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miércoles, 21 de junio de 2017

La crisis de Qatar tiene implicaciones globales

La crisis de Qatar tiene implicaciones globales

http://www.expansion.com/opinion/2017/06/21/59496c23e2704e5a758b4628.html

POR GIDEON RACHMAN | FINANCIAL TIMES






Actualizado: 21/06/2017 00:08 horas

La crisis de Qatar apunta a que los días en los que el próspero y globalmente conectado Golfo Pérsico se podía mantener a una distancia prudencial de las tragedias de Oriente Próximo han llegado a su fin.

Durante los últimos seis años, han existido dos mundos árabes. El mundo de la violencia y de la tragedia; y el mundo de la ostentación y de la globalización. Siria, Irak, Libia y, en menor medida, Egipto han estado inmersos en conflictos. Pero Qatar, Abu Dabi y Dubái han prosperado como centros globales para los viajes, la diversión, los negocios y las finanzas. Las florecientes metrópolis del Golfo Pérsico no parecían afectadas por la violencia en el resto de Oriente Medio. Incluso se beneficiaron indirectamente como refugios seguros en una región inestable.

Pero el muro entre los dos mundos árabes se está derrumbando. Arabia Saudí, Baréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (que engloban a Abu Dabi y a Dubái) han impuesto un bloqueo a Qatar, alegando que los qataríes han estado apoyando movimientos yihadistas en toda la región, particularmente en Siria y en Libia. Debido a ello, la ilusión de que el rico Golfo Pérsico pudiera no verse salpicado por los conflictos generalizados que sufre Oriente Medio ha quedado hecha añicos.

La pregunta obvia es si al deslumbrante ascenso de los Estados del Golfo Pérsico podría seguirle una caída igual de deslumbrante. Si eso sucediera, las implicaciones serían globales.

Una de las razones por las que el mundo ha sido capaz de contemplar la desintegración de Siria y Libia con una escalofriante indiferencia es que ninguno de los dos países desempeña un papel importante en la economía mundial. Pero ese no es el caso de los Estados del Golfo Pérsico. Una crisis de seguridad en esa región se dejaría sentir en los consejos de administración y en los ministerios de Finanzas de todo el mundo.

Aunque son países pequeños -Qatar y Emiratos Árabes Unidos tienen poblaciones de 2,2 y 9,1 millones de habitantes, respectivamente- los Estados del Golfo desempeñan un papel importante dentro de la economía mundial. Qatar es el mayor exportador mundial de gas natural licuado (GNL). La Autoridad de Inversiones de Qatar posee enormes participaciones en importantes compañías occidentales, como Volkswagen y Barclays, y también ha invertido sus miles de millones de 'petrodólares' en activos trofeo a nivel mundial, como el Shard, el edificio más alto de Londres, y los grandes almacenes Harrods. Los qataríes también serán los anfitriones de la Copa Mundial de Fútbol en 2022.

Dubái, entretanto, ha aprovechado hábilmente su proximidad a Europa, al sur de Asia, a África y a Rusia para convertirse en el 'parque de atracciones' de Medio Oriente. El edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, se encuentra en el centro de Dubái, y la aerolínea Emirates es una de las más grandes del mundo. La Autoridad de Inversiones de Abu Dabi -el segundo mayor fondo soberano de inversión del mundo y uno de los mayores propietarios a nivel mundial- controla activos por más de 800.000 millones de dólares. Y luego está Arabia Saudí, el país más grande y poderoso de la región, cuya condición de mayor productor de petróleo del mundo ha destacado desde hace tiempo su importancia para la economía global.

Cuesta creer que las élites del Golfo Pérsico estuvieran dispuestas a arriesgar sus privilegiadas vidas sumiéndose en el conflicto. Pero antes incluso de la crisis de Qatar, la tensión había ido aumentando en la región.

La denuncia por parte de Arabia Saudí y de Emiratos Árabes Unidos de que los qataríes han estado financiando a yihadistas en toda la región ha sido reproducida por funcionarios occidentales. Pero el argumento de que esta disputa se centra únicamente en el terrorismo se ve minado por el hecho de que los propios saudíes son tristemente célebres por exportar y promover la ideología salafista que sustenta los movimientos yihadistas.

La realidad es que a los saudíes siempre les han molestado los exitosos esfuerzos de Qatar por mostrarse en la escena internacional como un actor independiente -algo que simboliza el patrocinio de Al Jazeera, que ha proporcionado una plataforma a los Hermanos Musulmanes, un grupo detestado por los saudíes. Arabia Saudí también considera que Qatar se ha acercado demasiado a Irán.

Este miedo a la creciente influencia iraní en toda la región ya ha conducido a los saudíes y a los emiratíes a la guerra en el vecino Yemen, hecho que ha tenido graves consecuencias para la población civil. Por irónico que parezca, el bloqueo a Qatar podría obligar al país a acercarse más a Irán.

Bajo circunstancias normales, EEUU haría todo lo posible para calmar una peligrosa disputa entre sus aliados del Golfo Pérsico. Pero no vivimos tiempos normales en Washington. Donald Trump se ha puesto del lado de los saudíes en la disputa; de hecho, el presidente estadounidense bien podría haber dado luz verde al bloqueo liderado por Arabia Saudí durante su visita al reino el mes pasado.

En cambio, el Departamento de Estado y el Pentágono tratan claramente de desempeñar un papel más neutral, sobre todo porque Qatar alberga la mayor base aérea estadounidense en Oriente Medio.

Qatar tiene razones para estar agradecido por la gran presencia militar estadounidense en el país. De no ser por ella, los qataríes serían mucho más vulnerables a una intervención militar dirigida por Arabia Saudí. Aun así, no está claro si los saudíes y los emiratíes tienen un posible desenlace en mente que no sea la capitulación absoluta de Qatar. Si esto no se logra rápidamente, los riesgos de un conflicto militar persistirán y el daño económico del bloqueo aumentará y contaminará la región.

Para los residentes y para los turistas del Golfo Pérsico, las guerras en Oriente Medio se han producido en regiones que ellos normalmente sólo ven desde miles de metros de altitud, en sus vuelos de Emirates o de Etihad a Europa o a EEUU. Pero la crisis de Qatar indica que es probable que los días en los que las tragedias de Oriente Medio podían mantenerse a una distancia prudencial del próspero Golfo Pérsico hayan llegado a su fin.

Nota del autor del blog creo la población de Qatar es de 300,000 y los 2 millones son extranjeros sin voz ni voto.

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