Visita siria a los EUA: "Bashar al-Assad quiere demostrar que puede ser fiable de nuevo”
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El presidente sirio Bashar al-Assad, aliado de Irán y del Hezbolá libanés, fue recibido con honores en los Emiratos Árabes Unidos, que recientemente normalizaron sus relaciones con Israel, en la que es la primera visita del mandatario sirio a un a un país árabe desde 2011. Un acontecimiento que no podría haber tenido lugar sin el respaldo iraní, según los expertos, y que acerca un poco más a Siria a su reintegración en la Liga Árabe.
La visita de Bashar al-Assad a los Emiratos Árabes Unidos el 18 de marzo, la primera del presidente sirio a un país árabe desde 2011, puede haber causado cierto asombro entre quienes no están acostumbrados a las grandes paradojas del Medio Oriente; o incluso simplemente a los principios de la realpolitik.
En efecto, ¿cómo explicar que el aliado de Irán y del Hezbolá libanés, que forma parte del "eje de resistencia" contra Israel y Estados Unidos, pueda acudir a los EUA, líder de los países árabes, que ha normalizado sus relaciones con el Estado hebreo, y uno de los principales actores del conflicto yemení?
Realpolitik, pues, ya que los expertos de la región coinciden en que esta visita no podría haber tenido lugar sin el aval de los iraníes, con los que el presidente sirio debe lidiar en su propio país.
"Siria está en alerta ante las maniobras sospechosas de algunos países árabes que pretenden normalizar sus relaciones con el régimen sionista", declaró el 1 de marzo el general Ali Mamlouk, poderoso jefe de la inteligencia siria, al ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, durante una visita a Teherán.
Luz verde iraní
"Bashar al-Assad no tiene mucho margen de maniobra, no puede distanciarse de Teherán e ir sin su acuerdo a los Emiratos, la principal potencia regional que ha normalizado recientemente sus relaciones con Israel, considerado como el enemigo odiado por los iraníes", declaró Fabrice Balanche, profesor de la Universidad de Lyon 2, geógrafo y especialista en Siria, entrevistado por France 24.
Ziad Majed, profesor de la Universidad Americana de París, especialista en el Medio Oriente y uno de los autores de "En la cabeza de Bashar al-Assad", editado por Actes Sud, comparte esta opinión.
"La diplomacia del régimen sirio sigue el modelo de sus protectores rusos e iraníes, de los que no puede liberarse”, dice el docente.
“Por lo tanto, seguramente ha obtenido luz verde de Irán y Rusia para ir a Abu Dhabi, porque ambos tienen interés en que se relacione con Mohammed ben Zayed, conocido como MBZ, el muy influyente príncipe heredero de Abu Dhabi”, añade.
Ziad Majed explica que la República Islámica de Irán, "al igual que el Hezbolá proiraní en Líbano", siempre ha tenido "una postura extremadamente pragmática en la que todo está permitido, todo tipo de contactos, alianzas o maniobras, mientras que todo está prohibido para sus oponentes".
"Los iraníes también tienen interés en mantener contactos con los emiratíes a través de Bashar al-Assad o de otros actores, sobre todo para hablar de Yemen, donde intervienen en bandos opuestos, pero sin aceptar la más mínima concesión del presidente sirio, que perjudicaría sus intereses”, argumenta Majed.
El interés de Teherán puede ser también económico, subraya Fabrice Balanche, que evoca "las líneas rojas que no se deben cruzar para Siria", en particular sobre todas las cuestiones que conciernen al Estado hebreo.
“Si Bashar al-Assad consigue obtener ayuda financiera de los países del Golfo para impulsar la economía y poner en marcha la reconstrucción del país, esto aliviará a los iraníes, que tendrán menos necesidad de ayudar financieramente al régimen de Bashar al-Assad", apunta Balanche.
Damasco sólo consigue sobrevivir económicamente gracias a sus aliados y, en particular, gracias al petróleo iraní y al apoyo financiero de Teherán, pero es un peso económico para Irán, cuya propia situación económica ya es frágil.
Una visita "muy simbólica"
Los iraníes, al igual que los rusos, también tienen un gran interés en que el presidente sirio se reintegre en la la comunidad árabe porque sería sinónimo de un nuevo fracaso para Occidente, que ha militado por un cambio de régimen en Damasco, antes de que Teherán y Moscú salvaran la situación.
“Bashar al-Assad acudió a los Emiratos con confianza, en el sentido de que el presidente sirio y MBZ mantienen relaciones bastante cordiales desde hace varios años, ya que este país del Golfo fue el primero en reabrir su embajada en Damasco, y trabaja desde hace tiempo para obtener el reingreso de Siria en la Liga Árabe", prosigue Fabrice Balanche.
“Así que si a principios de noviembre de 2022 el presidente sirio se encuentra en Argel, donde se celebrará la próxima cumbre de la Liga Árabe, y se toma fotos con los demás líderes y jefes de Estado, significará que ha ganado su apuesta al reintegrar a la familia árabe y recuperar su legitimidad, y también será una victoria para sus patrocinadores rusos e iraníes.”
Desterrado de la comunidad internacional por las potencias occidentales, acusado de haber utilizado armas químicas contra su población y aislado por las potencias suníes de la región, el régimen sirio fue suspendido de las filas de la Liga Árabe en noviembre de 2011, en protesta por la represión del levantamiento contra el régimen.
"Bashar al-Assad se dirige hacia sus socios árabes, que tienen los medios para proporcionarle ayuda económica para reconstruir el país, porque sabe que tiene poco que esperar de Occidente, y que sospecha que será más difícil restaurar su imagen y recuperar su legitimidad con ellos.”
Ziad Majed considera que "entre las sanciones occidentales contra Moscú y la opinión pública internacional que retumba contra la guerra lanzada por el Kremlin en Ucrania, es muy poco probable que volvamos a escuchar las pocas voces que se alzaban en Occidente para pedir la reanudación o la normalización de las relaciones con el régimen de Bashar al-Assad.”
"En un momento en que Siria se encuentra en una situación catastrófica desde el punto de vista económico y financiero y que el régimen está asfixiado por las sanciones, Bashar al-Assad, acusado de crímenes de guerra y de crímenes contra de lesa humanidad, sólo puede recurrir a los países árabes que se preocupan menos por su historial", añade.
Y concluye: "de ahí la importancia de esta visita tan simbólica para el líder sirio, que quiere demostrar que vuelve a ser fiable sobre todo en el mundo árabe, y que regresa a la escena regional tras ser recibido con honores por un país que desempeña un papel muy activo a nivel internacional y que actualmente es miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.”
Texto traducido del canal francés por Gabrielle Colchen


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