EEUU
y Rusia acuerdan no matar a los mercenarios bajo sus mandos y más bien unificar sus ataques contra el
rebautizado Al Nusra y el Estado Islámico
EE
UU y Rusia anuncian un acuerdo para detener la guerra en Siria
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/09/actualidad/1473403838_563930.html
Si la tregua pactada a partir del
lunes se mantiene, ambos países atacarán juntos a Al Qaeda y al ISIS
JUAN
CARLOS SANZ
Corresponsal
en Oriente Próximo
Jerusalén
10 SEP 2016 - 03:01 CEST
El
secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha anunciado este sábado un
acuerdo para un alto el fuego en Siria a partir del lunes, día 12, que
implicará el cese de todos los combates, y en especial del sobrevuelo de la
aviación del régimen sobre posiciones de la oposición. El anuncio fue efectuado
en Ginebra junto con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, con el que
confirmó que ambos países procederán a ataques
coordinados contra posiciones de los grupos terroristas, como el antiguo
Frente al Nusra y el Estado Islámico (ISIS) en
el plazo de una semana si se respeta el cese de las hostilidades.
.
Kerry y
Lavrov se dan la mano tras anunciar el acuerdo. FABRICE COFFRINI AFP
El acuerdo
de cese de hostilidades se produce después de dos semanas de intensos contactos
entre las dos potencias y en vísperas de la señalada celebración musulmana del Eid el Adha, la Fiesta del Sacrificio.
Después de más de nueve de horas de negociaciones en un hotel a orillas del
lago Leman, ambos responsables diplomáticos comparecieron a primera de la
madrugada para oficializar el entendimiento alcanzado.
“Estados Unidos y Rusia
anuncian un plan que, según esperamos, permitirá reducir la violencia y abrirá
la vía a una paz negociada y una transición política en Siria”, dijo Kerry ante Lavrov, quien se comprometió a que el régimen del presidente
Bachar el Asad acate la tregua y participe en las conversaciones con la
oposición. El mediador de la ONU para Siria, presente en el acto, anticipó que
iba a pedir autorización al Consejo de Seguridad para reanudar las negociaciones
que quedaron interrumpidas en marzo por las violaciones del anterior alto el
fuego alcanzado por Washington y Moscú en febrero.
Las
negociaciones siempre parecen estar a punto de romperse en sus últimas fases,
cuando las tácticas del póker priman sobre los protocolos diplomáticos. “Nuestra
paciencia no es infinita”, había advertido a través de la agencia Reuters un
alto cargo del Departamento de Estado. “Pero si hubiésemos pensado que los
rusos solo pretenden ganar tiempo no habríamos vuelto a negociar”. Tras los
fiascos de la reunión del 26 de agosto de ambos jefes de la diplomacia también
en Ginebra y del encuentro del pasado lunes entre los presidentes Barack Obama
y Vladímir Putin en el marco de la cumbre del G20 en China, Kerry acude a la
nueva cita con Lavrov en un clima de marcada desconfianza.
A finales de
agosto parecía que se había alcanzado un consenso tras la estabilización del
frente de Alepo, pero los últimos
avances del régimen del presidente Bachar el Asad —oportunamente apoyado por
los bombardeos de la aviación rusa— dieron un nuevo vuelco a la guerra y al
proceso negociador.
Los
insurgentes han vuelto a quedar sitiados en los barrios que controlan en el este de la dividida ciudad
del norte de Siria, donde permanecen atrapados unos
250.000 civiles.
Desde una
renovada posición de fuerza, Rusia —en nombre de sus aliados de Damasco— había
planteado nuevas exigencias a EE UU —que apoya a los
grupos y milicias rebeldes que se alzaron contra El Asad en 2011—, lo
que retrasó la conclusión de las negociaciones. El propio Obama reconoció tras
reunirse con Putin que “la desconfianza” entre las partes impedía pactar un
cese de hostilidades general en Siria que permita hacer llegar ayuda
humanitaria a la población.
Los
principales escollos para un acuerdo han sido la
suspensión de los ataques aéreos del régimen sobre ciudades controladas por la
oposición, para el campo negociador ruso, y la
definición de cuáles son los grupos rebeldes yihadistas —como el Estado Islámico y las filiales de Al Qaeda— que quedan excluidos de la tregua y, en
consecuencia, pueden seguir siendo bombardeados, para la parte
estadounidense. A pesar de los fallidos intentos de diálogo, Kerry y Lavrov
habían conversado por teléfono en los últimos días para examinar los informes
de los equipos técnicos diplomáticos y militares que se han seguido reuniendo
en Ginebra. Washington y Moscú pretenden que el alto el fuego refleje también
un mecanismo de cooperación en la lucha contra “los grupos terroristas activos
en Siria” y abra la vía a la reanudación de las negociaciones de paz entre el
régimen y la oposición en la sede de Naciones Unidas en la ciudad suiza.
Estados
Unidos confiaba en haber cerrado el acuerdo de alto el fuego en la reunión de
Obama con Putin en la cumbre del G20 en Hangzhou. El enviado del presidente
para Siria, Michael Ratney, estaba tan convencido de ello que envió una carta a
los responsables de la oposición para explicarles sus principales puntos, según
la revista especializada en Oriente Próximo Al Monitor, que ha publicado parte
del texto de la misiva. “Creemos que el acuerdo restablecerá la tregua y
acabará con los ataques indiscriminados del régimen y de Rusia contra civiles y
contra la oposición (…) allanando el camino hacia la reanudación de un proceso
político creíble”, aseguraba Ratney.
El enviado
norteamericano reconocía además que “la principal causa de preocupación para
Rusia —que también preocupa a EE UU— sigue siendo la presencia de grupos
extremistas como la rama de Al Qaeda en Siria”. Si se alcanza el entendimiento,
concluía Ratney,
“Moscú impedirá que
operen los aviones del régimen, de manera que ya no habrá bombardeos sobre áreas
de la oposición (…) incluidas aquellas en las que el Frente de la Conquista
está presente junto a otros grupos opositores”.
El Kremlin y
Damasco han esgrimido el despliegue de milicias del antiguo Frente al Nusra en
Alepo para justificar sus ataques contra posiciones rebeldes. “En
contrapartida”, agregaba la carta enviada a la oposición, “ofreceremos a Rusia
coordinación para debilitar a Al Qaeda en Siria”.
Poco antes
de que el Departamento de Estado confirmara que Kerry se iba a reunir con
Lavrov, el viernes a última hora de la noche, fuentes insurgentes sirias
anunciaron la muerte de altos jefes militares rebeldes durante una ofensiva
aérea en la provincia de Alepo. Entre los fallecidos se
hallaba el comandante del Frente de la Conquista, Abu Omar Sarakeb. Una
fuente insurgente aseguró a Reuters que las primeras informaciones apuntaban a
que murió en un ataque de Estados Unidos, aunque el Pentágono afirmó que no
había intervenido en la operación y se la atribuyó a la aviación rusa. Desde
que el Frente al Nusra cambió de denominación y renunció a su vasallaje a Al
Qaeda, el pasado mes de julio, no se habían registrado bombardeos
norteamericanos contra sus combatientes yihadistas.
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