Nouriel
Roubini pronostica otra recesión de EEUU
en 2013 y neumonía para Perú y Chile.
La
utopía de la recuperación estadounidense
El
diario El Comercio de Perú lo reprodujo en la sección portafolio económico del
día domingo 29 de julio del 2012 páginas 14 y 15 de la edición impresa.
NUEVA YORK
– Si bien nadie pone en duda el riesgo de una
crisis caótica en la eurozona, en el caso de Estados Unidos la visión
predominante es más optimista. En los últimos tres años, hubo consenso en torno
de que la economía estadounidense estaba en el umbral de una recuperación
sólida y autosostenible, que elevaría el crecimiento otra vez por encima del
potencial del país.
Pero esta visión resultó errada: el arduo proceso de
desapalancamiento de los balances (producto del excesivo endeudamiento privado
y su posterior traslado al sector público) implica que, en el mejor de los
casos, la senda de recuperación discurrirá muchos años por debajo de la línea
de tendencia.
Illustration
by Paul Lachine
Incluso
para este año, la opinión consensuada se equivocó al esperar un retorno a un
crecimiento anual del PIB superior al 3% (por encima de la línea de tendencia).
Por el contrario, en el primer semestre, la tasa de crecimiento parece
encaminada a andar cerca del 1,5% en el mejor de
los casos; peor incluso que el lastimoso 1,7% de 2011.
Y después
de equivocarse con el pronóstico para la primera mitad de 2012, todavía muchos repiten el cuentito de que una
combinación de abaratamiento del petróleo, incremento de las ventas de automóviles,
revalorización de las propiedades y resurgimiento de la industria fabril
estadounidense impulsará el crecimiento en la segunda mitad del año y lo
elevará por encima del potencial en 2013.
Pero la realidad es todo lo
contrario: hay diversas razones por las que en la segunda mitad de
2012 el crecimiento seguirá desacelerándose y en 2013 se
reducirá todavía más, casi hasta llegar al punto muerto.
La
primera razón es que el
crecimiento del segundo trimestre fue inferior al mediocre 1,8% registrado entre
enero y marzo, ya que la creación de
empleos (a un promedio de 70.000 por mes) cayó abruptamente.
La
segunda razón es que el
temor a que la economía estadounidense se esté aproximando a un “abismo fiscal”
(cuando de aquí a fin de año se
produzcan en forma automática aumentos impositivos y reducciones del gasto
público) mantendrá el gasto y el crecimiento deprimidos durante la segunda
mitad de 2012. Otro tanto hará la incertidumbre respecto de quién será
presidente en 2013; cuáles serán las tasas impositivas y los niveles de gasto
público; la amenaza de otro “cierre” del gobierno por la cuestión del límite al
endeudamiento; y el riesgo de que vuelva a reducirse la calificación de la
deuda soberana, si la parálisis política sigue obstaculizando la adopción de un
plan de consolidación fiscal en el mediano plazo. En semejantes condiciones, la mayoría de las empresas y de los
consumidores preferirán ser cautos con sus gastos (conservar el valor de opción
de la espera), y esto debilitará aun más la economía.
En
tercer lugar, si todas
las reducciones impositivas y los programas de transferencia que están en
vigencia se dejaran vencer sin prorrogar y se implementaran ajustes
draconianos, el freno derivado del abismo fiscal restaría al crecimiento en 2013 el equivalente al 4,5% del PIB. Por supuesto
que la reducción será mucho menor, porque los aumentos impositivos y los
recortes serán mucho más moderados. Pero aun si el abismo fiscal termina siendo
apenas un pequeño bache (no más del 0,5% del PIB)
y a fin de año tuviéramos un crecimiento anual igual al 1,5% (como parece
probable), el freno fiscal bastará para desacelerar la economía a velocidad de
punto muerto, con una tasa de crecimiento de apenas el 1%.
En
cuarto lugar, el
crecimiento del consumo privado en los últimos trimestres no es reflejo de un
aumento de los salarios reales (que en
realidad, están en baja). Por el contrario, el aumento
de la renta disponible (y por consiguiente, del consumo) se sostiene desde el año pasado gracias a otros 1,4
billones de dólares en reducciones impositivas y prórrogas de programas de
transferencias, lo que implica otros 1,4 billones de
dólares de deuda pública.
A
diferencia de la eurozona y del Reino Unido, que ya se encaminan a una recaída
en la recesión (por las medidas de austeridad fiscal anticipadas), en Estados Unidos se evitó en parte el
desapalancamiento de los hogares aumentando el apalancamiento del sector
público (es decir, robándole al futuro algo de crecimiento).
A medida
que en 2013 los programas de transferencias lleguen a término (sin importar
cuán gradualmente ocurra) y no se prorroguen algunas exenciones impositivas, el
crecimiento de la renta disponible y del consumo se reducirá. Entonces Estados
Unidos enfrentará no solamente los efectos directos del freno fiscal sino
también sus efectos indirectos sobre el gasto privado.
En
quinto lugar, hay
cuatro fuerzas externas que dificultarán todavía más el crecimiento de los
Estados Unidos:
-el
agravamiento de la crisis de la eurozona;.
- el
aterrizaje, cada vez menos suave, de China; .
- la
desaceleración generalizada de las economías de mercado emergentes, debida a
factores cíclicos (insuficiente crecimiento en los países avanzados) y a causas
estructurales (un modelo de capitalismo de Estado que reduce el potencial de
crecimiento).
- y el
riesgo de que en 2013 el petróleo se encarezca, cuando ni las negociaciones ni
las sanciones convenzan a Irán de abandonar su programa nuclear. (A mi correo me llegan
opiniones que el ataque israelí a Irán será durante las elecciones
norteamericanas)
Las
respuestas políticas no alcanzarán para cortar de raíz la brusca detención de
la economía estadounidense: incluso si el efecto del freno fiscal sobre el
crecimiento fuera moderado, es probable que el dólar estadounidense se fortalezca,
a medida que la crisis de la eurozona debilite el euro y reaparezca una
aversión a riesgos global.
Aunque este
año la Reserva Federal de los Estados Unidos aumentará la flexibilización
cuantitativa, esto no servirá de nada, porque las tasas de interés a
largo plazo ya están en niveles muy bajos, y bajarlas más no estimulará el
gasto. De hecho, el canal crediticio está congelado y la velocidad de
circulación monetaria colapsó, porque los aumentos de la base monetaria se
están acumulando en los bancos en la forma de excedentes de reservas. Además, es improbable que el dólar se debilite mientras otros países
también implementan medidas de flexibilización cuantitativa. Creo haber leido en el WSJ que se
avecina un QE de 200,000 millones estos días y que China esta debilitando el
Yuan
Asimismo,
lo más probable es que el lastre derivado de una reducción del crecimiento
supere la fuerza ascendente que la mayor flexibilización cuantitativa puede
ejercer sobre el valor de las acciones; sobre todo si se tiene en cuenta que las cotizaciones hoy no están tan deprimidas como lo estaban
en 2009 o 2010. De hecho, la mejora en ganancias y beneficios ya está
perdiendo fuerza, a medida que la falta de demanda incide sobre los ingresos
brutos y eso se traslada a una reducción de los márgenes netos y la
rentabilidad.
Puede
incluso ocurrir que sea justamente una corrección importante de las
cotizaciones la fuerza que en 2013 empuje la economía estadounidense
directamente a la contracción.
Y si Estados Unidos (que es todavía la mayor
economía del mundo) empieza a estornudar otra vez, el resto del planeta (con su
inmunidad debilitada por los malestares de Europa y la
desaceleración de los países emergentes) se pescará una neumonía.
Traducion
de Esteban Flamini
http://www.project-syndicate.org/commentary/american-pie-in-the-sky/spanish
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