El
gobierno chino presto miles de millones de dólares al gobierno
de los militares de Hugo Chávez ,que lo despilfarro y/o robo a su gusto; ahora que esos préstamos son incobrables, desea
que la oposición les pague. La solución para Venezuela es igual que para Egipto:
disolver el ejército y confiscar todos sus activos.
Por
la crisis y la inseguridad, China replantea su relación con Venezuela
http://lat.wsj.com/articles/SB10605583215429024627104582308423602009762?tesla=y
Gustavo Ian
Wu, quien administra una tienda en el centro de Caracas, dice que su familia,
que vino de China, se ha visto afectada por la crisis económica y las altas
tasas de delincuencia. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL
Por KEJAL VYAS
domingo,
11 de septiembre de 2016
20:34 EDT
CARACAS—China
pasó la mayor parte última década forjando una alianza estratégica con
Venezuela, un país con unas de las reservas de crudo más grandes del mundo y
liderado entonces por un presidente socialista, el fallecido Hugo Chávez, quien
además de admirar a Mao Zedong ansiaba hacerle contrapeso a la influencia de
Estados Unidos en América Latina.
Actualmente,
enfrentado a una montaña de cuentas sin pagar y una
creciente inseguridad para sus ciudadanos y empresas con oficinas en Venezuela,
el gobierno chino ha emprendido un amplio replanteo de su alianza con un
país al que le ha prestado US$60.000 millones.
Como
resultado de ello, parece poco probable
que Venezuela obtenga nuevos préstamos significativos de China, planteando
la posibilidad de recortes de gastos más profundos y más escasez en el país
petrolero o una cesación de pagos sobre más de
US$110.000 millones en deuda del gobierno y de la petrolera estatal PDVSA.
El enviado
de Beijing en Caracas expresó preocupaciones sobre seguridad y el pago de deuda
de Venezuela durante reuniones de emergencia que sostuvo entre abril y junio
con una decena de representantes de empresas estatales chinas, según cuatro
directivos de esas compañías.
“El consenso fue que no se
iba a invertir nuevo dinero”, dijo uno de los ejecutivos. “El mensaje fue claro: déjenlos caer”,
dijo el directivo. El ejecutivo agregó que las empresas chinas estaban
trasladando a sus empleados a Colombia y Panamá por razones de razones de
seguridad y porque muchos proyectos liderados por China estaban en un punto
muerto.
Desde
febrero, al menos tres legisladores de la oposición venezolana y otros
consultores han sido invitados a Beijing por el Partido
Comunista de China para discutir sobre un gobierno de transición y un
plan de recuperación para darle la vuelta a la economía de peor desempeño del
mundo, según varias personas al tanto de las conversaciones. El Fondo Monetario
Internacional estima que la economía
venezolana se contrajo en casi 6% el año pasado
y que este año tendrá un crecimiento negativo de 10%.
Los mercados
chinos abren los domingos en varias ciudades de Venezuela, con productos a
precios controlados. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL
Venezuela aún le debe a China US$20.000 millones de los US$60.000
millones que le prestó, según las fuentes, y al
país asiático le preocupa la corrupción y la malversación de los fondos
destinados al desarrollo.
También busca una garantía de que sus inversiones en el país
latinoamericano sean respetadas por la oposición en medio de un rápido
deterioro de la situación, con disturbios diarios por alimentos y delincuencia
rampante.
El
Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó en una declaración escrita
que esté reconsiderando su relación con Venezuela. Agregó que el gobierno chino
ha recordado repetidamente a sus
ciudadanos y empresas en el país que estén más atentos sobre los riesgos de
seguridad. Los préstamos que entidades financieras chinas han
proporcionado, señaló, fueron motivados por razones comerciales y han arrojado
beneficios prácticos para las dos partes.
El Ministerio
de Relaciones Exteriores de Venezuela no respondió a solicitudes de comentario.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, le dijo recientemente a una
delegación de empresarios chinos: “Valoramos mucho esta extraordinaria,
histórica relación con la República Popular China”.
Los riesgos
de seguridad están aumentando para los expatriados chinos, una comunidad de
comerciantes que desde hace tiempo está establecida en el país. Este grupo se
ha convertido en blanco de secuestradores y bandas extorsivas, lo que ha
llevado a que muchos dejen el país.
Venezuela
tiene la segunda tasa de homicidios más alta del mundo, según el Observatorio Venezolano de
Violencia, un grupo independiente. Muchos trabajadores estatales chinos recién
llegados raramente se atreven a salir de donde viven y trabajan.
“En todos los niveles
en China hay una gran preocupación de lo que está pasando en Venezuela y el
entendimiento de que un cambio en el gobierno es necesario”, dijo una persona al tanto de las
conversaciones en Beijing.
La forma en
la que China mueva sus cartas en Venezuela podría tener ramificaciones a lo
largo de América Latina y África, donde países
ricos en recursos naturales acudieron a la financiación china durante el auge
de las materias primas, dijo Diego Moya-Ocampos, analista de la firma
consultora de riesgo IHS. “Están reexaminando ahora los riesgo políticos y de
cesación de pagos de modo que no queden tan vulnerables como quedaron en
Venezuela”.
La reservas
en dólares de Venezuela, a US$11.800 millones, se encuentran en un nivel más
bajo en 13 años, mientras el presidente Maduro hace lobby entre sus aliados en
busca de ayuda. Conversaciones bilaterales realizadas en agosto en Caracas
produjeron un compromiso de China de apenas unas miles de camionetas y camiones
para ayudar a Venezuela a aliviar la escasez, pero no grandes préstamos.
La familia
Wu, de China, ha operado la bodega Centro Bello en Caracas por más de 10 años.
PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL
“Hubo muchas
razones por las que China se apresuró a establecer una relación con Venezuela,
pero ahora la cuestión es: ‘¿Cómo salimos de
este embrollo?’”, dijo R. Evan Ellis, profesor de la Escuela de
Guerra del Ejército de Estados Unidos, y que sigue de cerca las relaciones de
China en la región.
Durante las
reuniones en China, la oposición venezolana garantizó
que los préstamos de Beijing serán reconocidos, con la esperanza de
mantener la puerta abierta a más crédito si y cuando un nuevo gobierno llegue
al poder, dijeron fuentes al tanto. “No podemos perder esta relación
privilegiada que hemos desarrollado con China”, dijo una de las fuentes.
El gobierno
chino y la oposición venezolana quieren aumentar la transparencia de los
acuerdos de inversión y someterlos a aprobación tanto del ejecutivo como de la
Asamblea Nacional, controlada ahora por la oposición, una apuesta para asegurar
la sobrevivencia en caso de que la oposición llegue al poder.
Las
relaciones florecieron durante el gobierno del presidente Chávez. Celulares,
motocicletas y materiales de construcción baratos de China ayudaron al gobierno
de Venezuela a ganar apoyo entre los pobres. Venezuela
le dio la bienvenida a miles de técnicos chinos para que trabajaran en
proyectos de infraestructura, financiados principalmente con cargamentos
de 600.000 barriles de petróleo al día. China se convirtió en un prestamista
clave de última instancia en momentos en que los inversionistas en los mercados
internacionales de deuda le cobraban a Venezuela las tasas de endeudamiento más
altas del mundo.
Luego, la
inseguridad apareció como una preocupación. Venezuela se ubicó detrás de Siria, un país azotado por la guerra, en la percepción
ciudadana de seguridad en una encuesta reciente de Gallup. Advertencias
distribuidas por la embajada de China en Caracas a sus compatriotas, vistas por
The Wall Street Journal, se refieren a ataques contra extranjeros.
“Como asiáticos, en la
mayor medida posible, usted debe evitar viajar solo”, decía una advertencia de la oficina
local de Sinohydro Corp., empresa estatal china.
“Al mismo
tiempo, también debería evitar viajar en grupos, lo cual puede fácilmente
atraer la atención de los delincuentes”, agregaba. En 2015, los secuestros
aumentaron 60%, decía la nota. Igualmente, aconsejaba a los trabajadores evitar
dar información personal, como datos de estadía, a colegas venezolanos, y que
no debían confiar en guardaespaldas locales.
Un correo electrónico de la embajada de marzo
recomienda la compra de perros guardianes y la instalación de sistemas de GPS
en autos para facilitar la localización de secuestrados. La nota detalló el
robo de un auto y el pago de un rescate frente a un hotel de lujo en el barrio
Altamira de Caracas, donde muchos expatriados chinos residen.
Los
empleados de algunas empresas chinas apuntan a regresar a sus apartamentos
antes de las 7 de la noche. En el estacionamiento de un edificio residencial de lujo de Caracas,
trabajadores en pantalones cortos y chancletas hacen ejercicio cada noche al
dar vueltas detrás de un muro de 3 metros. “Es demasiado peligroso para salir”,
dijo uno.
La
Federación de Asociaciones Chinas, que mantiene el registro de 23 clubes
sociales a lo largo de Venezuela, estima que más de 30.000
chinos han dejado el país desde 2014. En el país permanecen más de 100.000.
“Mi mercado
está destruido”, dijo Rafael Lobo, quien trabaja como agente inmobiliario para
expatriados chinos. “Apartamentos que hace dos años costaban US$2.000 [al mes],
ahora no los puedo alquilar ni por US$400”.
La crisis
económica y de seguridad también ha perjudicado a más de los 200.000 cantoneses
que llegaron a Venezuela hace décadas, muchos de Enping, en el sur de China,
para abrir tiendas y restaurantes. Muchos hacen compras en mercados chinos
abiertos los domingos en las grandes ciudades alrededor de Venezuela, donde se
venden periódicos del país asiático, junto con patos congelados almacenados en
neveras manchadas de sangre.
Durante el
último año, tanta gente regresó a Enping que el alcalde de la localidad china
envió una delegación a Caracas en julio con la misión de investigar la razón.
“Tuvieron
que venir hasta acá para ver la realidad por ellos mismos”, dijo Vicente Xue,
vicepresidente de la Cámara Venezolana-China de Comercio, quien recibió la
delegación.
En un
esfuerzo por resolver la escasez crónica de alimentos, el gobierno venezolano
ha estado usando el espacio en las estanterías de los tenderos chinos para
vender bienes con precios controlados.
Otros
comerciantes, que manejan cuartos llenos de efectivo debido a la hiperinflación
venezolana, se quejan de frecuentes atracos armados. Algunos reconocen que
sobornan a la policía a cambio de protección.
“Cuando los
malandros ven una cara como la mía, lo que ven es un cajero automático”, dijo
Carlos Wang, un tendero de segunda generación que está buscando la forma de
salir de Venezuela.
—Brian Spegele contribuyó a este artículo.
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