Expertos
estrategas de Israel como Efraim Imbar, director del Centro de Estudios
Estratégicos Begin-Sadat (BESA) , sostienen
que no hay que debilitar al Estado Islámico para que se encargue de aniquilar a
los sirios alauitas aliados de Irán y a las guerrillas chiíes de Hezbollah , además
de a Rusia e Irán .
.
Israel:
no conviene aniquilar al Estado Islámico
http://www.connuestroperu.com/mundo/51194-israel-no-conviene-aniquilar-al-estado-islamico
17 Septiembre 2016
Adrián
Mac Liman*
Destacamentos
del Estado Islámico localizados en el valle del Yarmuk, a pocos kilómetros de
los Altos del Golán. La noticia, difundida hace
apenas unos días por la segunda cadena de televisión israelí, hizo saltar las
alarmas.
¿El Estado
Islámicos?
¿Iba a
convertirse la quimera que se había adueñado de la mitad del suelo sirio y el
Norte de Irak en un peligro real para el Estado judío?
Aparentemente,
disponen de carros de combate, artillería pesada y… ¡armas químicas!, advierte
la inteligencia militar hebrea, que vigila desde hace meses a los simpatizantes
sirios del EI. Todo deja presagiar un ataque relámpago contra Israel.
Israelíes
ayudando a terroristas islámicos
La amenaza
no llegó a materializarse, pero la alerta subsiste, tornándose en una auténtica
pesadilla para los pobladores de los asentamientos judíos de los Altos del
Golán. Detalle interesante: hasta los
primeros días de septiembre, a la población israelí no le inquietaba
sobremanera la presencia del Estado Islámico en la región. Es cierto: las
sanguinarias huestes del EI se hallaban en el país vecino.
Los asesinatos y la destrucción en nombre del
Profeta formaban parte del menú televisivo de los habitantes de Tel Aviv, Haifa
o Jerusalén.
Pero Siria
quedaba lejos, al menos, mentalmente. Lo que sucede más allá de los confines de
Israel nada tiene que ver con la seguridad armada que ampara a los más de seis
millones de judíos que viven en Tierra Santa.
En ese contexto, surgió el dubitativo interrogante: ¿acabar con el
Estado Islámico? ¿Para qué?
Fue ésta una
de las preguntas que se plantearon recientemente los politólogos y los estrategas de Tel Aviv, más preocupados por la amenaza iraní
o el peligro que supone la presencia de Hezbollah en la frontera con el
Líbano.
De ahí el
extraño mensaje lanzado hace menos de un
mes por el afamado estratega Efraim Imbar, director del Centro de
Estudios Estratégicos Begin-Sadat (BESA), entidad que realiza
trabajos de consultoría tanto para el Gobierno israelí como para la OTAN.
No
hay que acabar con el EI;
la agrupación podría convertirse en un arma eficaz en la lucha contra Irán, Hezbollah, Siria y Rusia, señala el minucioso
informe elaborado por Imbar.
Como siempre, la percepción israelí
dista del paradigma estadounidense. Para el Gobierno de Tel Aviv, el principal adversario sigue
siendo el Irán de los ayatolás, país que ha inscrito en sus programas de
Gobierno la destrucción total de la entidad sionista.
Fue esta una
de las prioridades absolutas de la revolución jomeynista, uno de los mantras de
los sucesores del ayatolá.
Ello explica
la reticencia de Israel ante el levantamiento de las sanciones económicas y
tecnológicas impuestas al régimen de Teherán, su obsesión por llevar a cabo un
ataque relámpago contra las instalaciones nucleares iraníes.
Hezbollah,
el brazo armado de Teherán en el Líbano, es otro contrincante que debería desaparecer. En 2006, el
ejército israelí perdió la guerra contra el movimiento chiíta, armado y
adiestrado por militares de élite persas. De ahí la necesidad de encargar esta
tarea a… terceros. Y, ¿quién sino los wahabitas del Estado Islámico?
El
indiscutible poderío del ejército sirio fue, durante décadas, la mayor
preocupación del Estado Mayor de Tel Aviv.
Los dos ejércitos jamás chocaron; ambas partes
temían las repercusiones de un posible enfrentamiento armado. En este caso
concreto, los estrategas hebreos preferirían recurrir, una
vez más, a un combate entre musulmanes.
¿Y
Rusia? Obviamente, para
los estrategas israelíes conviene mantener a los rosos alejados de la región.
Su
influencia podría contrariar los proyectos hebreos en la zona.
Pero si los rusos tienen que afrontar el peligro islámico en
casa, es decir, en el vasto territorio
asiático, su margen de maniobra en la región sería más limitado.
De
ahí el deseo de contar con los supervivientes del EI. De hecho, la estrategia de enfrentar
a los enemigos surtió efecto durante el conflicto de Afganistán.
¿Acaso Norteamérica no firmó la partida de nacimiento de Al Qaeda? De la misma
manera, Israel patrocinó, hace dos décadas, la creación de Hamas, agrupación
religiosa conservadora que debía neutralizar a la laica OLP. Pero en este caso,
el error de cálculo tuvo consecuencias desastrosas.
Por muy
disparatada que pueda parecer, la propuesta de Efraim
Imbar no es nada novedosa.
En 1957, el Presidente
Eisenhower recomendó a la CIA la creación en Oriente Medio de movimientos
religiosos defensores de la guerra santa llamados a combatir a las incipientes
corrientes izquierdistas. En resumidas cuentas, lo que se pretende es
convertir al Estado Islámico en el… tonto útil de Occidente.
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*Analista político internacional
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