Filipinas
manda al diablo a EEUU y firma tratados comerciales, y militares con China así China ya tiene de facto el control de las islas Spratly y
podra construir bases militares gigantescas sin necesidad de tener porta aviones.
nota del autor del blog: la CIA le pondrá una bomba y le echara la culpa a los comunistas o a las guerrillas musulmanas
El
presidente de Filipinas anuncia que se aleja de EEUU para aliarse con China
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/20/actualidad/1476958945_569331.html
"Dependeré
de vosotros por mucho tiempo", ha dicho Duterte en su visita oficial a
Pekín
MACARENA
VIDAL LIY
Pekín
20 OCT 2016 - 16:15 CEST
De manera
espectacular, en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, rodeado de símbolos
comunistas y de toda la pompa diplomática china, el presidente
filipino, Rodrigo Duterte, ha anunciado este jueves lo que puede
significar una de las alteraciones más drásticas del equilibrio geopolítico en
años: el divorcio de su país de Estados Unidos, su aliado más importante
durante décadas y su principal valedor en la disputa territorial que mantienen
Pekín y Manila en el mar del sur de China
El
presidente chino, Xi Jinping (izquierda), recibe a Rodrigo Duterte en Pekín.
GETTY | EFE
“En
este evento anuncio mi separación de Estados Unidos, económica pero también
militar ”, declaró
Duterte en un discurso ante un foro empresarial presidido por el vice primer
ministro chino Zhang Gaoli, y entre los aplausos del público. “Me he separado de ellos, así que dependeré de ustedes
durante largo tiempo. Pero no se preocupen: al igual que ustedes nos ayudarán,
nosotros les ayudaremos”.
Desde su
llegada al poder, hace tres meses, el presidente
filipino no ha cesado en sus amenazas e invectivas contra Estados Unidos,
al tiempo que multiplica sus gestos de acercamiento a
Pekín.
Ofendido por las críticas de Washington a su polémica guerra contra las
drogas, desde septiembre había anunciado el fin
de las maniobras militares conjuntas y apuntado la posibilidad de
cancelar algunos pactos de colaboración defensiva. “Ha llegado el momento de decir adiós”, había
declarado el miércoles en una reunión con empresarios filipinos.
En directo
contraste con el deterioro de la relación con EE. UU., su visita de Estado de
cuatro días a Pekín, la primera de su mandato, se ha caracterizado por las
buenas palabras y los guiños de amistad recíprocos. Ni rastro de la animosidad
que dominó la relación bilateral China-Filipinas durante el gobierno de Benigno
Aquino en Manila, por sus reclamaciones rivales de soberanía sobre las islas
Spratly, bajo control chino desde 2012.
Este jueves,
en su reunión bilateral por todo lo alto también en el Gran Palacio del Pueblo,
el presidente chino, Xi Jinping, se deshizo en declaraciones de amistad. La
visita de Duterte, expresó, es un “hito significativo” para los lazos entre los
dos países. “Espero que podamos… usar esta visita como una oportunidad para
llevar de nuevo a las relaciones China-Filipinas por la senda de la amistad y
mejorar las cosas”.
Duterte se
mostró igualmente melifluo. “Desde hace siglos, China ha sido un amigo de Filipinas. Las
raíces de nuestros lazos son profundas y no se cortan fácilmente”.
Su estancia en Pekín, opinó, marca una “primavera” en los vínculos bilaterales.
En su
reunión, ambos mandatarios firmaron 13 acuerdos de cooperación en áreas como la
pesca o el terrorismo. También abren la puerta a las inversiones
chinas en Filipinas, que en 2014 apenas fueron
de 41,3 millones de dólares, en el sector de las infraestructuras. China
ha levantado asimismo su alerta de viaje contra las visitas turísticas de sus
ciudadanos al archipiélago, que impuso en los momentos más tensos de la disputa
bilateral.
El
presidente filipino encontró también una mano amiga para su lucha contra la droga, su principal prioridad y que ya ha
dejado más de 3.000 muertos en su país.
Acerca de su
disputa territorial, Pekín y Manila han acordado
negociarla de manera bilateral. Es la opción que el gobierno chino
siempre había defendido, frente a las preferencias de EE. UU. por abordar las
disputas territoriales de la región en foros multilaterales.
El deshielo
había comenzado después de que una corte de arbitraje internacional en La Haya
se pronunciara de modo favorable a Manila en la disputa territorial este junio.
Cuando las expectativas eran que Filipinas exigiera con fiereza la aplicación
del dictamen, Duterte optó por correr un tupido velo sobre la decisión
judicial. En su opinión, la tradicional dependencia de Estados Unidos ha lastrado a su
país, mientras que un acercamiento a China puede reportarle importantes
beneficios económicos
Y China ha
respondido con entusiasmo a la aproximación filipina, ante la perspectiva de
una división entre Washington y Manila de la que tiene mucho que ganar. Con el
respaldo de Washington, para el que el mar del sur de
China tiene una importancia estratégica, Filipinas se había convertido
en su peor rival en la zona.
Aunque
algunos expertos se muestran escépticos de que la recién estrenada luna de miel entre Pekín y Manila vaya a ser duradera.
“Si pasa el tiempo y
Duterte no puede conseguir algo positivo de China, le será muy difícil
justificar el seguir buscando pelea con EE. UU. Y si China quiere sacar a
Filipinas de la órbita de EE. UU., tendrá que ofrecer concesiones
extraordinarias, al menos según sus estándares. Y eso implica que en China,
donde existe un genuino sentimiento de que las islas en disputa son suyas, la
gente empezaría a preguntar cosas”, explica Richard Heydarian, de la Universidad filipina de La
Salle.
Hay
precedentes. El propio Aquino comenzó su mandato queriendo tender puentes hacia
China: para contentar al Gobierno chino declinó asistir a la ceremonia de
entrega en ausencia del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo en
2010. En 2011 viajó a Pekín para una visita oficial. Un año más tarde,
China se hacía con el control de las Spratly, y
el presidente filipino comenzaba una larga etapa de enfrentamiento con Pekín.
“Duterte podría recorrer un ciclo similar”, apunta Heydarian.
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