España con el bono de 10
años en 7,28% pide auxilio pero ni el BCE ni Europa responden.
El bono se instala sobre el 7% y la
prima de riesgo toca nuevo récord en 574 puntos.
España
toma el testigo de Grecia en las dudas sobre la construcción europea.
http://www.cincodias.com/articulo/mercados/espana-toma-testigo-grecia-dudas-construccion-europea/20120619cdscdimer_3/
El peor
escenario no llegó. Los griegos dieron un respiro a Europa, pero la resolución
de la incógnita helena no sirvió para frenar la presión del mercado. España se llevó la peor parte. La
desbanda de inversores provocó que el Ibex cayera un
2,96% y la prima de riesgo repuntó a 574 puntos básicos.
El bono a 10 años está ya en el
7,1%, un nivel insostenible que deja a España a la intemperie si el BCE no
entra a actuar.
CRISTINA DE LA SOTA - MADRID - 19/06/2012 -
07:00
España pide auxilio pero ni el BCE
ni Europa responden.
La amenaza
de un resultado electoral explosivo en Grecia que precipitara la salida del
país del euro y comprometiera el proyecto europeo era en ojos de los expertos
el peor escenario para España por el contagio que pudiera generar. Los griegos
votaron a favor de su continuidad en el euro pero el resultado no tuvo el efecto esperado. Los riesgos con los que
aún debe lidiar Europa impidieron reacciones eufóricas y la presión se cebó con
España, más aún cuando sigue en duda una intervención del BCE para rebajar la
tensión. Lleva quince semanas sin comprar deuda en el mercado a pesar de que el
bono español está ya en niveles insostenibles y el margen de maniobra del
Gobierno está casi agotado.
En este
contexto, las Bolsas recibieron el resultado electoral con alzas pero la
reacción inicial resultó muy efímera. El Ibex llegó a anotarse un 2% en el
mejor momento pero la avalancha compradora duró poco. A la hora del inicio de
la sesión las caídas llegaron a alcanzar el 2% en la Bolsa española para después
acentuarse con el paso de las horas y acabar con un retroceso del 2,96%. El
Ibex cerró así en los 6.519,9 puntos. Un castigo que también se hizo sentir con
virulencia en el mercado de deuda. El bono a 10 años repuntó al 7,15%, el
máximo desde el euro (llegó a tocar el 7,28%), un nivel insostenible para la
sostenibilidad de las cuentas públicas, que dejó la prima de riesgo en los
574 puntos.
España, una
vez más, centró la presión del mercado junto con Italia, los dos países en el
punto de mira por sus elevadas necesidades de financiación en un momento en el
que la desconfianza hacia Europa, lejos de remitir aumenta. La Bolsa italiana cayó el 2,85% y la prima de riesgo avanzó
hasta los 466 puntos básicos cuando en el resto de la región las caídas fueron
inferiores.
El Euro Stoxx perdió el 1,17%;
el Cac, el
0,69% pero el Footsie (0,22%)
y el Dax
(0,3%) avanzaron.
Los
expertos reconocen que el resultado de las elecciones griegas es un paso clave
en la carrera por solucionar definitivamente la crisis europea pero al final no
es más que eso, un paso más que debe venir acompañado de medidas
transformadoras que desemboquen en una Europa más unida. "El resultado de
las elecciones es bastante positivo para los intereses del euro. Es un segundo
paso positivo después del rescate a la banca española", comenta Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets, experto,
eso sí, que reconoce que hacen falta más medidas hacia la unión bancaria y
fiscal, además de algún tipo de guiño de los políticos europeos a favor del
crecimiento para que puedan cambiar el sentimiento del mercado.
El G-20 que
se celebra en México ayudará a definir algo la hoja de ruta que debe tomar
Europa. Los líderes europeos se reunieron anoche con el presidente de EE UU,
Barack Obama, y las citas se sucederán a lo largo de la semana de cara a la
cumbre de jefes de Estado que se celebrará el 28 y 29 de junio donde se esperan
medidas más concretas. El momento es crítico y la necesidad de respuesta
política, mayor.
A la espera
de que se vayan despejando incógnitas en el mercado se percibió ayer cierta
decepción al comprobarse que el BCE no entraría en acción inmediatamente.
De hecho, hasta el Gobierno parece temer que
el BCE nunca llegue a actuar para frenar la presión y ayer mismo volvió a pedir
a la institución que actúe.
"Hubo
muchos inversores que se pusieron largos de bancos la semana pasada y a primera
hora han soltado posiciones para esperar a ver qué ocurre", comenta Pablo García, director general de Carax Alphavalue,
para explicar el cambio de sentimiento. Y es que efectivamente, ayer, la banca
lideró las caídas, reflejo inequívoco de una desconfianza que no cesa.
El
Tesoro afronta hoy su examen más duro en la primera emisión tras el rescate.
El Tesoro
volverá a enfrentarse hoy a los mercados, en la que promete ser la prueba más
dura de su historia reciente. Queda lejana ya la subasta del pasado día 7, en
que se colocaron bonos por más de 2.000 millones en la que parecía el mayor
desafío hasta el momento para la capacidad de financiación del Estado. Pero los
escenarios van cambiando de forma vertiginosa y la de hoy será la primera
subasta después del anuncio de la petición de rescate de la banca española que,
lejos de apaciguar a los inversores, ha precipitado que el mercado empiece a
descontar ya el peligro de rescate para el conjunto del país. El Tesoro
intentará captar hoy entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras a 12 y 18
meses y abordará el jueves una emisión de entre 1.000 y 2.000 millones en bonos
a dos, tres y cinco años.
En suma,
emisiones en una semana por hasta 5.000 millones de euros que llegan en un
momento crítico, con la prima de riesgo en un nivel sin precedentes de la era
del euro, a 574 puntos, y con el bono a 10 años, referencia indiscutible para
el coste de financiación, más allá de la peligrosa cota del 7%. Ayer quedó en
el 7,15%. Además, la tensión se palpa igualmente en los plazos cortos y al bono a dos años se le exigía ayer una rentabilidad del
5,44%.
La anterior
subasta de letras a un año se saldó con un tipo de interés del 2,985%, aún lejos del 5,2% que el Tesoro
tuvo que pagar en la subasta del pasado noviembre, con una rentabilidad en
máximos. Las últimas subastas se han saldado con fuerte demanda, aunque
sostenidas por la banca española y con una demanda cada vez más débil del inversor
extranjero.
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