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martes, 3 de mayo de 2011

La guerra de las transnacionales electrónicas por el coltan en el Congo






















Congo
La guerra del coltán
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=78891

Marta Iglesias





La República Democrática del Congo se desangra. Se calcula que desde 1998 han muerto casi cinco millones y medio de personas y desde hace unos meses los ataques se han recrudecido. No es casual que el país tenga el 80% de las reservas mundiales de coltán. El Congo huele a sangre, enfrentamiento entre etnias, pobreza, esclavitud y sobre todo a dinero. La antigua colonia belga tiene tanta riqueza que con su explotación debería nadar en la abundancia, sin embargo lo que le sobran son guerras. En su territorio alberga en grandes cantidades cobre, cobalto, estaño, uranio, oro y diamantes, casiterita, wolframita y sobre todo coltán. De este raro mineral se extrae el tantalio, que posee una gran resistencia al calor y excelente conductividad, por lo que es imprescindible para la fabricación de nuevas tecnologías. Desde el móvil que usamos hasta las naves espaciales, pasando por los ordenadores portátiles y las videoconsolas. Todas llevan coltán. La mayor reserva de este material se encuentra en la República Democrática del Congo (RDC). Posee el 80% del coltán existente en el planeta y precisamente se encuentra en la zona en conflicto. Evidentemente, no podemos apelar a la casualidad. La cuestión que surge es directa y muy clara: ¿puede sobrevivir el mundo occidental a la escasez del coltán? La respuesta es que no. Se hundirían las multinacionales y sobrevendría un colapso económico, máxime ante la crisis global que vivimos. No es, por tanto, buen momento para que el gobierno de la RDC cambie las reglas del juego económico. De modo que, frente a los que afirman que el conflicto del Congo se debe a una rivalidad de etnias -hutus y tutsis-, son muchas las voces que señalan un conflicto económico de gran alcance que se está desarrollando en este país.
Congo democrático y acorralado

Para entender la dramática situación del Congo, debemos remontarnos hasta 1998, año en el que Ruanda y Uganda invadieron el país. Desde entonces hasta 2003 se calcula que murieron en esa ocupación cuatro millones de congoleños, ignorados por la prensa internacional y los países occidentales. Ochocientas mil personas masacradas por año en silencio, en el que se considera el conflicto con más muertos desde la Segunda Guerra Mundial. En 2003 la ONU consiguió que se firmara un acuerdo de paz y a finales de 2006 fue elegido democráticamente -en los primeros comicios libres y plurales en cuarenta años- el presidente actual, Joseph Kabila. Sus promesas fueron mantener la paz y reconstruir el país, pero tras años de cruentos enfrentamientos necesitaba dinero efectivo para reactivar Congo. Esperó ofrecimientos por parte de Estados Unidos y Europa para venderles sus materias primas, pero nadie acudió. Fue China quien le ofreció explotar los yacimientos y dar a la RDC el 30% de las ganancias. El acuerdo era mucho mejor que el anterior -las empresas occidentales le daban por lo mismo entre un 5% y un 12 %- y Kabila firmó. Desde entonces estalló el avispero y todos los actores presentes en la región se pusieron en pie de guerra. El primero de ellos Laurent Nkunda, un general rebelde congoleño de la etnia tutsi apoyado por Ruanda. José García Botía, portavoz de los Comités de Solidaridad con África Negra, sospecha que "Nkunda está agrediendo al Congo porque el Gobierno congoleño en los últimos meses ha estado negociando contratos mineros con China. Nkunda ha sido creado por Kagame -presidente de Ruanda-, que recibe el apoyo de países occidentales, como EEUU, Bélgica y Reino Unido. Por ejemplo, ahora que hay pruebas claras del apoyo de Ruanda a Nkunda y de que este guerrillero ha cometido bastantes masacres de población civil, el pasado 27 de noviembre de 2008 el Gobierno británico concedió una ayuda al Gobierno de Ruanda de 470 millones de libras. Una cantidad muy grande para un país muy pequeño. El peso de los países europeos que apoyan a Ruanda en este plan es muy importante. Además de Reino Unido tenemos a Bélgica, Holanda y ahora Francia. Y ellos divulgan que Ruanda es un país modélico en África".
El papel de las multinacionales


Paralelamente hay muchos dedos que apuntan que son las multinacionales, con la complicidad de las potencias internacionales, las que han dado de nuevo alas al conflicto. De hecho, Naciones Unidas hizo una investigación y las conclusiones fueron que se trataba de una guerra dirigida por «ejércitos de empresas» para hacerse con los metales de la zona, acusando directamente a Anglo-América, De Beers, Standard Chartered Bank y cien corporaciones más. Todas negaron estar involucradas, mientras que sus gobiernos presionaban a la ONU para que dejaran de acusarlas. Insiste Botía "que detrás de todo ello están las multinacionales de estos países occidentales, que ven con pánico que China empiece a firmar contratos con el Gobierno Congoleño, pues su necesidad de materias primas es enorme. Así que por una parte estas multinacionales están sacando del Congo miles y miles de toneladas de minerales de muy alto valor sin pagar nada al gobierno congoleño, y financiando guerrillas por diversas partes del país para poder seguir saqueando el Congo a un coste muy bajo. Por otro, China ofrece por los minerales importantes cantidades de dinero y posee bastante liquidez, lo que supondría una importante ayuda para sacar al país de la miseria. Por último, decir que los minerales llevan catorce años saliendo por los países vecinos -principalmente por Ruanda- y están sirviendo para enriquecer a importantes grupos mafiosos que blanquean este contrabando". En medio de todo ello, el gobierno del Congo ha recibido apoyo militar de Angola y Zimbawe, países que ya le apoyaron años atrás, y es más que seguro que desde todos los bandos se estén cometiendo atrocidades y crímenes contra la humanidad.
La codicia alimenta un genocidio silencioso

Las grandes víctimas de toda esta guerra económica que se está desarrollando en el tercer país más grande de África son, sin duda, los civiles. Cifras impresionantes que nadie sabe porqué, sólo ahora han saltado a la primera plana de los periódicos. Más de cinco millones de personas han sido masacradas desde 1998 en Congo, y desde ACNUR nos confirman que actualmente hay 1.350.000 desplazados en el interior del país: “Todavía hay mucha gente sin registrar porque se ha desplazado a zonas a las que de momento no tenemos acceso, como Province Orientale donde según las últimas estadísticas se superarían los 230.000 desplazados”. Las mujeres y niñas son sistemáticamente violadas, y empleadas como arma de guerra. Los pequeños no se salvan de tal barbarie: unos son obligados a trabajar en las minas de coltán a mucha profundidad porque son los únicos que caben en ellas; miles de ellos mueren sepultados, de hambre y de agotamiento. Se calcula que por cada kilo de coltán extraído mueren dos niños. Otros son reconvertidos en niños y niñas soldados; llegó a haber más de treinta mil reclutados y quedarán entre tres y siete mil en activo, según datos de Amnistía Internacional. Los enfrentamientos actuales han puesto de nuevo en marcha este macabro sistema que se lleva a niños de sus aldeas para participar en la guerra. Los que intentan escapar son torturados ante sus compañeros para que sirvan de ejemplo. Hambre, desnutrición, sida, malaria o tuberculosis se suman a una situación alarmante. Los agentes humanitarios se afanan en ayudar a la población. Francesca Fontanini, responsable de ACNUR en Congo, nos informa desde el terreno que “por el momento ACNUR puede realizar libremente su labor en los seis campamentos alrededor de la capital del Kivu Norte (Goma) que acogen a 135.000 personas. Desde el comienzo de la crisis, hemos suministrado ayuda y además ACNUR sigue con la construcción de un nuevo campo, Mugunga II, situado al oeste de Goma. A él trasladaremos a 65.000 desplazados internos que se encuentran atrapados en los campos de Kibati, al norte de Goma, situados a dos kilómetros de la línea de fuego entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes.

Todavía más al norte de Goma, hay varios campamentos para desplazados y aldeas que han sido saqueadas e incendiadas, y de las que la gente tuvo que huir hacia los bosques u otros campos y pueblos. Estas personas necesitan con urgencia recibir ayuda humanitaria. Por otro lado, el corredor humanitario establecido para poder visitar e identificar a estas personas -cuya apertura contó con la autorización de los rebeldes-, no está funcionando correctamente, para gran frustración de los actores humanitarios”. Como respuesta, se enviaron 17.000 cascos azules a la zona. La MONUC -es así como se conoce a esta misión de la ONU en el Congo- es la fuerza de paz más numerosa desplegada y se va a ampliar próximamente con la llegada de 3.000 cascos azules más. Sin embargo, no han podido defender a la población de los ataques de uno y otro bando. Incluso la población civil congoleña ha hecho llegar sus quejas a los Comités con el África Negra: "son numerosas las manifestaciones de la población congoleña contra los cascos azules, denunciando no sólo que no les defienden de Nkunda, sino que además les han visto transfiriendo armamento y víveres a las tropas de Nkunda y dándole apoyo logístico -por ejemplo, dejándole usar vehículos y helicópteros-". Francesca Fontanini nos informa de que “los hechos han demostrado que los acuerdos se han convertido en papel mojado. Los rebeldes de Nkunda se enfrentan tanto a los soldados de la RDC como a otros grupos rebeldes nacionales y extranjeros presentes en el territorio. Sin embargo, tanto los rebeldes como los soldados de Kinshasa han cometido excesos y abusos. Según la ONU, soldados gubernamentales llevaron a cabo pillajes, violaciones, y muertes en Goma y los rebeldes han cometido expropiaciones forzosas en campos de desplazados cercanos a la ciudad de Rutshuru. La MONUC desempeña un papel muy importante y tiene el mandato de proteger a los civiles, pero hay ciertos límites. La ONU no puede ponerse de parte de ninguno de los grupos beligerantes”.
Soluciones pendientes de paz

Visto el resultado, la militarización no es la solución, así que son muchos los que se han puesto manos a la obra para buscar alternativas. Se tiene constancia de que el odio entre hutus y tutsis no existía hasta la llegada del presidente ruandés Kagame, que creó estas rencillas para abonar su golpe de estado en 1994. Hay que acabar cuanto antes con él para que no sea manipulado desde intereses económicos y políticos en la retaguardia. Para ello un grupo de asociaciones -en las que participan hutus, tutsis y congoleños-, reunidas bajo el Foro para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos llevan a cabo dos iniciativas: un foro de diálogo entre las diferentes etnias para iniciar un proceso de búsqueda de soluciones empleando la palabra y no la violencia; y también han interpuesto una querella criminal en la Audiencia Nacional española acusando de genocidio y crímenes contra la humanidad a la cúpula militar ruandesa. Para ello se basan en el asesinato de nuevo cooperantes españoles que fueron testigos de diversas masacres. Los Comités de Solidaridad con África Negra participan en el proceso y dan más soluciones por boca de Botía: "Lo primero e imprescindible es que se sepa la Verdad de cuanto allí sucede.

Hasta que no sea pública no acabará el ciclo de violencia. La postura del gobierno congoleño nos parece razonable, su país tiene materias primas suficientes como para abastecer a chinos, europeos y americanos. Habría que cambiar las reglas del juego para que las riquezas del Congo dejen de salir por las mafias internacionales y salgan por mecanismos legales. Hay un gran peligro en cómo se hacen las cosas ahora, porque están muriendo millones de inocentes. Si realmente las mayores reservas están en el este del Congo y desde 1998 todo este coltán sale sólo por Ruanda, hay un problema: han dejado el monopolio de un mineral estratégico como el coltán en manos de Kagame y grupos mafiosos. Si esto fuera así, explicaría por qué la voluntad del presidente de un país tan pequeño como Ruanda, sin recursos propios de valor, tiene tanto poder en los dirigentes europeos. 'Kagame es intocable', nos han llegado a decir altos mandos de la política exterior francesa. Pero, claro, no dicen por qué". La relación de esta guerra con nuestro consumismo tecnológico es directamente proporcional: las fechas del auge de ventas de teléfonos móviles coinciden con aquellas en las que ha habido más muertos en Congo. Esta vez no podemos lavarnos las manos, miles de muertos nos señalan directamente. Empecemos por dar a conocer la verdad. Δ
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El coltán y los teléfonos móviles
http://www.terra.org/articulos/art01632.html

Coltan es la abreviatura del metal columbita-tantalita ((Fe, Mn, Mg)(Nb, Ta)2O6) un metal del que se extrae el tántalo metálico (Ta2O5) y el niobio que se usan en la fabricación de condensadores y otros componentes electrónicos por su resistente al calor lo que permite dar mayor duración a la carga eléctrica de las baterías. El boom de la tecnología electrónica ha hecho que el precio del coltan se dispare (más de 400$ el kilo) a la vez que ha provocado un grave desequilibrio socipolítico en los principales países donde se extrae (el 80% de las reservas mundiales se encuentra en África, sobre todo en una zonas de alta conflictividad bélica como la República Democrática del Congo ocupada por los ejércitos de Ruanda y Uganda, donde más de 10.000 mineros recolectan en condiciones infrahumanas esta arcilla rica en coltán). El coltán permite que las baterías de los terminales de la telefónia móvil pueden mantener por más tiempo su carga, ya que los microchips de nueva generación que con él se elaboran optimizan el consumo de corriente eléctrica.

El tántalo ha generado recientemente mucho interés debido a su uso en condensadores en el equipo electrónico. Los condensadores realizan una función vital, almacenando la electricidad por un período del tiempo corto y asegurándose de que esta llegue con la máxima eficiencia en aparatos de baja tensión tales como teléfonos móviles y PDAs, en los cuales estas tolerancias pueden ser muy ajustadas. La ventaja del tántalo en condensadores es su alta eficacia volumétrica, que permite el miniaturización, la alta fiabilidad y la estabilidad sobre una gama de temperaturas amplia (-55°C a 125°C), ningún otro material en los condensadores es tan efectivo. Tal es el uso del tántalo en los condensadores a que en 2001 más de 700.000 kg sobre un total 1,8 millones de kg o sea, aproximadamente el 50% del consumo de tántalo, es para producir condensadores.
Entre el 15% y el 20% de las ventas internacionales de coltán proceden del este del Congo, según fuentes del sector. Aunque algunos expertos sugieren que la cantidad de coltán congoleño en el mercado es superior al 15% o 20% debido a que se presenta camuflado con coltán de Tailandia o Brasil, los otros productores legales, además de Australia. Actualmente, este último país, de las minas de Greenbushes y Wodgina aportan un 50 % de este mineral para la demanda mundial de tántalo valorada en unos 900.000 kg anuales, la producción mundial se estima en unas 1.800 toneladas. El reciclaje de metales aporta de un 20 a un 25 % del tántalo que demanda la industria de este metal.

Los principales fabricantes de la telefonía móvil han tomado medidas para que el mineral empleado en sus productos no proceda de la República Democrática del Congo debido a las denuncias de injusticia, corrupción y violencia que acompaña a la explotación de este mineral en aquel país. Existen algunos informes de entidades conservacionistas que analizan el problema de forma exhaustiva. Pero lo cierto es que, más allá de esta intencionalidad de no formar parte de la tragedia humana y ambiental que acompaña a la extracción de este mineral, el suministro de coltán a nivel mundial va teñido de sangre. Más de treinta empresas están acusadas de importar coltán y casiterita (para la industria eléctrica, de componentes magnéticos, armas...) del Congo. De ellas, 27 son occidentales, la mayoría belgas, holandesas y alemanas como reconocía el Centro Internacional de Estudios del Tantalio-Niobio (Tantalum-Niobium International Study Center-TIC). La gestión del coltán en el Congo está totalmente militarizada y la fiebre por el tántalo ha empujado a miles de mineros y esclavos al interior de los parques nacionales de Kahuzi-Biega (en Kivu-Sur) y Okapi en el este del Congo que causan graves deterioros a los ecosistemas y a especies sensibles como los gorilas o los elefantes. Aunque los teléfonos móviles emplean cantidades ínfimas de tántalo (los fabricantes no ofrecen datos precisos) emplean el 50 % de la extracción mundial.





coltan

http://es.wikipedia.org/wiki/Coltan

La República Democrática del Congo posee el 80% de las reservas mundiales estimadas de coltán. Como este mineral está considerado como un recurso no renovable altamente estratégico, existe una guerra en el Congo desde 1998.

Según las Naciones Unidas, el Ejército Patriótico Ruandés ha montado una estructura para supervisar la actividad minera en Congo y facilitar los contactos con los empresarios y clientes occidentales. Traslada el mineral a Ruanda donde es procesado antes de ser exportado. Los destinatarios finales son EEUU, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Kazajistán. Esta guerra, directamente relacionada con la explotación de este mineral, arroja un saldo de más de 5,5 millones de víctimas, lo que supone el mayor número de muertes desde la Segunda Guerra Mundial.

Ruanda y Uganda, han sido acusados en varios informes internacionales, del expolio y tráfico de estas riquezas minerales del Congo. Siendo varios países occidentales los principales beneficiarios, la ayuda económica y militar continúa durante el conflicto. Se firmaron planes de apoyo y cooperación entre Estados Unidos y estos dos países, los cuales además de enriquecerse con el tráfico del mineral, vieron cómo parte de sus deudas externas fueron canceladas y se los consideró como modelos de desarrollo económico de la región. Entre las empresas más importantes con intereses en la región, ha sido mencionada la American Mineral Fields, en la que George H. W. Bush, padre del expresidente norteamericano George W. Bush, tiene notables intereses.[5] Durante los años transcurridos hasta hoy han disputado la guerra dos bandos: de un lado Ruanda, Uganda y Burundi, apoyados por EEUU y los créditos del FMI y el Banco Mundial, y del otro lado Angola, Namibia, Zimbabue, Chad y las milicias hutu y Mai Mai.[6]

La explotación del coltan, especialmente en Congo, ha ocasionado diversas polémicas sobre las posibles consecuencias a nivel social y ambiental. La explotación de este recurso ha alimentado conflictos armados entre facciones locales, apoyadas, en algunos casos, por gobiernos extranjeros como el de Uganda. Esto plantea un dilema moral similar al de la comercialización de diamantes de guerra. Otras preocupaciones derivadas de la extracción del coltán pasan por la explotación laboral de los trabajadores que participan en la misma o la destrucción de ecosistemas, pues los principales yacimientos coinciden con los hábitat de gorilas en peligro de extinción.

La ocupación ruandesa del este del Congo ha significado que la República Democrática del Congo haya sido incapaz de explotar este recurso en beneficio propio. Un informe reciente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha reportado que una gran cantidad de este mineral está siendo explotado de forma ilegal y trasladado de contrabando a través de las fronteras por milicias de las vecinas Uganda, Burundi y Ruanda. Se estima que el ejército ruandés ha tenido un beneficio de como poco 250 millones de dólares en unos 18 meses de venta de coltan. Sin embargo, estas estimaciones son difíciles, puesto que Ruanda tiene sus propios depósitos de coltan, haciendo que el mineral adquirido mediante el contrabando sea difícil de identificar.

El contrabando de coltan también se ha identificado como la mayor fuente de ingresos para la ocupación militar del Congo. Debido a la dificultad de distinguir entre la explotación legítima y la ilegítima, algunos fabricantes de aparatos electrónicos han decidido, por motivos éticos, dejar de lado esta zona del mundo como fuente de coltan, y dirigirse a otras fuentes.

Los gobiernos de los tres países identificados por las Naciones Unidas como contrabandistas de coltan han negado estar involucrados. El periodista austriaco Klaus Werner ha documentado los vínculos entre compañías multinacionales y el tráfico ilegal de coltan.[7]


En 1997 fue derrocado el presidente congoleño Mobutu Sese Seko, de estrecha relación con los capitales imperialistas de origen francés. Kagame, actual presidente de Ruanda, quién estudió en centros militares de EE.UU. e Inglaterra, y Museveni, presidente de Uganda, país considerado por Washington, un ejemplo para las naciones africanas, lideraron la conquista de la capital de la RDC, Kinshasa, y pusieron a cargo de este país a un amigo, Laurent Kabila. En un nuevo reparto se dispusieron concesiones mineras para empresas varias entre las cuales figuran la Barrick Gold Corporation, de Canadá,y la surafricana Anglo-American Corporation, todo ello en desmedro de las antiguas “concesionarias” francesas.

El rebrote de la violencia, que ahora tratan de contener los líderes mundiales y africanos , tuvo lugar a finales de agosto, cuando el general congoleño rebelde Laurent Nkunda, avanzó con sus tropas por la región de Kivu Norte.

El líder del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo dice actuar porque su etnia, la minoritaria tutsi, ha sido excluida del proceso de democratización. Ese proceso condujo a la celebración de las primeras elecciones de la historia en julio del 2006, que ratificaron en la presidencia a Joseph Kabila.

No obstante, el propio Nkunda ha declarado otros objetivos de su alzamiento, al reclamar negociar directamente con Kabila sobre un importante acuerdo al que llegó su gobierno con China para explotar los recursos mineros de la zona. Con la venta de los minerales, los rebeldes obtienen grandes sumas de dinero para armar y equipar a sus guerrillas, lo que dificulta el desarme de estos grupos acordado hace un año.

El general Nkunda,acusado por la justicia internacional de cometer crímenes de guerra, se considera a sí mismo un hombre de Dios, y sostiene haber pedido expresamente a sus milicianos que eviten meterse en el negocio de los minerales. A pesar de que niega mantener alguna relación con el coltan, asegura controlar todo el rendimiento económico de la región, con la excusa de obtener alimentos, materias primas y armas, necesarias para sostener el movimiento rebelde y continuar así con su lucha por el pleno reconocimiento de los derechos de los tutsis.

Sin salir de África, también cabe mencionar el papel del Grupo Live, una empresa proveedora de coltan, que asegura que la demanda del mineral en el extranjero es tan grande que no pueden satisfacerla plenamente. Lo que indica que no existe ningún boicot por parte de Occidente a este tipo de negocios.

Uno de los mejores clientes de Live es la sociedad belga TRAXYS, especializada en minerales raros y nombrada en un informe de la ONU de 2003,que la señalaba como una de las entidades dedicadas a la financiación de conflictos en el Congo. Esta sociedad asegura que mantiene sus propias medidas de control sobre la mercancía, materializada en el envío de equipos independientes que se encargan de verificar la versión de los proveedores, y afirma que el coltan que les llega no proviene de las zonas en guerra.

Empresas como TRAXIS exportan coltan al mundo entero y especialmente a China, donde se produce la mitad de teléfonos móviles que circulan anualmente por el planeta. Las grandes marcas internacionales (Motorola, Nokia...) subcontratan allí una parte de su producción, a sabiendas que el mineral viene de África.

Ante esta situación, las empresas de telefonía móvil han multiplicado sus campañas de comunicación, donde exigen a sus proveedores que no compren coltan en el Congo. El propio presidente de Nokia, preguntado a este respecto, respondió que siempre han sido cuidadosos con el medio ambiente.

Incremento de precios y demanda cambiante
Ha habido una caída significativa en la producción y venta de coltan y niobio de las minas africanas desde que hubo un drástico incremento de precios en 2000, debido a la especulación en las llamadas empresas ".com" y los grandes pedidos. Esto está confirmado en parte por la cifras de la United States Geological Survey.[8] [9]

El Centro de Estudio Internacional del Tantalio-Niobio en Bélgica (un país con vínculos tradicionales con el Congo), ha recomendado a los compradores internacionales que eviten el coltan de la región del Congo por motivos éticos:

Una de las mayores empresas que fabrican condensadores de tantalio han hecho un llamamiento a sus proveedores de coltan de que certifiquen la procedencia de los minerales con el fin de evitar que provengan de la República Democrática del Congo.

Y acabar con el contrabando ilegal de las regiones de Centroáfrica y evitar el seguir financiando a las guerrillas.

"Los países centro-africanos de la República Democrática del Congo y Ruanda y sus vecinos solían ser la fuente de tonelajes significativos. Pero la guerra civil, saqueando los parques nacionales y exportando los minerales, diamantes y otros recursos naturales para financiar las milicias ha obligado al Centro de Estudio Internacional del Tantalio-Niobio a hacer una llamada a sus miembros para que tengan cuidado de obtener las materias primas de fuentes legales. El daño, o el peligro de provocar un daño, a la población local, la vida animal salvaje o el medioambiente es inaceptable."
Un trabajador congoleño normal gana alrededor de 10$ mensuales. Un trabajador que trabaja en las minas extrayendo coltan, gana entre 10$ y 40$ semanales. La tonelada de coltan se cotiza en el mercado a 400.000$. El método de extracción es arcaico, es muy parecido al método con el que extraían oro antiguamente en EEUU. Trabajan en condiciones de semiesclavitud. Un buen trabajador puede sacar un kilo de coltan diario. Además de coltan aparecen otros minerales radiactivos con similares características, elementos como el uranio, torio y radio entre otros. Debido a la exposición de los trabajadores ante estos minerales, ha habido una gran cantidad de enfermos por radiación.

Sin embargo, también se puede observar un cambio por motivos económicos en lugar de éticos, desde fuentes tradicionales como Australia, hacia nuevos proveedores como Egipto. Esto podría haber llevado a la bancarrota de uno de los proveedores más grandes del mundo, Australia's Sons of Gwalia Ltd., si bien la compañía continúa produciendo y exportando mineral.

A nivel económico, hay determinadas multinacionales que, como grandes compradoras de este mineral, no están interesadas en que los conflictos sociales derivados de la extracción del mineral salgan publicados en los medios de comunicación. Estos últimos, a su vez, se ven condicionados por el temor a perder los importantes ingresos publicitarios.
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SPANISH APRIL 28, 2011, 9:13 P.M. ET
Un dolor de cabeza para las firmas de tecnología
http://online.wsj.com/article/SB130403946471911807.html?mod=WSJS_inicio_section_Gestion


La violencia en el Congo amenaza el suministro de tantalio, un material clave para los teléfonos inteligentes y otros productos
Por Devon Maylie

Mientras que las consecuencias del terremoto de Japón están obligando a muchas compañías a preocuparse por la cadena de suministro de los productos electrónicos, una nube diferente se cierne sobre un poco frecuente metal gris azulado extraído en la República Democrática del Congo.

Se trata del tantalio, un ingrediente de los componentes que son fundamentales en la fabricación de teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras. Recientemente, grandes compañías tecnológicas como Intel Corp. y Hewlett-Packard Co. que utilizan tantalio directamente o compran semiconductores hechos con él, han lanzando una ofensiva para encontrar yacimientos del metal que no se vinculen a regiones africanas devastadas por la guerra.

Una nueva ley estadounidense requiere que las compañías que cotizan en bolsa se aseguren que minerales clave que utilizan en sus productos no provengan de minas controladas por los rebeldes de Congo. La guerra civil de Congo, el tercer productor del mundo de tantalio, terminó en 2003 pero la violencia en la zona este del país continúa.

La ley de regulación financiera Dodd-Frank, aprobada el año pasado en Estados Unidos, identifica cuatro minerales: tantalio, estaño, tungsteno y oro, que son extraídos en Congo y a los que se acusa de ayudar a financiar la violencia en el país. La ley establece que las compañías que utilizan estos cuatro minerales deben informar a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) anualmente si la cadena de suministros de alguno de ellos se originó en Congo o en alguno de sus nueve países vecinos.

Las reglas para implementar la ley no han sido finalizadas. La legislación no castiga a las empresas que compran alguno de los cuatro minerales provenientes de Congo, aunque quizás se agreguen medidas punitivas.

El tantalio se utiliza en los capacitores que almacenan cargas eléctricas y ayudan a hacer funcionar la mayor parte de los teléfonos inteligentes y otros aparatos. Las empresas como Intel y la telefónica AT&T Inc. no compran directamente a Congo. Adquieren productos terminados a través de proveedores que los obtienen de fundiciones que, a su vez, los compran a intermediarios que están en el país.

Aunque los productos tecnológicos habitualmente contienen spequeñas cantidades de tantalio, las compañías que los fabrican son sus principales compradores. "Estamos trabajando para llegar a un espacio exento de conflictos", dice Chuk Mulloy, portavoz del fabricante de chips Intel, que utiliza tantalio en sus semiconductores.

Mulloy explicó que Intel está colaborando con la Electronic Industry Citizenship Coalition, un grupo que reúne a empresas del sector, para analizar a 25 fundiciones de ocho países que las proveen de minerales que son incorporados a productos electrónicos.

Intel también está instalando un sistema que rastrea los minerales desde donde son extraídos hasta la puerta de sus fábricas, un paso que la compañía y la industria de los productos electrónicos ya habían dado antes de que la ley fuera aprobada.

La ley afectará a todas las empresas de tecnología que cotizan en los mercados bursátiles de Estados Unidos. TriQuint Semiconductor Inc, con sede en Oregón, está trabajando con sus proveedores para ayudarlos a rastrear los cuatro minerales. Dell Inc. dice que también está trabajando con proveedores para que ajusten sus procesos de compra. Microsoft Corp. también está entre las compañías que buscan cumplir con la normativa. "La intención es cortar el financiamiento a la gente que mata gente", dice el representante Barney Frank, demócrata de Massachusetts, uno de los autores de la ley.

Los minerales en cuestión pasan por muchas manos antes de llegar a los fabricantes, lo que hace que rastrear su origen sea difícil. AT& T dijo en documentación que presentó ante la SEC que como vendedora minorista de teléfonos y aparatos hechos por otros, está muy alejada del proceso de fabricación.

Para rastrear los cuatro minerales especificados en la ley Dodd- Frank en un aparato inalámbrico, AT&T calcula que tendría que revisar sus relaciones con 35 fabricantes, entre 60 y 80 proveedores de partes, más de 1.000 suministradores de materias primas y una cantidad desconocida de intermediarios y distribuidores para llegar a la mina que fue la fuente original de su estaño y su tantalio.

Una reducción en la compra de minerales de Congo podría representar un golpe a un país que ocupa el lugar 119 de una lista de 193 países que elabora el Banco Mundial en cuanto a Producto Interno Bruto. Congo produce alrededor de 10% (casi todos los informes dicen que es de 80% no de 10%) del tantalio del mundo. Brasil es el principal productor con un porcentaje que oscila entre 16% y 23% en tanto China produce aproximadamente 14%.

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