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sábado, 13 de agosto de 2016

The Economist predice que la economía mundial , durante 2015-2020 crecerá en promedio solo 2,47% anual , si China creciera solo 6,5 % entonces casi todos los demás estarían en recesión incluyendo la eurozona, Japón y tal vez EEUU : la nueva normalidad es el Estancamiento Secular como lo definió Larry Summers que consiste cuando la economía crece pero no lo suficientemente rápido para hacer uso del incremento de su capacidad, de tal manera que cada vez un mayor número de sus máquinas y trabajadores están paradas: The Conference Board estima que chile crecerá solo 1 % este 2016 . La recuperación de los emergentes es un falso optimismo porque 2016-2017 traerá nuevos desafíos ,“recesión de crecimiento”. “el repunte en los precios de los commodities será lento”. El crédito moroso de los bancos italianos es del orden del 22 % del PBI . Deutsche Bank, alcanzó su capitalización bursátil más baja desde el año 1989.//por Hugo Fazio


The Economist predice que la economía  mundial , durante 2015-2020 crecerá en promedio solo 2,47% anual , si China creciera solo 6,5 % entonces casi todos los demás estarían en recesión incluyendo la eurozona, Japón y tal vez EEUU : la nueva normalidad es el Estancamiento Secular como lo definió Larry Summers que consiste cuando  la economía crece pero no lo suficientemente rápido para hacer uso del incremento de su capacidad, de tal manera que cada vez un mayor número de sus máquinas y trabajadores están paradas:  The Conference Board estima que chile crecerá solo 1 % este 2016 . La recuperación  de los  emergentes es  un falso optimismo porque 2016-2017 traerá nuevos desafíos ,recesión de crecimiento”. “el repunte en los precios de los commodities será lento”. El crédito moroso de los bancos italianos es del orden del 22 % del PBI . Deutsche Bank, alcanzó su capitalización bursátil más baja desde el año 1989.










La recesión de crecimiento global

http://www.elciudadano.cl/2016/08/09/314496/la-recesion-de-crecimiento-global1/


La economía mundial vivió desde la Gran Recesión una década atípica, que en estos años se está caracterizando por el predominio en países de situaciones en que el incremento de su producto efectivo es sostenidamente inferior al de los factores productivos, dándose la situación que analizando la evolución de Japón Paul Krugman llamó “recesión de crecimiento”.
EL CIUDADANO 
3 DÍAS ATRÁS 23:08  


El ciclo de la economía chilena, pequeña y extraordinariamente abierta, está necesariamente muy influida por lo que acontezca a nivel mundial. 

Las más variadas estimaciones reducen sus tasas de crecimiento. 

Economist Intelligence Unit la disminuyó en su última proyección a apenas 2,3%.  Con el agravante que un curso similar, en medio de algunos zig-zags, lo proyecta hasta el año 2020. 

Su nivel más bajo de expansión la ubica en el año 2019, cuando prevé Estados Unidos experimente una “recesión moderada”.

  Es decir, la economía mundial vivió desde la Gran Recesión una década atípica, que en estos años se está caracterizando por el predominio en países de situaciones en que el incremento de su producto efectivo es sostenidamente inferior al de los factores productivos, dándose la situación que analizando la evolución de Japón Paul Krugman  llamó “recesión de crecimiento”. 

A este fenómeno se le ha dado otras denominaciones. 
El exsecretario del Tesoro de EEUU Larry Summers lo llamó “estancamiento secular”, mientras el Fondo Monetario Internacional lo calificó de “nueva mediocridad”.  En este contexto, políticas preconizadas, como las de austeridad fiscal, han agravado el curso cíclico, cuando lo que se requiere es aplicar y coordinar políticas anticíclicas.


Grandes componentes de la economía global viven una fase de su ciclo muy debilitada, existiendo otros incluyendo países importantes como Brasil y Rusia que registran ya por un período largo caída en sus niveles de actividad. La expansión global del producto es baja.

Economist Intelligence Unit (EIU), la unidad de estudios de la revista  Economist, proyecta la continuidad de este estado de casos. “El crecimiento del PIB mundial –cifró al proyectar las perspectivas globales en 2016- caería a 2,3% desde 2,4% en 2015, pero se acelerará  a 2,7% en 2017-2018 (…). Luego –prevé- la economía global volverá a frenarse a 2,2% en 2019, cuando el fin del ciclo de negocios en EEUU  termine en una recesión moderada antes de recuperarse a 2,5% en 2020” (04/07/016).
De ser así, durante 2015-2020 el promedio del crecimiento mundial sería de solo 2,47%.

Predomina en el escenario mundial una situación denominada por Paul Krugman, analizando la situación de Japón a fines de los años noventa, como recesión de crecimiento, que “sucede –explicó- cuando una economía crece pero no lo suficientemente rápido para hacer uso del incremento de su capacidad, de tal manera que cada vez un mayor número de sus máquinas y trabajadores están paradas”.

El premio Nobel agregó en ese entonces:

“Japón (…) esencialmente ha experimentado una recesión de crecimiento de ocho años (…) ello se aproxima a un nuevo fenómeno: depresión de crecimiento”[1].

Esta situación en la economía asiática en lo fundamental ha continuado hasta la fecha. A este estado de cosas se le ha dado otras denominaciones, por ejemplo “estancamiento secular” o “nueva mediocridad”[2].

A este estado de cosas se le ha dado otras denominaciones, por ejemplo “estancamiento secular” o “nueva mediocridad


EIU explica el ligero incremento de 2017-2018 como consecuencia de “que el panorama para los emergentes mejora gradualmente”.


Estima que “en la mayoría de los emergentes, el primer semestre de 2016 fue mejor que la segunda mitad de 2015”, explicándolo a partir de que “las expectativas de un endurecimiento monetario en EEUU se han moderado”, teniendo presente que la Reserva Federal ha desistido de nuevas alzas en su tasa de interés, lo cual contribuyó a que los “flujos de capital que se volvieron negativos en 2015 volvieron a terreno positivo en marzo y las monedas han recuperado parte del terreno que perdieron ante el dólar”.


En Chile, efectivamente la paridad cambiaria del peso con la divisa estadounidense pasó de estar en el semestre sobre los $700, a descender incluso por debajo de los  $650, lo cual debería conducir –junto con el bajo nivel de la demanda y el creciente porcentaje de factores productivos sin utilizar- a que la inflación, por fin, después de más de dos años, se coloque dentro del rango que busca el Banco Central entre 2% y 4%.


En el primer semestre no se dio en el país esta evolución.

El Indicador Mensual de Actividad Económica del Banco Central (Imacec) de mayo creció en doce meses solo un 1,8%, a pesar de contar con tres días hábiles más, los cuales si se eliminan significan que efectivamente no se produjo incremento  alguno.


El promedio enero-mayo se ubicó en 1,7%, incrementándose marcadamente por debajo del que experimentan los factores productivos, que el Banco Central hasta ahora lo estimó entre 3% y 3,5%, aunque lo más probable es que en su informe de política monetaria de septiembre, cuando anunció lo revisará, lo fije en una cifra inferior. De todos modos, la característica central es de estancamiento en la actividad con sesgo a la baja y de incremento en los factores productivos no utilizados. El Imacec minero de mayo sigue anotando cifras negativas (-2,2%), mientras el no minero fue de 2,3%.


El vicepresidente del Banco Central, Sebastián Claro, en un seminario titulado ”2016. ¿Cómo seguimos?”, constató que “es posible que cueste retomar tasas de inversión mayores y mantener tasas de crecimiento más altas en el corto plazo (…) en un contexto de muy bajas tasas de interés” (08/07/16).

Llamando la atención al hecho que es “especialmente crítico que la productividad no esté incrementándose porque es el motor del crecimiento económico” (08/07/16). The Conference Board estimó el crecimiento de la productividad en el país en 1% durante 2015.


A nivel mundial es determinante, al igual como acontece en Chile, estimular la demanda interna, lo cual permitiría aprovechar el exceso de factores productivos no utilizados que implica la “recesión de crecimiento”.


Sin embargo, esta mejoría de los emergentes la publicación la prevé como un hecho transitorio. “Se trata –dice- de un falso optimismo porque 2016-2017 traerá nuevos desafíos para los emergentes”.

Entre ellos señala que “el repunte en los precios de los commodities será lento”, que en definitiva la tasa de interés de la Fed subirá “apoyando la fortaleza del dólar arrastrando el flujo de capital, lo que elevará los costos de endeudamiento” y “los términos de intercambio se mantendrán débiles”. Todos fenómenos que tienen mucha incidencia en la economía nacional.


A nivel mundial es determinante, al igual como acontece en Chile, estimular la demanda interna, lo cual permitiría aprovechar el exceso de factores productivos no utilizados que implica la “recesión de crecimiento”.

Sin embargo, constata, “el mundo desarrollado tendrá dificultades para impulsar la demanda interna”.

 A pesar que “los tipos (las tasas de interés) se han mantenido por años en el suelo, persisten los excesos de capacidad en EEUU, Europa y Japón”.


Es evidente que las políticas monetarias utilizadas, de fuerte crecimiento en la cantidad de dinero y bajas tasas de interés, estas últimas experimentan en algunos países incluso signos negativos, buscando frenar un debilitamiento de la economía aún mayor, no han impulsado el crecimiento como se esperaba, dando la razón a las formulaciones keynesianas del carácter asimétrico de estas políticas, que dan resultado en momentos de alto crecimiento, cuando se trata de frenar la demanda interna para evitar desequilibrios que se expresan en la inflación, pero frecuentemente no ocurre lo mismo en los períodos de bajo crecimiento, como se evidencia en la generalidad de los países y regiones donde se han aplicado y desde luego en Chile.


En julio el sistema bancario europeo experimentó un pronunciado curso crítico. El índice de quinientos bancos y sistemas financieros de Bloomberg registró su nivel más bajo desde noviembre de 2011.

Una situación especialmente difícil experimentó la banca italiana y particularmente su tercer mayor prestamista, el Banco Monte dei Paschi di Siena.

Los préstamos bancarios incobrables crecieron desde un 6% de los otorgados en el año 2008 a 18% en 2015, alcanzando a casi US$400.000 millones, un 22% del producto italiano.

 Ello, tiene una relación directa con la crisis económica vivida en todos estos años. Por su parte, el mayor banco germano, Deutsche Bank, alcanzó su capitalización bursátil más baja desde el año 1989.

Alcanzando al comenzar julio, subrayó  The Wall Street Journal, “un valor de mercado en dólares inferior al de SunTrust Banks Inc., un banco regional estadounidense centrado en el sudeste del país” (08/07/16).

Ello en el contexto de un deterioro generalizado de los grandes bancos globales. “Desde comienzos de 2016. –señaló el mismo reportaje-, veinte de los mayores bancos mundiales han perdido una cuarta parte de su valor de mercado combinado, lo que en conjunto equivale a unos US$465.000 millones (…). (…) entre los veinte grandes bancos, solo uno Walls Fargo –añadió- cotiza con una prima respecto a su valor contable (…)” (08/07/16).




Claramente aparece la carencia de políticas fiscales anticíclicas y en casos como el de la Eurozona exigencias de austeridad, que actúan en sentido contrario y se insiste en mantenerlas.

 El comisario europeo Günther Oettinger, el personero germano de más alto rango en Bruselas, en formulaciones al periódico Bild efectuó esta demanda debido al no cumplimiento por España y Portugal de “sus obligaciones presupuestarias. Si la Comisión (Europea) –dijo- quiere mantener su credibilidad, tenemos que adoptar sanciones ahora.
Todo lo demás sería inexplicable” (05/07/16).
Alemania ya había expresado antes su crítica a la determinación del Ejecutivo comunitario de congelar cualquier castigo a España hasta después de  sus elecciones parlamentarias.

Es la misma Alemania, que al igual de lo acontecido con Francia, en 2003 impidió que se le aplicase sanciones por su elevado déficit fiscal. Las  sanciones a España y Portugal, a pesar que la Comisión Europea determinó a comienzos de julio que ambos países no adoptaron “medidas efectivas para reducir el déficit”, no tiene una  clara implementación.


Alemania –sintetizó El País– capitanea un grupo de países que quieren el máximo rigor con las reglas fiscales; al otro lado, Francia e Italia rechazan de plano las multas. Además –añadió-, la situación política de España es una incógnita fundamental en esta ecuación: el Ejecutivo en funciones estima que retrasar la decisión podría favorecer la formación de Gobierno” (06/07/16).

Mientras tanto, el gobierno luso tripartito de izquierda, encabezado por el socialista Antonio Costa, espera un crecimiento en el año de 1,8% superior al estimado por Bruselas y el FMI, mientras da paso a algunos de los compromisos adoptados al asumir como reducir las horas de trabajo para los funcionarios públicos, aumentar el salario mínimo y la rebaja del IVA.


La Eurozona ha vivido, desde la Gran Recesión un largo periodo de virtual estancamiento. “Entre los primeros trimestres de 2008 y 2016 –escribió Martin Wolf en Financial Times– el Producto Interno Bruto real agregado de la zona euro subió solo 0,5%, mientras que la demanda real agregada bajó 2,4%. Esto es  -recalcó- suficientemente desalentador. Estos nefastos resultados no son accidentes. Son productos de un mal diagnóstico de la crisis  principalmente fiscal, incluso en momentos de tasas de interés reales negativas en los préstamos a largo plazo. A Alemania le ha ido bien con el euro. A sus socios principales no. Esta divergencia representa una gran amenaza” (06/07/16).


La agenda neoliberal de las últimas cuatro décadas puede haber sido buena para el 1% de la cúspide de la pirámide, pero no lo fue para el resto.
En general, constató EIU, “los gobiernos se han volcado a la austeridad, retrasando la recuperación. En muchas economías –añadió- el desapalancamiento sigue en curso. Esto –concluyó- ha alienado a los gobiernos de sus electorados, creando espacio para figuras anti establishment que prometen soluciones rápidas como Donal Trump”. La concepción de “ajuste fiscal” en Chile preconizada por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y hecha suya por el gobierno afecta incluso a medidas de reformas centrales prometidas, como quedó en evidencia con el proyecto de ley enviado al Congreso sobre educación superior[3].

“La agenda neoliberal de las últimas cuatro décadas –escribió Joseph Stiglitz– puede haber sido buena para el 1% de la cúspide de la pirámide, pero no lo fue para el resto.  Predije tiempo atrás –añadió- que, con el pasar del tiempo, llegaría el día en que este estancamiento tendría consecuencias políticasEse día ya ha llegado.  A ambos lados del Atlántico, los ciudadanos culpan a los acuerdos comerciales, señalándolos como una de las fuentes de su malestar.  Si bien esa es una simplificación excesiva, es comprensible.

 Los tratados comerciales de hoy en día se negocian en secreto, en estos tratados los intereses corporativos están muy bien representados, pero los trabajadores o ciudadanos de a pie están completamente excluidos” (18/07/16).

Un informe del FMI sobre la zona euro, entregado después del Brexit, advierte que sus perspectivas de crecimiento son mediocres.

“No hay lugar para la complacencia por una recuperación cíclica”. Más aún cuando crece el peligro, constató, de una desaceleración global. Para la zona euro percibe ante todo “riesgos políticos

En primer lugar porque “la incertidumbre persistirá en tanto el nuevo estatus del Reino Unido con la UE no es claro” (09/07/16). Estima que los efectos negativos del Brexit incidirán en un menor crecimiento del PIB europeo en medio punto durante tres años, impacto que será superior en el Reino Unido al alcanzar un punto y medio del producto.
A los problemas políticos originados en el Brexit se suma, agregó, la crisis de los refugiados y los temas de seguridad.

La revisión en julio de las Perspectivas Económicas Mundiales del FMI, poniendo en primer lugar las consecuencias del Brexit, estimándola “relativamente benignas” debido a la actuación de los bancos centrales, redujo en una décima la baja estimación de crecimiento global para 2016-2017.  Advirtiendo que de confirmarse esta tendencia de crecimiento reducido la demanda y la inversión podrían caer en una suerte de espiral vicioso.  Si las negociaciones del Brexit no dieran resultado positivo considera que el Reino Unido entraría en recesión y la actividad global se reduciría aún más.

Por Hugo Fazio

NOTAS

[1] Paul Krugman, De vuelta a la economía de la Gran Depresión. Grupo Editorial Norma 1999, pág. 119.
[2] Véase, Recesión global o estancamiento secular en Los mecanismos fraudulentos de hacer fortuna. Mapa de la extrema riqueza 2015. Lom 2016, págs.57-61.
[3] Véase, Carta Económica 24/07/16.

Carta Económica 31 de julio de 2016

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