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Por CHRISTOPHER BJORK y DAVID ENRICH
MADRID—Casi tres meses después de que España solicitara un rescate europeo de 100.000 millones de euros (US$126.000 millones) para sus bancos, los problemas que enfrenta el frágil sistema bancario del país se están profundizando, lo que ejerce presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que tome medidas esta semana.
Se prevé que en su reunión de mañana jueves, el BCE dé detalles sobre sus planes para atraer de nuevo a los inversionistas privados a los mercados de bonos soberanos del sur de Europa, incluidos los de España. Pero la misma tormenta que alejó a los inversionistas de la península ibérica —el deterioro del sistema bancario— parece estar tomando impulso.
El problema más reciente es la incapacidad de los bancos españoles de autofinanciarse a través de los medios habituales. Los mercados de capital siguen en gran medida cerrados ya que los inversionistas se niegan a comprar bonos de bancos a precios accesibles. Y los clientes, nerviosos por la salud de las instituciones financieras, están retirando sus depósitos.
Los bancos parecen estar agotando sus capacidades para extraer efectivo del BCE, el prestamista de última instancia para buena parte del golpeado sistema financiero del sur de Europa.
Los problemas se han estado acumulando desde fines del año pasado. Pero la intensificación reciente ha obligado a los funcionarios españoles a hacer malabares para impedir que los problemas de liquidez de su sistema bancario se conviertan en una crisis financiera grave. Muchos expertos prevén que el BCE saldrá al rescate el jueves al facilitar préstamos a los bancos de la zona euro.
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En una señal de las presiones crecientes, el Banco de España parece haber comenzado a otorgar préstamos de emergencia a algunos de los bancos del país, según datos del banco central y funcionarios de la industria.
La semana pasada, el gobierno español ofreció otra medida de alivio al cancelar una regulación que esencialmente le ponía un límite a las tasas de interés que pueden ofrecer a los ahorradores, una regla que entró en vigencia hace alrededor de un año para desactivar una guerra de precios entre los bancos que escalaba y potencialmente podía resultar desestabilizadora. Los bancos respondieron con rapidez al subir las tasas de interés por encima de 4% en un intento por atraer a consumidores nerviosos.
Los bancos intentan desacelerar un desfile de clientes que retiran sus depósitos. En julio, los depósitos cayeron 4,7% a 1,51 billones (millones de millones) de euros, según datos del BCE. La caída mensual de casi 75.000 millones de euros fue la más pronunciada en España desde que el BCE comenzó a llevar registro de esa información en 1997.
“Ahora hay una crisis de liquidez”, indicó Philippe Bodereau, director de investigación de crédito europeo en la firma inversionista de bonos Pimco.
“En España se está produciendo una ‘corrida’ bancaria. El sector privado está abandonando el sistema”.
El éxodo es impulsado por temores sobre la salud de la industria. Incluso luego de que el gobierno español intentara en junio borrar los temores al pedir un préstamo de 100.000 millones de euros para recapitalizar el sector, clientes e inversionistas siguen temerosos ante las pérdidas que acechan los libros de los bancos y la posibilidad de que España pueda abandonar la zona euro.
Los bancos españoles llenaron el vacío dejado por los clientes que se fueron con fondos desembolsados por el BCE y el banco central de España. A fines de julio, la industria había pedido prestados un total de 410.000 millones de euros del BCE. Los mayores deudores van desde instituciones en una situación relativamente buena como Banco Santander SA hasta protegidos del estado como Bankia SA.
El BCE permite que los bancos presenten una variedad de activos —incluidos bonos soberanos europeos y valores compuestos de hipotecas y préstamos a pequeñas empresas— como garantía a cambio de préstamos. A comienzos de este año, muchos bancos europeos agotaron sus opciones de garantía, y el BCE permitió que bancos centrales individuales aceptaran una mayor variedad de activos.
Ahora el problema del colateral está resurgiendo, y analistas afirman que algunos bancos españoles se están quedando sin activos que califiquen.
El Banco de España parece haber activado por primera vez un programa de préstamos de emergencia que les permitiría a las instituciones españolas pedir prestado directamente al banco central, y así evitar los requisitos de garantía relativamente exigentes del BCE. El programa es muy secreto y no hubo confirmación oficial de que se hubiera usado, pero analistas creen que habría entregado más de 400 millones de euros.
—Charles Forelle contribuyó a este artículo.
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