Despiden
el ministro kurdo de economía en Iraq por despilfarrar dinero, en un país que tiene un déficit
fiscal del 12 % ; el próximo año será del 24 % y se dispone a dejar a Mosul en
ruinas en octubre .
La
destitución del más alto cargo kurdo agrava la debilidad del Gobierno iraquí.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/21/actualidad/1474471363_425911.html
La salida
del ministro de Finanzas Zebari augura dificultades para el Ejecutivo en
vísperas del asalto a Mosul
O
ÁNGELES
ESPINOSA
Dubái
21 SEP 2016 - 18:35 CEST
Zebari,
durante una conferencia de prensa en Bagdad, en enero de 2016. AHMAD AL-RUBAYE
AFP
El
Parlamento iraquí ha destituido este miércoles al ministro de Finanzas, Hoshyar Zebari, por acusaciones de
corrupción. La medida, resultado de una lucha política que ya expulsó al
titular de Defensa el mes pasado, llega en un momento especialmente delicado.
Irak afronta una grave crisis económica por el descenso de los precios del
petróleo y el creciente coste de la guerra contra el Estado Islámico (ISIS, en
sus siglas en inglés). El cese de Zebari, el más alto funcionario kurdo en el
Gobierno central, supone además otro escollo en las relaciones entre Bagdad y Erbil.
En una
votación secreta, 158 de los 249 diputados
presentes votaron a favor de retirarle la confianza y 77 en contra, después de
haberle interpelado el mes pasado sobre el despilfarro de fondos públicos. En
aquella sesión, retransmitida por la televisión iraquí, Zebari tuvo
dificultades para justificar, entre otros, el nombramiento de 450 guardaespaldas cuyos traslados costaron al erario
público dos millones de dólares, el alquiler de
una casa por 157.000 dólares al año sin la autorización previa del primer
ministro, o los 90.000 dólares de alquilar un avión en
2013 para asistir a un evento sin atender a las restricciones
presupuestarias.
Se trata en
su mayoría de presuntas irregularidades cometidas entre 2005 y 2014 cuando era
ministro de Asuntos Exteriores con Nuri al Maliki.
En octubre de ese año fue nombrado titular de Finanzas en el nuevo Gobierno de Haider al Abadi.
Zebari, que
en todo momento ha rechazado las alegaciones, no reaccionó de inmediato a su
destitución. Sin embargo, con anterioridad había amenazado con publicar documentos que revelarían la malversación de millones de
dólares por parte de sus rivales. El político se ha mostrado convencido de
que la fuente de sus problemas es el ex primer ministro Al Maliki, a cuyo
partido pertenecen la mayoría de los diputados que iniciaron la moción de
censura. En declaraciones a los medios de comunicación, le ha acusado de no haber
aceptado la pérdida de poder en 2014 y de haber dejado las arcas vacías cuando
se fue.
Más allá de
la lucha en la que está enfangada la clase política iraquí y de la necesidad de
los diputados de mostrar que actúan ante la frustración popular por la corrupción y el nepotismo, la destitución de Zebari llega en el peor momento.
La mayoría
de los observadores temen que desestabilice aún más la frágil economía iraquí,
justo cuando sus responsables negociaban el desembolso de un crédito del Fondo
Monetario Internacional (FMI) para cubrir el déficit. Ese organismo aprobó el
pasado julio la concesión de 5.300 millones de dólares
a cambio reformas.
Aunque Irak
es el cuarto mayor productor de petróleo del mundo (el segundo de la OPEP), el
descenso de los precios del crudo, su casi única fuente de ingresos, y los
gastos derivados de la lucha contra el ISIS, se han traducido en un
significativo agujero fiscal. Según el FMI, la
diferencia entre ingresos y gastos alcanzará este año 17.000 millones de
dólares (un 12 % del producto interior bruto), pero corre el riesgo de duplicarse para el año que viene.
“La destitución del
ministro de Finanzas kurdo Zebari difícilmente es un buen augurio para la
estabilidad. Esto cuando se habla de [la] ofensiva de Mosul”, escribía en su Twitter el exministro
sueco de Exteriores Carl Bildt, que trató a Zebari cuando era titular de la
misma cartera.
El anunciado
asalto final a Mosul, la última gran ciudad iraquí en manos del ISIS, está ya
pendiente de la orden del primer ministro. Todos los portavoces militares,
tanto iraquíes como estadounidenses, aseguran que las fuerzas se encuentran en
condiciones de lanzarlo a partir de octubre. Pero más allá del esfuerzo
castrense, Al Abadi necesita contar con recursos para
la reconstrucción y para lograr el apoyo de una población local que
lleva años sintiéndose abandonada por Bagdad.
Una de las
piezas clave para esa operación es el respaldo del Gobierno
autónomo del Kurdistán iraquí, algo que el cese de Zebari también puede
complicar. “Más
problemas entre Erbil-Bagdad”, auguraba el analista Yerevan Saeed al
conocer la noticia. Y es que en su calidad de más destacado representante kurdo
en el Gobierno, Zebari servía de enlace entre este y las autoridades de la
región autónoma.
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