El
sepulcro de Jesucristo abierto por primera vez en siglos
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/10/28/actualidad/1477671780_437738.html
Científicos
de National Geographic
han expuesto la superficie original de lo que tradicionalmente se considera la
tumba de Cristo
LOURDES
BAEZA
Jerusalén
28 OCT 2016 –
Vista de los
trabajos arqueológicos en la tumba de Jesucristo en Jerusalén el 28 de octubre.
ATEF SAFADI EFE
Sin
ceremonia alguna, al caer la tarde, sin darle publicidad y con algunos
representantes de las tres principales confesiones que guardan el Santo
Sepulcro de Jerusalén —franciscanos, greco-ortodoxos y armenios—, el equipo
griego que está restaurando el complejo religioso retiró la pesada losa de
mármol que cubre el lugar donde, según la tradición cristiana, fue enterrado
Jesucristo. Casi cinco siglos había permanecido sellada la tumba, santuario de
cristianos de todo el mundo, en el interior de la basílica. Esta reapertura
tuvo lugar, según fuentes del complejo religioso, el miércoles pasado.
Varios
sacerdotes esperaban ese día con impaciencia en el exterior del edículo —el
templete de mármol construido en 1810 para proteger el lugar—. Entre ellos, el
patriarca de la Iglesia greco-ortodoxa, Teófilo III, varios franciscanos,
armenios y coptos así como representantes de las familias musulmanas que desde
tiempos otomanos custodian la llave del Santo Sepulcro. También había turistas,
sorprendidos por el temprano cierre de la iglesia, que permanecieron en el
interior siendo testigos del histórico momento.
“Nos dijeron
que durante algunos días no podríamos oficiar misa en el interior de la tumba,
pero el viernes por la mañana yo ya lo hice con total normalidad”, confirma el
padre Artemio Vítores, que ha sido vicecustodio franciscano, quien asegura que
para entonces la lápida ya estaba en su lugar. De lo poco que trascendió sobre
lo sucedido en los días previos, se sabe que los especialistas tan solo
contaron con unas 60 horas distribuidas en diferentes días para realizar el
trabajo y analizar con instrumentos de última generación la cavidad.
Una
segunda lápida
El arqueólogo Fredrik Hieberde detalló a la organización
National Geographic —la única que ha podido grabar todo el proceso— que
se trató de un trabajo contrarreloj para explorar uno de los lugares que más
misterio suscitan y para el que contaron con un potente georadar. El aparato
reveló —entre otras curiosidades que National Geographic publicará en
noviembre— que tras la gran capa de material de relleno que quedó al
descubierto tras desplazar la losa de mármol, existe una segunda lápida
grisácea con una cruz grabada sobre una superficie algo más blanquecina.
Algunas
fuentes que prefieren guardar el anonimato confirmaron ayer a EL PAÍS que
anoche continuaban los trabajos en el interior de la pequeña sala de apenas
tres metros cuadrados que alberga la tumba y a la que se accede por una puerta
de 1,33 metros de altura.
“HA
RESUCITADO, NO ESTÁ AQUÍ”
Bonifacio de
Ragusa describió la apertura de la tumba en el siglo XVI. Según los
historiadores de la época, sobre el enterramiento se encontró un trozo de
madera que se dividió en tres partes: uno de los pedazos fue enviado al Papa,
Pío IV, otro al emperador Carlos I de España y V de Alemania, y el tercero y
último se conserva en Jerusalén en la Custodia Franciscana. De Ragusa explicó
también que encontraron en la roca unos frescos que se desintegraron al entrar
en contacto con el aire. “Se ofreció a nuestros ojos el sepulcro del Señor de
modo claro, excavado en la roca. En él vimos representados dos ángeles, uno de
ellos con una inscripción que decía: “Ha resucitado, no está aquí”, mientras
que el otro, señalaba al sepulcro y proclamaba: “He aquí el lugar donde fue
depositado”.
De acuerdo
con ese testimonio, las diferentes partes implicadas en la restauración de la
tumba ya han dado su visto bueno para que se abra una ventana, en el frente de
la sepultura y se pueda observar, en adelante, la roca original a través de un
cristal; como ya sucede en la tumba de María, situada extramuros de la ciudad
vieja de Jerusalén.
Es la
primera vez que han podido verse las paredes del Sepulcro completamente
desnudas, sin cuadros, ni velas, ni incensarios, tan solo con una polea
colocada por el equipo griego, comandado por Antonia Moropoulou, y las cinchas
de hierro que pusieron los británicos en 1934 para reforzarlo tras sufrir un
terremoto. De momento, es imposible saber si lo que los investigadores
encontraron tras esa segunda losa es solo la roca original sobre la que fue
depositado el cuerpo de Cristo o si hay alguna otra sorpresa. El equipo lo
mantiene en secreto aunque si se considera la anterior apertura de la tumba, en
el siglo XVI, cabe hacerse una vaga idea.
En 1555, el
entonces custodio de los Santos Lugares, el franciscano Bonifacio de Ragusa,
logró de Solimán
el Magnífico permiso para restaurar el edículo anterior, que databa
de la época de las Cruzadas y se encontraba en un estado deplorable. Según las
crónicas de la época, sobre la tumba se halló un trozo de madera envuelto en
una tela con unas letras grabadas apenas legibles. De un pergamino que estaba
junto a los restos de madera, pudieron extraer las palabras “Helena Magni”,
inscripción que algunos estudiosos interpretan como parte de un texto en el que
podría leerse “Helena, madre del gran Constantino”, confirmando así que se
trataría del lugar donde Helena de Constantinopla, la madre del emperador
romano, señaló en el año 326 como el lugar donde enterraron a Cristo. Un trozo
de la madera hallada se envió a Carlos V porque España fue durante más de tres
siglos mecenas para el mantenimiento de los Santos Lugares.
Desde
entonces y hasta ahora, nadie ha vuelto a ver lo que ocultan las sagradas
piedras del Sepulcro, aunque todo hace pensar que cuando terminen los trabajos
de restauración la próxima primavera cualquiera que visite el lugar podrá
contemplar la roca original.
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