Publicado
23/05/2013 10:57 OPINIÓN La Primavera Árabe y sus consecuencias
¿Quiénes son más peligrosos: los
islamistas sunitas o chiíes?
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Opinion/51490/
Barry
Rubin
Hay un debate apasionado, pero quizás algo
académico, sobre la siguiente cuestión:
¿Quién
representa una mayor amenaza, los islamistas sunitas (Egipto, Túnez, la Franja
de Gaza, y quizás pronto Siria) o los islamistas chiíes (Irán, Líbano y por el
momento todavía Siria)?
Yo diría que la respuesta sería el bloque chií liderado por Irán. Sin embargo, tengo dos reservas:
el margen no es muy grande, y también depende del lugar y la situación
específica.
En primer lugar, Irán sigue siendo la mayor amenaza
estratégica en la región.
Se está moviendo tan rápido como puede hacia las
armas nucleares y sigue siendo el principal patrocinador del terrorismo. Por el
momento, continúa siendo, también, el Estado que más probablemente iniciaría
una guerra contra Occidente, aunque esa posibilidad es menor de lo que a menudo
se cree. Además, cuenta con un montón de dinero.
Lo que ha pasado casi desapercibido es que, ya
estamos casi a mediados de 2013 y, la Administración Obama apenas ha comenzado
las negociaciones con Irán, que probablemente se prolongarán sin éxito durante
un año o más.
Además, después
de las elecciones de junio en Irán - que presumiblemente elegirá un radical
aunque menos obviamente extremista que el actual presidente Mahmud Ahmadinejad
-, el gobierno y los medios de comunicación de EE.UU. probablemente proclamarán
el comienzo de una nueva era de moderación iraní.
Irán
es también el patrocinador principal de la revolución islámica en Bahréin
(que ha fracasado), el Líbano (donde sus clientes, el Hezbollah, son la fuerza
más poderosa) y Siria (donde su régimen aliado está en serios problemas).
Un último punto es que Teherán está teniendo cierto éxito en la conformación del gobierno
iraquí (chií) dentro de su órbita. Bagdad está sin duda cooperando con Irán en
la defensa del régimen sirio, aunque uno no debería exagerar hasta qué
punto está Irak en el bolsillo de Irán. En cualquier caso, nadie quiere que el régimen iraquí sea derrocado por la oposición
terrorista de al-Qaida.
Así que se puede hacer un enérgico argumento de que
Irán es la mayor amenaza en la región.
Por otro lado, sin embargo, una Gran Muralla Sunita
se ha erigido para evitar la expansión de la influencia iraní, a excepción del
Líbano.
El bloque sunita contiene pocos musulmanes chiís.
Los Hermanos Musulmanes, los salafistas más radicales, y otros musulmanes
sunitas (Arabia Saudita, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo) han
dicho que los chiís son una amenaza más grave que Israel.
Tal vez el temor a Irán genere alguna causa común
con Occidente. Pero esto también es una propuesta que da miedo ya que la política de la Administración
Obama de fomentar el islamismo sunita (Egipto, Túnez, Siria, e incluso Turquía)
podría usar este punto como una excusa.
Tal vez podría decirse que Estados Unidos está construyendo un frente unido contra Irán, pero
¿a
qué precio?
¿Volcando gran parte del mundo árabe hacia el
islamismo sunita represivo, antinorteamericano y antisemita; mientras los
cristianos huyen?
Además, existe otra debilidad en el islamismo sunita,
sin embargo, eso también lo hace parecer relativamente menos amenazador. A
diferencia de Irán, los islamistas sunitas no tienen un patrocinador rico
comparable a Irán. Ellos pueden contar con el dinero de Qatar y en cierta medida de Libia,
pero tienen menos recursos. A veces, los sauditas
ayudarán a los islamistas sunitas; pero solamente si bajan el tono de sus
acciones belicosas y anti-occidentales. No existe un gran banquero para la
desestabilización islamista sunita del Medio Oriente.
Tampoco tienen una fuente confiable de armas; en contraste con
los chiís que tienen a Irán y; en ocasiones, también a Rusia.
Es cierto que en Siria, los
rebeldes sunitas tienen el respaldo de EE.UU. para conseguir material
bélico, y armas de Libia y de otros lugares pagados por Arabia Saudita y
Qatar. Sin embargo, Siria es un caso excepcional. Los sauditas no van a
financiar a los Hermanos Musulmanes ni sus ambiciones. Bahréin ha declarado al
Hezbollah chií como grupo terrorista, incluso mientras la Unión Europea se niega
a hacerlo.
Así que se podría decir que los chiís islámistas e
Irán representan un peligro mayor.
Sin
embargo, un segundo peligro es la política de EE.UU. u occidental de promover
el islamismo sunita como una manera de contrarrestar a los chiís.
Se trata de una estrategia que profundizó los
peligros regionales y el sufrimiento de los pueblos árabes. Luego, también,
está el hecho de que al-Qaida, es una organización islamista sunita, y las
fuerzas de al-Qaeda se están fortaleciendo en Siria.
Uno
tendría que ser muy tonto para querer ver al islamismo sunita logrando más
triunfos, como para derrocar las monarquías en Marruecos, Arabia Saudita,
Jordania, Omán, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar o Bahréin, así como al
régimen argelino.
Uno también
tendría ser tonto - pero en este punto la Administración de Obama lo es
bastante - de querer ver a los regímenes de los Hermanos Musulmanes teniendo éxito en Egipto, Túnez, la Franja de Gaza
y Siria.
Lo que estamos viendo, sin embargo, es que el
islamismo se está enredando actualmente con el poder que ha adquirido, sobre
todo en Egipto. El país está innatamente en dificultades económicas y éstas
están siendo agravadas por el desgobierno de los Hermanos Musulmanes. En lugar
de elevar a sus países a la cima de la eficiencia económico-militar, los regímenes islamistas los están
destruyendo.
Pero hay algunos comodines salvajes muy importantes
en las barajas:
- Si los regímenes sunitas islamistas en Egipto y
Siria enfrentan problemas importantes con la inestabilidad y la economía,
podrían adoptar la táctica tradicional de las dictaduras árabes, agitando las disputas externas y
promoviendo el antiamericanismo.
Esto podría desencadenar futuras guerras
árabe-israelíes.
- Los regímenes sunitas islamistas en Egipto, la
Franja de Gaza, y probablemente en Siria, conferirían a las fuerzas salafistas
radicales carta blanca para atacar a los cristianos, los moderados, los
derechos de las mujeres, las embajadas extranjeras, y posiblemente a Israel.
Los derechos humanos en esos países-si a alguien en Occidente le importan - van
a sufrir un golpe severo.
- Hamas probablemente atacará a Israel en el futuro,
tal vez al menos con algún apoyo de Egipto; aunque el régimen egipcio está
tratando ahora de frenar a Hamas a fin de consolidar el gobierno en su país y
conseguir dinero occidental.
-
Al-Qaeda está ganando fuerza en Siria y, por primera vez, su posible conquista
no se puede descartar; por lo menos, en alianza con otros grupos salafistas.
- Cuanto más fuerte sean los islamistas sunitas;
menos cooperativa será la Autoridad Palestina (AP) en relación a los esfuerzos
en el “proceso de paz”. Es posible que la AP enfrente un desafío considerable
por parte de Hamas en Cisjordania; mientras que algunas fuerzas dentro de
Fatah, el partido gobernante de la AP, podrían formar alianzas con ese
movimiento islamista. Israel debería poder mantener a la AP en el poder - una
situación irónica-, porque su estabilidad podría desmoronarse.
En resumen, si bien se puede argumentar que el
islamismo chií es el más peligroso - al menos debido a que Irán podría
conseguir armas nucleares - hay que examinar con mucho cuidado las
implicaciones de este argumento en cada caso específico. Promover el islam sunita no es una panacea; sino más bien sustituir una
amenaza de largo plazo por otra de corto plazo.
Barry Rubin es director del
Centro Global Research in International Affairs (GLORIA) y editor de la revista
“Review of International Affairs” (MERIA). Su último libro: Israel: “An
Introduction”, ha sido publicado recientemente por “Yale University Press”.
Este artículo ha sido publicado originalmente en
PJMedia
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