El juego de las grandes potencias de China
Xi Jinping apoya a Rusia en Ucrania, y los costos de hacerlo aumentarán.
Durante muchos años, Beijing restó importancia a las ambiciones que alberga China de convertirse en una gran potencia, y las últimas tres semanas han demostrado por qué. El presidente Xi Jinping, en uno de sus movimientos estratégicos más audaces, se unió al presidente ruso, Vladimir Putin, antes de la invasión rusa de Ucrania. Xi ahora se encuentra envuelto en un alboroto global que no será ni fácil ni barato para China. Se merece el desprecio global que está recibiendo.
Los Sres. Xi y Putin declararon a principios de febrero que su amistad “no tiene límites”, y el Sr. Xi está cumpliendo esa promesa. Si bien Beijing hace reverencias poco entusiastas hacia la neutralidad en la guerra, Xi no ha ejercido presión sobre Putin para que la detenga. La propaganda de China sobre Ucrania tiene un tono decididamente prorruso y antiestadounidense. Pekín se resiste a las sanciones contra Rusia (tanto como sus bancos pueden hacerlo sin poner en peligro su acceso a los dólares). Todavía puede suministrar armas a Rusia para apoyar la guerra.
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