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El movimiento de protesta, conocido como Hirak, se centra en la falta de infraestructura, hospitales, escuelas y oportunidades de empleo.
Olmo Calvo |29 jul 2017 08:12 GMT| Marruecos , Oriente Medio
La semana pasada, miles de personas salieron a las calles de al-Hoceima en el norte de Marruecos para exigir la liberación de más de 200 activistas encarcelados durante las manifestaciones en toda la región del Rif en los últimos nueve meses.
Los disturbios se remontan a octubre, cuando el vendedor de pescado Mouhcine Fikri murió en un compactador de basura mientras trataba de recuperar sus mercancías, que habían sido confiscadas por la policía local. Su caso desencadenó una ola de ira pública por la marginación histórica de la población de Rif.
El movimiento de protesta, conocido como Hirak, se centra en la falta de infraestructura, hospitales, escuelas y oportunidades de empleo en la región. Las autoridades han respondido haciendo arrestos en un esfuerzo por reprimir las protestas.
Al-Hoceima se ha convertido en el centro del movimiento de protesta, que exige empleos e inversión pública en infraestructura. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
La imagen del Rey Mohamed VI está presente en todos los rincones de la ciudad, en bares, tiendas y mercados. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Un hombre grita a la policía durante una protesta el 20 de julio. Aunque el gobierno prohibió la manifestación, miles de personas salieron a la calle sin tener en cuenta. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Cientos de policías entraron, intentando detener a los manifestantes. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
A lo largo del día, muchas personas resultaron heridas, entre ellas un joven que sufrió un grave golpe en la cabeza y fue trasladado en helicóptero a un hospital de Rabat. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Un día después de la manifestación del 20 de julio, la plaza Mohamed VI en el centro de la ciudad estaba llena de familias disfrutando del buen tiempo. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Un grupo de jóvenes hace una barricada de fuego en el barrio de Afazar en las afueras de al-Hoceima. Dos días después de la protesta del 20 de julio, todavía existían enfrentamientos entre la población local y la policía en algunos barrios de la ciudad. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Los jóvenes lanzan piedras en un esfuerzo por impedir que la policía en el barrio de Afazar entre a arrestar a los activistas. La policía a menudo viene por la noche o muy temprano en la mañana para arrestar a la gente en sus hogares. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Hodda Sekatti reza en casa con dos de sus hijas momentos antes de salir a coger un autobús para ver a su marido, que fue encarcelado en Casablanca por participar en protestas. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Cada martes, un autobús va de al-Hoceima a Casablanca para que los familiares de las personas encarceladas puedan visitarlos. El autobús dura 12 horas. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Una bandera marroquí gigante vuela en la playa de Carabonita. Al-Hoceima es una ciudad turística, y mientras las protestas continúan, muchas personas disfrutan del mar. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
La policía antidisturbios lucha con un grupo de mujeres que se manifestaron el 20 de julio en el centro de al-Hoceima. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Las mujeres levantan sus puños, gritando a la policía mientras piden mayores derechos sociales. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Después de grandes manifestaciones en todos los barrios de la ciudad, las protestas continuaron durante la noche con enfrentamientos entre jóvenes y policías. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
Los jóvenes del barrio de Afazar se enfrentan a la policía para impedir que entren en el barrio para detener a los activistas. [Olmo Calvo / Al Jazeera]
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