El banco también nombró a Alessandro DiNello como nuevo presidente ejecutivo para ayudar a estabilizar las operaciones.
Tratando de calmar el nerviosismo del mercado, DiNello dijo que NYCB no ha visto “prácticamente ninguna salida de depósitos” de las sucursales minoristas, y agregó que su posición de liquidez se mantiene fuerte.
Las medidas provocaron un aumento del 7% en las acciones de NYCB el miércoles después de una caída inicial. Sin embargo, es una pequeña mella en la caída de más del 50% de la acción desde que el banco registró una pérdida sorpresa en el cuarto trimestre la semana pasada. Los temores también se exacerbaron cuando los resultados mostraron pérdidas crecientes en bienes raíces comerciales.
Moody’s citó “desafíos financieros, de gestión de riesgos y de gobernanza multifacéticos” en el NYCB en su nota del martes por la noche en la que rebajaba la calificación del banco.
“En opinión de Moody’s, las funciones de control con un sólido conocimiento de los riesgos de un banco son clave para la solidez crediticia de un banco”.
Los problemas del NYCB recuerdan la presión que sufrió el sector el año pasado tras la quiebra del Silicon Valley Bank, que desató una crisis bancaria regional.
Queda por ver si las últimas medidas serán suficientes para impulsar la confianza de los inversores o habrá más sorpresas por venir.
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