La
invasión de la ciudad de Mosul es por el botín de los pozos de petróleo; las 4
fuerzas que la invaden la desean: el gobierno reconocido internacionalmente de
Bagdad pues es su país, los kurdos iraquíes
(los peshmergas ) que ya se han
separado de facto de Iraq y desean un Gran Kurdistán , Los turcos que no desean
que los kurdos sean los dueños ,y los
sunies ya sea del Estado Islámico o
independientes .
Comienza
la ofensiva militar para arrebatar Mosul al ISIS
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/17/actualidad/1476665728_076754.html
El futuro de Irak como país unido
depende de cómo se gestione una eventual victoria
ÁNGELES
ESPINOSA
Dubái
17 OCT 2016 - 21:00 CEST
Comienza la ofensiva
militar para arrebatar Mosul al ISIS FOTOGALERÍA Ofensiva para recuperar Mosul
Crece el
temor a que la ofensiva sobre Mosul desate una oleada de refugiados
Los
yihadistas que tomaron Mosul penetran en la ciudad iraquí de Tikrit
Las fuerzas
iraquíes han lanzado este lunes la ofensiva para recuperar Mosul, la mayor
ciudad bajo la férula del Estado Islámico (ISIS) y desde la que Abu Bakr al
Bagdadi proclamó su Califato hace dos años. Es una operación militar de una
envergadura sin precedentes desde la invasión estadounidense de Irak en 2003.
Pero más allá de los retos que afrontan los generales, lo que se juega en esta
batalla es el futuro del propio país de los dos ríos, la capacidad de los
iraquíes para mantenerse unidos por encima de las diferencias sectarias y de
los intereses de las naciones vecinas que las patrocinan.
“Hoy declaro
el inicio de estas victoriosas operaciones para liberaros de la violencia y el
terrorismo del ISIS”, ha proclamado solemne el primer ministro, Haider al
Abadi, en un mensaje televisado a primera hora de la mañana.
Presencia del Estado Islámico en Irak
No ha sido
una sorpresa. El asalto se preparaba desde antes del verano. En las últimas
semanas, las fuerzas gubernamentales han ido cercando Mosul en preparación de
este momento. Ayer domingo, la aviación iraquí lanzó octavillas anunciando la
inminencia de la batalla y pidiendo a la población que permaneciera en sus
casas, a la vez que trataba de tranquilizarla asegurando que no atacarían
objetivos civiles.
El
presidente del Parlamento, Salim al Juburi,
equiparó la operación a la guerra de 2003 por su tamaño y significado. Los
observadores aseguran que se trata del mayor despliegue de tropas iraquíes
desde entonces. Cuentan además con el apoyo aéreo de la coalición internacional
contra el ISIS, nominalmente formada por 60 países, pero que en la práctica
consiste sobre todo de Estados Unidos, con la ayuda de Reino Unido y Francia.
Fuerzas de
los 'peshmerga' preparan el asalto. AZAD LASHKARI REUTERS
FOTOGALERÍA|
Ofensiva para recuperar Mosul
El Gobierno
de Irak y sus aliados internacionales esperan que la campaña constituya el
golpe decisivo al poder y prestigio que el ISIS ha acumulado en estos dos años
y que, como resultado, reduzca su capacidad de reclutar
no solo en Irak y Siria, el autoproclamado Califato, sino también en otros
frentes como Libia o el Sahel.
Al Abadi y
sus socios de Gobierno confían además en que la victoria dé apoyo y legitimidad
a su mandato, que atraviesa una profunda crisis.
Las
expectativas son muy altas. Los riesgos también.
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Haider Al-Abadi ✔
@HaiderAlAbadi
The hour has
struck. The campaign to liberate Mosul has begun. Beloved people of Mosul, the
Iraqi nation will celebrate victory as one
23:31 - 16
oct 2016
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“Me encuentro
extremadamente preocupado por la seguridad de los hasta 1,5 millones de
personas [que pueden estar] viviendo en Mosul y que pueden resultar afectadas
por las operaciones para recuperar la ciudad”, ha manifestado el
vice secretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien.
Al peligro
de verse atrapados en el fuego cruzado de los contendientes, se suma el de que
el ISIS les utilice como escudos humanos o su destino en caso de que logren
huir de los combates. Amnistía Internacional publica mañana un informe sobre
las violaciones de derechos que han sufrido los escapados de anteriores
campañas. Además, los preparativos para acogerlos parecen insuficientes. Según
el comunicado de O’Brien, los campamentos ya listos tienen capacidad para
60.000 personas, aunque se están preparando otras 250.000 plazas.
Algunos
analistas militares ven demasiado aventurada la operación, tanto por el elevado
peligro de víctimas civiles como por la naturaleza del enemigo, cuya ideología
mesiánica no pone límites ni a la brutalidad ni al nivel de destrucción.
“Hubiera
tenido más sentido mantener la cautela y continuar la guerra de desgaste”,
opina Brian Downing. Este experto en cuestiones de seguridad considera más
efectivas las operaciones de sabotaje que las fuerzas especiales y de
contrainsurgencia estaban llevando a cabo en la ciudad, y que ya estaban
minando las filas del ISIS.
Pero los
retos miliares palidecen al lado de los políticos. La
propia composición de las fuerzas (una amalgama de soldados, policías, milicias
kurdas, chiíes y suníes), ya da una idea del desafío que supone
gestionar los múltiples intereses contrapuestos que se plantean en Mosul. Si
bajo las batallas precedentes contra el ISIS en Faluya, Ramadi o Tikrit
subyacía el enfrentamiento sectario entre árabes suníes y árabes chiíes (y por
extensión el recelo de los países árabes hacia la influencia de Irán en Irak), ahora entran en escena las ambiciones kurdas y la
interferencia turca para evitar que se contagien a su territorio.
“Cada una de las partes
ve Mosul como vital para sus intereses a largo plazo”, escribe Hassan Hassan, investigador
del Tahrir Institute for Middle East Policy y coautor de ISIS: Dentro del
Ejército del Terror.
Las
autoridades de la Región Autónoma de Kurdistán repiten a menudo que no tienen
aspiraciones territoriales sobre Mosul, y la provincia de Nínive de la que es
capital, aunque no esconden que van a mantener su presencia en las zonas que se
apropiaron tras la entrada del ISIS y que esperan un gobierno provincial
favorable.
Turquía, por
su parte, está utilizando la existencia de la minoría turcomana como excusa
para estar presente en un conflicto que le permite además plantar cara a Irán,
cuya influencia en el Gobierno iraquí se ha incrementado a través de las
milicias chiíes formadas tras la irrupción del ISIS. Para ello no solo ha
estacionado tropas dentro de Irak, desatando un grave rifirrafe diplomático con
Bagdad, sino que ha financiado y entrenado una milicia, la Guardia de Nínive,
bajo mando del controvertido anterior gobernador, Atheel al Nujaifi, un árabe
suní cuya familia ha dominado la política local durante décadas.
De momento,
la estrategia anunciada parece haber tenido en consideración esas
sensibilidades. Una vez más son las unidades antiterroristas, la llamada
División de Oro entrenada por Estados Unidos, las que actúan de punta de lanza
de la ofensiva con el respaldo del Ejército, la policía federal y miembros de
las tribus locales. En principio, tanto los peshmergas kurdos como las Unidades
de Movilización Popular (milicias chiíes) deberían permanecer en la retaguardia
y no entrar en la ciudad.
Incluso si
mantienen el pacto y logran la victoria, no está claro cómo el débil Gobierno
de Al Abadi va a lograr conjugar esos intereses contrapuestos. O si, la
recuperación de Mosul solo desatará el principio de la desintegración de Irak.
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