Rusia puede retener al níquel como rehén
Si Putin corta el suministro del metal, la economía de los vehículos eléctricos chisporroteará.
Cuando los republicanos hablan de asegurar la “independencia energética” de Estados Unidos, se refieren a extraer más petróleo. Cuando los demócratas lo hacen, quieren decir consumir menos petróleo. El presidente Biden dijo la semana pasada que la guerra en Ucrania es un recordatorio de que “necesitamos volvernos independientes de la energía” y “debería motivarnos a acelerar la transición hacia la energía limpia”. Las políticas climáticas de la izquierda harían a EE. UU. más, no menos, vulnerable a dictadores potencialmente hostiles. El aumento de los precios del níquel de la semana pasada ofreció una vista previa de los peligros de depender demasiado de las energías renovables.
Rusia suministra alrededor del 20% del níquel de clase 1 del mundo, que tiene una pureza de al menos el 99,8%. Se utiliza principalmente en acero inoxidable, pero también es un elemento fundamental en las baterías, incluidas las que se utilizan en los vehículos eléctricos. Las baterías de automóviles eléctricos más avanzadas que almacenan más energía necesitan más níquel.
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