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lunes, 27 de junio de 2016

La recesión mundial no entiende de Brexit (da a entender que el Brexit es solo un catalizador, la crisis ya estaba además la gran banca europea está seriamente dañada hace tiempo, fruto de la debilidad económica de la UE) (en EEUU hay un estancamiento y están escondiendo un deterioro de las finanzas de los bancos, de las familias y de las pequeñas y medianas empresas).// escrita por Alejandro Inurrieta y encontrado en Voz populi

La recesión mundial no entiende de Brexit  (da a entender que el Brexit es solo un catalizador, la crisis ya estaba además  la gran banca europea está seriamente dañada hace tiempo, fruto de la debilidad económica de la UE) (en EEUU hay un estancamiento y están escondiendo un deterioro de las finanzas de los bancos, de las familias y de las pequeñas y medianas empresas)

http://vozpopuli.com/blogs/7411-ainurrieta-la-recesion-mundial-no-entiende-de-brexit
 

Los finos analistas que aparecen por cada esquina han puesto en marcha la teoría que el Brexit puede desencadenar una recesión a nivel global, simplemente porque el Reino Unido ha decidido salir de lo poco que le quedaba de comunitario. Estas soflamas se aventuran, incluso, a cuantificar la caída del PIB mundial, y por supuesto el de España que, aparentemente, será una de las grandes perdedoras en este juego que algunos predicen no será de suma cero.



Esta serie de elucubraciones nos llevan a mezclar capital regulatorio del sistema financiero con la capitalización bursátil de las entidades


Las predicciones de algunos sobre el efecto del Brexit responden más a ideas preconcebidas que a conocimiento real



La razón última y más poderosa es que las pérdidas históricas del IBEX35, un mercado irrelevante a nivel mundial desde la óptica de capitalización y también en términos de empleo en el caso español, puede desencadenar una profunda recesión.


Pero otros también anticipan que el movimiento de la libra puede degenerar en algo estructural y generar un proceso de empobrecimiento y reducción drástica del turismo británico, uno de lo que menos ingresos nos dejan en términos relativos.

 Otros fantasmas también alertan del parón en la compra de viviendas en España, tan necesitados como estamos de un nuevo aluvión de ladrillo, verdadera droga de la sociedad y política española. Esta serie de elucubraciones, más propias de chamanes que de economistas, nos llevan hasta el paroxismo de mezclar capital regulatorio del sistema financiero con la capitalización bursátil de las entidades, algo realmente inaudito.




El efecto sobre la bolsa y sobre la libra no se puede predecir si será permanente o simplemente transitorio



La realidad es que nadie puede predecir qué ocurrirá a partir de ahora, máxime si tenemos en cuenta que no se conocen los términos del acuerdo que, sin duda, firmará la UE con UK, especialmente en términos comerciales, que será sin duda la clave para el devenir de las empresas españolas, pero también del resto de multinacionales. Del resto de contingencias, trabajadores, sanidad, entre otras, se solventarán con acuerdos bilaterales, como se tienen con otros países no miembros de la UE. De ahí que todos los pronósticos catastrofistas estén, cuanto menos, puestos en cuarentena hasta que se vislumbre el nuevo mapa político que se plasme tras la salida ordenada de UK.



Pero lo que no parece de recibo es relacionar la probabilidad de recesión a nivel mundial con este movimiento político que se produce, eso es verdad, en un momento de gran incertidumbre sobre el devenir de la economía mundial. Salpicada en el caso español con la incapacidad política de conformar mayorías de gobierno que puedan manejar el escaso pastel sobre el que pueden decidir los políticos españoles, entregados en su gran mayoría a las directrices de la troika de Bruselas. Este entreguismo se produce por la propia dinámica perversa del funcionamiento institucional del euro, pero también por una dependencia ideológica que les lleva a diferenciarse simplemente entre ellos en el ritmo del ajuste fiscal, explicitando el fracaso de la política dentro del seno de la UE.


La gran banca europea está seriamente dañada hace tiempo

La probabilidad de recesión mundial tiene entereza suficiente por sí misma sin que sea determinante el Brexit


Entre tanto, los economistas preocupados por el sistema financiero, que fue el más dañado por el brusco shock de la jornada del Brexit, deberían saber que la gran banca europea está seriamente dañada hace tiempo, fruto de la debilidad económica de la UE, pero también del impacto de los productos basura que tanto florecieron y que ahora todavía siguen dañando los balances bancarios. No hay que olvidar la mala situación de la banca italiana, española y la alemana, siendo el Deutsche Bank es más perjudicado por las mañas decisiones de inversión. Si a esto unimos la política monetaria del BCE que trata de mantener los tipos a cero, e incluso negativos, el negocio bancario tradicional está próximo a colapsar, salvo que comience una nueva burbuja de crédito.



Esta mala percepción de la banca en Bolsa no es, por tanto, futo del Brexit, sino que responde a hechos objetivos y conocidos, y no a elucubraciones más propias de la reacción histérica de unos mercados que están, de por sí, muy afectados por la mala coyuntura económica que se avecina ya antes del Brexit.


La situación en EEUU es de cierto estancamiento, a pesar de tener la tasa oficial de paro en mínimos, lo mismo que el Reino Unido. Estas cifras macro están escondiendo un deterioro de las finanzas de los bancos, de las familias y de las pequeñas y medianas empresas, como lo ha probado en España la publicación de la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2015.



Lo que han hecho los británicos, tal vez, sea anticiparse a una debacle institucional que puede llevar a la UE a disolverse


Estamos ante un enorme espejismo con algunas cifras muy preocupantes, como el consumo de cemento en España en niveles de los años 70 o el propio gasto de los hogares apenas un poco mejor que en 2008. La realidad microeconómica es tozuda.

Un 34% de las familias en España depende del ingreso de un pensionista, lo cual dice mucho de cómo se está distribuyendo el ingreso en nuestro país. Esta fragilidad de los hogares es similar a la que tienen muchas empresas que apenas ven despegar sus cuentas de resultados, incluso a pesar del viento de cola que nos sigue empujando, fundamentalmente el precio del crudo o los tipos de interés.





En resumen, no echemos la culpa al Brexit de las dificultades económicas que vamos a pasar en los próximos meses. La realidad económica internacional es manifiestamente negativa, y solo se puede agravar si las decisiones de la UE y UK no van en la línea lógica de permitir un status similar al noruego al Reino Unido, y también Trump en EEUU logra una victoria y con ello reducir aún más el comercio internacional, cumpliendo con su programa de máximos.



Todo ello simplemente empeorará ya un panorama económico que tiene todos los mimbres para desencadenar una nueva recesión a nivel mundial, fruto de la falta de inversión y empleo y gracias, sin duda, al exceso de financiarización de la economía mundial. Lo que han hecho los británicos, tal vez, sea anticiparse a una debacle institucional que puede llevar a la UE a disolverse, salvo que alguien inteligente sustituya a los que nos han llevado hasta aquí. La aportación española, con los mimbres que van a ser elegidos, no tiene visos de ayudar mucho en esta difícil tarea.

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