Elmer Huerta

Oncólogo y especialista en Salud Pública. Colaborador.

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La semana pasada, el Ministerio de Salud  sobre la presencia de un caso de la variante delta en una mujer de 78 años, en Arequipa. Hoy veremos cómo la  -previamente llamada B.1.617, e identificada originalmente en la India- tiene el potencial de cambiar la dinámica de la pandemia en el planeta.

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Esta  –anunciada por el Consorcio de Genómica del SARS-CoV-2 de la India el – fue identificada por primera vez en ese país en Bautizada por la prensa como la variante de la doble mutación (apelativo considerado engañoso por tener en realidad 17 mutaciones), fue  por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como variante de preocupación el 10 de mayo pasado.

—Reclasificación—

Para evitar el estigma por el origen geográfico de una variante,  usando las letras del alfabeto griego, y hasta el momento son las siguientes: alfa B.1.117 (Reino Unido), beta B.1.351 (Sudáfrica), gamma P.1 (Brasil), , épsilon B.1.427 y B.1.429 (EE.UU.), zeta P2 (Brasil), eta B.1.525 (EE.UU.), theta P3 (Filipinas), iota B.1.526 (EE.UU.) y kappa B.1.617.2 (India).

Sanamente: ¿Qué factores pueden hacer fallar la lectura del oxímetro?
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El doctor Elmer Huerta, explicó en el segmento Sanamente los factores que pueden hacer fallar la correcta lectura del oxímetro. (Fuente: América TV)

—Tipos de variantes—

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC)  en tres tipos: variantes de interés, de preocupación y de alta consecuencia.

Las variantes de interés presentan mutaciones que pueden hacer que el virus tenga cambios en su modo de transmitirse, de responder a los anticuerpos neutralizantes del virus (y, por tanto, pueda tener la capacidad de reinfectar a una persona que ya pasó la enfermedad, o que haya sido vacunada), e incluso de responder a los tratamientos con anticuerpos monoclonales.

Las variantes de interés requieren acciones de salud pública (incluida vigilancia), e investigaciones epidemiológicas para evaluar su facilidad de contagio, el tipo de enfermedad que causan, la respuesta a los tratamientos, y su respuesta a las actuales vacunas. Algunos ejemplos de variantes de interés son la variante iota, de Nueva York, y la zeta, de Brasil.

“Hasta el momento no existe, felizmente, una variante de alta consecuencia”.


Las variantes de preocupación son en las que hay evidencia de que el virus es más contagioso, producen una enfermedad más severa (por ejemplo, aumento de hospitalizaciones o muertes), responden menos a la neutralización por anticuerpos generados durante una infección natural o vacunación previa, responden menos a los tratamientos o vacunas, y dan falsos negativos en las pruebas de detección del diagnóstico.

Las  de preocupación requieren acciones de salud pública, como la notificación a la OMS en virtud del Reglamento Sanitario Internacional, esfuerzos locales o regionales para controlar la propagación y desarrollo de nuevas vacunas o pruebas diagnósticas. Algunos ejemplos son la alfa, la beta, la gamma y ahora la .

Hasta el momento no existe felizmente una variante de alta consecuencia.

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—La variante delta—

Esta variante ha desplazado rápidamente a la variante alfa y se ha convertido en las últimas semanas en la más frecuente en el Reino Unido, al haber sido identificada en más de 60 países (incluido el Perú). Esta variante es 40% a 60% más contagiosa que la variante alfa, la que era ya 50% más contagiosa que el tipo original del virus, lo que hace que la  sea el doble de contagiosa que el tipo original del virus.

Por otro lado, una  muestra que una sola dosis de las vacunas de Oxford/AstraZeneca y de Pfizer/BioNTech brinda un 33% de protección de una infección sintomática con la variante delta. Una segunda dosis, sin embargo, aumenta la protección de la vacuna de Pfizer a un 88% y la de AstraZeneca a 60%.

Al respecto, los  demuestran el alto valor de la vacunación. Hasta el 3 de junio, 12.383 casos de COVID-19 fueron causados por la variante delta; de estos, 464 llegaron a los servicios de emergencia, 126 fueron hospitalizados, de los cuales, 83 no estuvieron vacunados, 28 habían recibido una sola dosis de la vacuna y solo tres habían recibido las dos dosis de la vacuna.

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Eso ha hecho que las autoridades británicas, que habían dispuesto que la segunda dosis fuese retrasada hasta por 12 semanas, cambien su política de vacunación, al reducir ese intervalo a ocho semanas o menos.

Los expertos consideran que, debido a su mayor capacidad de contagio, la  se convertirá en los próximos meses en la más prevalente en el mundo, un hecho muy preocupante, debido a que, al aumentar el número de contagios, aumentaría el numero de casos graves que requerirían hospitalización y cuidados intensivos, servicios que no han podido suplir la demanda de pacientes en las diferentes olas de la pandemia.

—Corolario—

Sin duda que la pandemia se está comportando como un fenómeno biológico completamente impredecible y una verdadera competencia evolutiva entre el ser humano y el nuevo coronavirus, en que la vacunación se ha convertido en el factor dirimente.

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En ese sentido, los esfuerzos que hagan los países para vacunar a sus poblaciones lo más prontamente posible serán esenciales para asegurar que la variante delta, o alguna otra que pueda aparecer en el futuro, sea controlada.

Sin vacunas disponibles, sin embargo –y debido a la enorme inequidad en la distribución de esos vitales medicamentos–, la mayoría de los países no tendrá posibilidades de vacunar rápidamente a sus poblaciones. Iniciativas como la recientemente anunciada  por el grupo de países G7 podrían ayudar a resolver el problema. Ojalá sea pronto.