El
Estado islámico sobrevivirá aunque pierda Mosul. Y volverá de la guerra de
posiciones a la guerra de movimientos y a la guerra de guerrillas. Sami Nair intelectual
francés predice el ISIS no será derrotado con la toma de Mosul.
Nota del autor del blog: El Estado Islámico no debe abandonar
la Ciudad de Mosul, pues si la guerra continua, se debilitaran los Kurdos
aliados de Israel y de EEUU que son su infantería, además se debilitara el
Estado Islámico al cual EEUU no desea destruir, sino, siguiendo las
recomendaciones israelíes, manipularlo y empujarlo al oeste para que penetre en Siria y
combata a los rusos y al régimen sirio de Bashar Al Assad. Además, Turquía
ayudara al Estado islámico pues sus mayores enemigos son los kurdos.
Mosul y después
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/21/actualidad/1477065493_718430.html
La ofensiva
no significará el derrumbe del yihadismo militarizado; el ISIS tiene capacidad
de sobrevivir a la pérdida de terreno
SAMI NAÏR
21
OCT 2016 - 18:34 CEST
.
Un soldado
iraquí en Bartella, al este de Mosul. GORAN TOMASEVIC REUTERS
La batalla
por la reconquista de Mosul es un gran
paso estratégico en la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, que esta ofensiva sea rápida o lenta, no
significará el derrumbe del yihadismo militarizado.
El supuesto Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) tiene la
capacidad de sobrevivir a la pérdida de terreno y sabe cómo reconvertirse en
fuerzas múltiples y móviles. No solo el gobierno iraquí no controla todo
el país sino que, incluso en las ciudades bajo su autoridad, estallan
diariamente atentados.
La batalla de Mosul es también un experimento de coalición de
fuerzas contradictorias, dirigido por EEUU según la estrategia del
leading from behind (liderar por detrás), propuesta por Barak Obama, y con
enormes potencialidades conflictivas en el terreno.
Los dos principales actores reunidos por los norteamericanos —el
ejército iraquí y los Peshmergas kurdos— tienen sus propios objetivos.
En realidad,
el gobierno iraquí quiere reafirmar su soberanía
fortaleciendo sus bases chiitas mientras los
Peshmergas buscan tomar posiciones en Mosul para realizar su sueño de
unificación de los enclaves kurdos y seguir obrando por la formación de un
Estado nación kurdo.
Pero Turquía está vigilando el proceso e
impedirá ese intento, tal como lo ha hecho recientemente en Dabiq, Siria.
El elemento
nuevo, fundamental para el porvenir de la región, es precisamente que Turquía, potencia islámica sunita, se ha vuelto un actor estratégico clave tanto en Siria como en Irak,
lo que no deja de inquietar a Irán y a otras
potencias árabes.
Está claro
que dentro de la guerra contra el ISIS se están preparando otras guerras para la
reconfiguración del mapa geopolítico regional. Rusia, Irán, EEUU, Turquía, Arabia Saudita,
Francia y Reino Unido mueven los hilos y se posicionan en el terreno
a través de sus clientes locales. El espacio iraquí-sirio,
que el nacionalismo laico árabe quería unificar en los años 60 y 70 está
estallando bajo la fragmentación islamista, hecho que se corresponde con los
objetivos perseguidos por los neoconservadores americanos en 2003 al invadir
Irak.
La
reconquista de Mosul debilitará fuertemente al terrorismo islamista; pero
mientras exista el foco sirio, no lo podrá aniquilar.
El coste en
vidas civiles será elevado, tanto a lo largo de la batalla como después, y las
represalias que se abatirán sobre unos presupuestos aliados de los terroristas,
es decir, gente que tuvo que convivir con el terror desde hace dos años, será
terrible.
Por otra
parte, la experiencia de liberación de las ciudades iraquíes
de Ramadi, Falluja y Tikrit demuestra que se necesitará años y muchísimo
dinero para poder reconstruir Mosul después de haber sido reducida por los
terroristas a tierra quemada.
El
ISIS buscará en Irak ampliar la guerra de guerrilla, diseminando
sus fuerzas y amurallándose en Siria, a sabiendas de que allí ahora no
podrá conseguirse la misma coalición. Millares de civiles seguirán siendo
rehenes de la barbarie, mientras el mundo, en especial Europa y los países
árabes, asistirán —cómplices o impotentes— a este cruel espectáculo.
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