Irán
y Arabia Saudí llevan su enfrentamiento a la OPEP, Rusia elevo su producción a 11.1 millones de barriles diarios .
Irán y Arabia Saudí llevan su enfrentamiento a la OPEP
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/28/actualidad/1475086342_136246.html
La OPEP
logra un compromiso para reducir la producción pero aplaza el reparto de las
cuotas
ÁNGELES
ESPINOSA
Dubái
28 SEP 2016 –
El ministro
de Energía de los Emiratos Árabes Unidos, Suhail Al Mazroui, en la apertura del
Foro Internacional de Energía en Argelia. MOHAMED MESSARA EFE
La rivalidad
entre Irán y Arabia Saudí ha vuelto a bloquear
el intento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de
cerrar un pacto para hacer subir los precios del crudo. La reunión de los
ministros de este miércoles en Argel había
suscitado expectativas ante los signos de mayor flexibilidad mostrados por
Riad.
El principio de acuerdo alcanzado resulta bastante vago: reducir la producción de 33,24 millones barriles diarios a 32,5 millones.
El diablo,
como siempre, está en los detalles, en el reparto de cuotas que se acordará en
noviembre.
“Las
diferencias entre los países de la OPEP sobre los niveles a los que debemos congelar
[la extracción], se están reduciendo”, declaró la víspera el ministro saudí de Petróleo, Khaled al Falih. El
responsable explicó que se estaba barajando permitir “que
Libia, Nigeria e Irán produzcan a los niveles máximos que tenga sentido”
y que estos estarían en torno a los actuales.
Aunque Irán sigue rechazando esa posibilidad,
los analistas ven un cambio notable en la postura saudí, opuesta hasta ahora a
cualquier compromiso que no afectara a todos los miembros.
Tanto Al Falih como su homólogo iraní, Bijan Zanganeh,
expresaron su deseo de poner los cimientos para lograr un acuerdo en la próxima
reunión formal del grupo, prevista el 30 de noviembre
en su sede de Viena. Algunos expertos apuntan no obstante que para que
la OPEP tenga algún efecto en el mercado no basta con que congele sus niveles de extracción, tiene que
reducirlos. Y su esfuerzo puede quedar anulado por el aumento de la
producción en Rusia que, según Bloomberg, ha
batido un nuevo récord en septiembre al alcanzar los
11,1 millones de barriles diarios, 400.000 más que en agosto y por
encima de su máximo de 10,9 millones de enero.
El barril de
crudo se ha desplomado desde junio de 2014, como resultado del exceso de
oferta. Aunque una menor producción de EE. UU. ha reducido los excedentes, aún
se mantiene por debajo de los 50 dólares, demasiado bajo para que los
productores puedan equilibrar sus presupuestos. Irán y
Arabia Saudí, cuyas economías son muy dependientes del petróleo, se
beneficiarían de un pacto que impulse una subida. Sin embargo, un primer
intento en ese sentido el pasado abril en Qatar fracasó debido a sus intereses
enfrentados.
La República
Islámica, recién levantadas las sanciones internacionales, defendía su derecho
a recuperar el nivel de producción anterior. El gigante petrolero árabe, por su
parte, se negaba a hacer concesiones en la apuesta por mantener su cuota de
mercado frente al aumento del petróleo
de esquisto norteamericano.
A diferencia
de entonces, Teherán no ha boicoteado la cita de Argel,
organizada aprovechando el 15º Foro Internacional de la Energía, y Riad se
ha mostrado más flexible. De acuerdo con fuentes de la OPEP, ya antes de esa
reunión informal, el reino ofreció reducir su
producción de los 10,7 millones de barriles alcanzados el pasado verano a 10,2
millones, si Teherán aceptaba congelar la suya en los niveles actuales
de unos 3,6 millones de barriles. Zanganeh
rechazó la oferta. Su argumento es que Arabia Saudí ha aumentado tanto la
extracción desde 2012 que la mengua propuesta no afectaría al reino y
perjudicaría a Irán, que insiste en alcanzar los 4,2
millones de barriles previos a las sanciones.
A nadie se
le escapa que es mucho más que una diferencia de 600.000 barriles lo que está
en juego. Los intereses políticos y rivalidades regionales que tradicionalmente
han dificultado el reparto de cuotas entre los miembros de la OPEP, se han
exacerbado en los últimos años. El cambio de régimen en Irak, las guerras en
Siria y Yemen, y el acuerdo nuclear de EE. UU. con Irán han agravado la tensión
entre Riad y Teherán. El petróleo se ha convertido en un arma más.
Pero es un
arma de doble filo. El dolor por los precios bajos ha alcanzado incluso al peso
pesado saudí, cuyo nivel de producción solo alcanzan
Rusia y EE. UU., ambos fuera de la OPEP. El
reino, cuyos ingresos se han reducido a la mitad, afronta un déficit
récord por segundo año consecutivo y se ha visto obligado a liquidar activos,
reducir los subsidios y recortar los salarios de los funcionarios. En Irán,
aunque tras una década de sanciones el impacto no ha
sido tan grande, también las autoridades necesitan más ingresos para
hacer posibles las inversiones que requiere su economía.
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