencia de inteligencia norteamericana. Es tan secreta que la
mayoría de los estadounidenses ignora su existencia. Controla la mayor parte
del presupuesto destinado a los servicios de inteligencia, y produce más de
cincuenta toneladas de material clasificado al día... Ella –y no la CIA– es quien posee y opera el grueso de los sistemas
estadounidenses de recogida secreta de material de inteligencia: desde una
red mundial de satélites hasta las
decenas de puestos de escucha, miles de ordenadores y los masivos bosques de
antenas situados en las colinas de Virginia Occidental. Una de sus
especialidades es espiar a los espías, o sea a los servicios de inteligencia de
todas las potencias, amigas o enemigas.
Durante la guerra de las Malvinas (1982),
por ejemplo, la NSA descifró el código secreto de los servicios de inteligencia
argentinos, haciendo así posible la transmisión de información crucial a los
británicos sobre las fuerzas argentinas...
Todo el
sistema de interceptación de la NSA puede captar discretamente cualquier
e-mail, cualquier consulta de Internet o conversación telefónica internacional.
El conjunto total de comunicaciones interceptadas y descifradas por la NSA constituye
la principal fuente de información clandestina del Gobierno estadounidense.
La NSA colabora estrechamente con el
misterioso sistema Echelon. Creado en secreto, después de la
Segunda Guerra Mundial, por cinco potencias (los “cinco ojos”) anglosajonas:
Estados Unidos, Reino
Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Echelon es un sistema orwelliano de vigilancia
global que se extiende por todo el mundo y está orientado hacia los satélites
que se utilizan para transmitir la mayor parte de las llamadas telefónicas,
comunicaciones por Internet, correos electrónicos y redes sociales. Echelon
puede captar hasta dos millones de conversaciones al minuto. Su misión
clandestina es el espionaje de Gobiernos, partidos políticos, organizaciones y
empresas. Seis bases a través del mundo recopilan las informaciones
e interceptan de forma indiscriminada enormes cantidades de comunicaciones que
los superordenadores
de la NSA posteriormente criban mediante la introducción de palabras
clave en varios idiomas.
En el marco
de Echelon, los servicios de inteligencia estadounidense y británico han
establecido una larga colaboración secreta. Y ahora hemos sabido, gracias a
nuevas revelaciones de Edward Snowden,
que el espionaje británico también pincha clandestinamente cables de fibra
óptica, lo que le permitió espiar las comunicaciones de las delegaciones que
acudieron a la Cumbre del G-20 de Londres en abril de 2009. Sin distinguir
entre amigos y enemigos (5).
Mediante el programa Tempora,
los servicios británicos no dudan en almacenar colosales cantidades de
información obtenida ilegalmente. Por ejemplo, en 2012, manejaron unos 600
millones de “conexiones telefónicas” al día y pincharon, en perfecta
ilegalidad, más de 200 cables... Cada cable transporta 10 gigabytes (6) por
segundo. En teoría, podrían procesar 21 petabytes (7) al día; lo que equivale a enviar toda la información que contiene la
Biblioteca Británica 192 veces al día...
Los
servicios de inteligencia constatan que ya hay más de 2.000 millones de
usuarios de Internet en el mundo y que casi más de mil millones utilizan
Facebook de forma habitual. Por eso se han fijado como objetivo, transgrediendo
leyes y principios éticos, controlar todo lo que circula por Internet. Y lo
están consiguiendo: “Estamos empezando a dominar Internet”, confesó un
espía inglés, “y nuestra capacidad
actual es bastante impresionante”. Para mejorar aún más ese conocimiento de
Internet, la Government
Communications Headquarters (GCHQ, Agencia de inteligencia británica)
lanzó recientemente dos nuevos programas: Mastering The
Internet (MTI) sobre cómo dominar Internet, e Interception
Modernisation Programme para una explotación orwelliana de las
telecomunicaciones globales. Según Edward Snowden, Londres y Washington
acumulan ya, diariamente, una cantidad astronómica de datos interceptados
clandestinamente a través de las redes mundiales de fibra óptica. Ambos países
destinan en total a unos 550 especialistas a analizar esa titánica información.
Con la ayuda
de la NSA, la GCHQ se aprovecha de que gran
parte de los cables de fibra óptica que conducen las telecomunicaciones
planetarias pasan por el Reino Unido, y los ha interceptado con sofisticados
programas informáticos. En síntesis, miles de millones de llamadas telefónicas,
mensajes electrónicos y datos sobre visitas a Internet son acumulados sin que
los ciudadanos lo sepan, bajo pretexto de reforzar la seguridad y combatir el
terrorismo y el crimen organizado.
Washington y
Londres han puesto en marcha un orwelliano plan ‘Gran Hermano’ con capacidad de
saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Y cuando el
presidente Obama apela a la ‘legitimidad’ de tales prácticas de violación de la
privacidad, está defendiendo lo injustificable. Además, hay que recordar que
por haber realizado labores de información sobre peligrosos grupos terroristas
con base en Florida –o sea, una misión que el presidente Obama considera hoy
como ‘perfectamente legítima’– cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y
condenados por la Justicia estadounidense a largas e inmerecidas penas de
prisión (8). Un escándalo judicial que es hora de reparar liberando a esos
cinco héroes (9).
El presidente Barack Obama
está abusando de su poder y restando libertad a todos los ciudadanos del mundo. “Yo no quiero vivir en una sociedad
que permite este tipo de actuaciones”, protestó Edward Snowden cuando decidió
hacer sus impactantes revelaciones. Las divulgó, y no es casualidad, justo
cuando empezaba el juicio contra el soldado Bradley Manning, acusado de filtrar
secretos a WikiLeaks, la organización internacional que publica informaciones
secretas de fuentes anónimas. Y cuando el cibermilitante Julian Assange lleva
un año refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres... Snowden, Manning,
Assange, son paladines de la libertad de expresión, luchadores en beneficio de
la salud de la democracia y de los intereses de todos los ciudadanos del
planeta. Hoy acosados y perseguidos por el ‘Gran Hermano’ estadounidense (10).
¿Por qué
estos tres héroes de nuestro tiempo aceptaron semejante riesgo que les puede
hasta costar la vida? Edward Snowden, obligado a pedir asilo político en
Ecuador, contesta:
“Cuando te das cuenta
de que el mundo que ayudaste a crear va a ser peor para la próxima generación y
para las siguientes, y que se extienden las capacidades de esa arquitectura de
opresión, comprendes que es necesario aceptar cualquier riesgo. Sin que te
importen las consecuencias”.
(1) Véase
Ignacio Ramonet, “Vigilancia total” y “Control social total”, en Le Monde
diplomatique en español, respectivamente agosto de 2003 y mayo de 2009.
(2)
Propuesta por el presidente George W. Bush y adoptada en el contexto emocional
que sucedió a los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ley “Patriot Act”
autoriza controles que interfieren en la vida privada, suprimen el secreto de
la correspondencia y la libertad de información. Ya no se exige una
autorización para las escuchas telefónicas. Y los investigadores pueden acceder
a las informaciones personales de los ciudadanos sin orden de registro.
(3)
En 2012, esta empresa le facturó a la Administración estadounidense 1.300
millones de dólares por “asistencia en misiones de inteligencia”.
(4) Hemos
sabido recientemente que Max Kelly, el responsable
principal de seguridad de Facebook, encargado de proteger la información
personal de los usuarios de esta red social contra ataques externos, dejó esta
empresa en 2010 y fue reclutado... por la NSA.
(5) Espiar a
diplomáticos extranjeros es legal en el Reino Unido: lo ampara una ley aprobada
por los conservadores británicos en 1994 que pone el interés económico nacional
por encima de la cortesía diplomática.
(6) El byte
es la unidad de información en informática. Un gigabyte es una unidad de
almacenamiento de información cuyo símbolo es GB, y equivale a 109 bytes, o sea
mil millones de bytes, equivalente, en texto escrito, a una furgoneta llena de
páginas con texto.
(7) Un
petabyte (PT) equivale a 1015 bytes.
Nota del autor del blog En realidad
10 elevado a la quince
(8) La
misión de los cinco –Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández,
Ramón Labañino y René González– consistía en infiltrar y observar las
actuaciones de grupos de exiliados cubanos para prevenir actos de terrorismo
contra Cuba. A propósito del juicio que condenó a varios de ellos a penas de
cadena perpetua, Amnistía Internacional declaró en un comunicado que “durante
el juicio no se presentó ninguna prueba que demostrase que los acusados
realmente hubieran manejado o transmitido información clasificada”.
(9) Véase
Fernando Morais, Los últimos soldados de la guerra fría, Editorial Arte y
Literatura, La Habana, 2013.
(10) Edward
Snowden corre el riesgo de ser condenado a 30 años de prisión después de haber
sido acusado oficialmente por la Administración de Estados Unidos de
“espionaje”, “robo” y “utilización ilegal de bienes gubernamentales”.
Nota del autor del blog en lugar de condenar al ladrón
envías a la cárcel al que informo sobre
el robo.
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