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lunes, 1 de mayo de 2017

¡Voilá! le prolétariat nord de la France soutient massivement Le Pen. Los obreros franceses abrazan a Marine Le Pen . Entre 1980 y 2007, la industria francesa perdió el 36% de sus empleos; es decir, 1,9 millones de puestos de trabajo (71.000 al año), ///IRENE HDEZ. VELASCO encontrado en el mundo.es

¡Voilá! le prolétariat nord de la France soutient massivement Le Pen. Los obreros franceses abrazan a Marine Le Pen. Entre 1980 y 2007, la industria francesa perdió el 36% de sus empleos; es decir, 1,9 millones de puestos de trabajo (71.000 al año), 

Los obreros franceses abrazan a Marine Le Pen

http://www.elmundo.es/internacional/2017/05/01/59062acc46163f000f8b460b.html

IRENE HDEZ. VELASCO Lille (Francia)


1 may. 2017 03:22



La candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, visita el mercado de Rungis. CHARLES PLATIAU / POOLEFE




La deslocalización y el paro convierten al Frente Nacional en el primer partido del cinturón industrial y minero del norte de Francia, histórico bastión socialista


La ultraderecha gana votos entre "una generación sin presente"

En los guetos musulmanes de Marsella donde triunfa el Frente Nacional

"Yo he hecho de todo, pero no hay manera, este hijo mío no atiende a razones. Aunque en el fondo le entiendo. En mi época las cosas eran distintas, teníamos un futuro. Su generación sin embargo no tiene ni siquiera un presente", asegura Pierre mientras le da vueltas interminables con la cucharilla al azúcar de su café con leche.

Tiene 63 años y es un soldador de Sallaumines, localidad de unos 10.000 habitantes a media hora en coche de Lille (norte de Francia), muy cerca de la frontera con Bélgica. 

Un paraje famoso por sus minas, aunque en los años 90 cerraron casi todas. 

Ha trabajado media vida en Durissotti, una compañía de la zona que produce carrocerías de automóviles, hasta que hace unos años le prejubilaron. 

Como buen obrero, siempre ha votado al Partido Socialista, siempre ha estado vinculado al CGT (Confederación General del Trabajo, el principal sindicato francés). Y ahora arrastra una decepción morrocotuda porque uno de sus hijos va y le sale del Frente Nacional. "Tiene 36 años y no encuentra un trabajo en condiciones, sólo alguna chapuza aquí o allá. Está desesperado. Dice que es hora de cambiar, que así no vamos a ninguna parte", balbucea tan resignado como avergonzado.



Esta, la de Norte-Paso de Calais-Picardía, era una región 'roja' donde históricamente gobernaba siempre la izquierda. Pero ahora no. Ahora se ha vuelto azul, azul Marine

En Sallaumines, sin ir más lejos, nada menos que el 39,01% votó en la primera vuelta de estas elecciones presidenciales por el Frente Nacional (FN).El cambio tiene una explicación muy sencilla: desindustrialización

Entre 1980 y 2007, la industria francesa perdió el 36% de sus empleos; es decir, 1,9 millones de puestos de trabajo (71.000 al año), según la Dirección General de Política Económica. Esta zona fue la más afectada, la propia Sallaumines ocupa la 22º posición en la lista de localidades más golpeadas.

El paisaje lo confirma: fábricas abandonadas, fantasmagóricas naves desmanteladas.... 

Del sector industrial ya sólo comen 3,1 millones de franceses y representa únicamente el 12% de la actividad económica del país, frente al 20% de 1989.

Marine Le Pen sabe muy bien qué ha ocurrido por aquí en los últimos 40 años. No es que la zona se haya desindustrializado: se ha convertido en un páramo. Y sobre el miedo y la rabia de todos esos obreros que han perdido su trabajo, o temen perderlo, comenzó a trabajar... 

Fue la primera en entender que de las graves heridas que la desindustrialización y la globalización han infligido a Francia se podía sacar tajada política. 

Algo de lo que ni el Partido Socialista ni la CGT se percataron, a pesar de que todo discurría ante sus narices. Ahora la situación es tan agónica que Philippe Martínez, secretario general de la CGT, anda pidiendo con la boca pequeña el voto para Macron (autor de la reforma laboral tan denostada por los sindicatos) con tal de pararle los pies a Le Pen.A sólo 10 kilómetros de Sallaumine está Hénin-Beaumont. Ambas se encuentran en el corazón de la bassin-minier, la que fuera la principal zona minera de Francia durante tres siglos.


 Un área de 1.200 kilómetros cuadrados al noroeste del país con unas cifras absolutamente desoladoras: una tasa de paro del 19,7% (diez puntos más que el promedio del país), un índice de pobreza del 23,1% (frente al 14,5% de Francia en general) y una esperanza de vida de seis años menos que en la región de París. 


El abandono escolar está a la orden del día. Desde aquí, desde Hénin-Beaumont, empezó su escalada Marine le Pen. Con la inestimable ayuda del Partido Socialista (PS) y en concreto de Pierre Darchicourt. Hijo de un sindicalista histórico, Darchicourt fue alcalde socialista de esta localidad de 26.000 habitantes durante 13 años. Hasta 2001, cuando se vio obligado a dimitir tras un escándalo de corrupción y un agujero en las cuentas locales de 16 millones de euros. Pero en lugar de darle una patada, como se merecía, el PS siguió apoyándole. Hasta 2009, cuando la gendarmería se lo llevó esposado.


 El Frente Nacional empezó a crecer en esta zona en ese preciso instante. Fue haciéndose con cada vez más ayuntamientos de la bassin-minier como por ejemplo Hayange, gobernado de toda la vida por los socialistas y donde en las elecciones municipales de 2014 ganó el FN de la mano de Fabien Engelmann. Un tipo que ilustra a la perfección el vuelco que ha tenido lugar en estas tierras: era un sindicalista de la CGT que fue candidato en las municipales de 2008 en la localidad de Thionville por el partido Lucha Obrera. Hasta que en 2009, ¡voilà!, se pasó a la extrema derecha. ¿Y quién cree que ganó en la bassin-minier en la primera vuelta de estas elecciones presidenciales? Pues sí, Marine Le Pen, claro. Se colocó en primera posición, con una fuerte ventaja sobre el resto de candidatos y sobre la media nacional, en prácticamente toda la región Norte-Paso de Calais- Picardía. Se anotó en total el 31,03 % de las papeletas, frente al 19,59 % de Melenchon y el 19,50 % de Macron. En la ciudad de Lille, no fue así. Pero es que el FN no acaba de cuajar en los centros urbanos, la burguesía de París, Lille o Lyon se le resiste. Lo suyo es la Francia rural y periférica. 

Aunque probablemente el epígrafe final al socialismo aquí lo puso François Hollande. Por estas tierras nadie olvida cuando en 2012, en la anterior campaña electoral, se presentó en Florange, siempre en la zona minera, y prometió que si salía elegido aprobaría una ley que obligase a los empresarios a buscar un comprador para todas las fábricas que cerraran, a fin de evitar el desmantelamiento de los altos hornos de esa localidad. "Le creímos", se lamenta Daniel Jouvet, otra víctima de la desindustrialización de Sallaumines. Pero después de llegar Hollande al Elíseo, llego la traición: incumplió lo prometido y los altos hornos de Florange cerraron. Y ahora la región es cada vez más azul, azul Marine.



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