Reporte
de guerra sobre la invasión de Mosul: El Estado Islámico debe prepararse para abandonar
Mosul antes de fin de año y volver al desierto, ante la coalición de grupos armados
enemigos entre sí, pero con el único objetivo de combatir al Califato y
anexionarse Mosul. Una vez capturada Mosul se pelearan entre ellos (ejército
turco, kurdos separatistas iraníes , kurdos peshmerga iraquíes, milicias iraníes
, milicias chiíes de Bagdad , kurdos sirios , milicias turcomanas sirias ,
milicias sunies , milicias cristiano-asirias , tropas de EEUU ). Una vez que se peleen entre si y se debiliten,
el Estado Islámico podrá recapturar Mosul volviendo desde el desierto,
es una tontería martirizarse (esa zoncera retroceder nunca, rendirse jamás, se
ve en las películas solamente) , no sean tontos lean los manuales de guerra de guerrillas
de Mao Tse tung , el arte de la guerra
de Sun Tzu; incluso del mariscal de Mahoma
Jalid ibn al-Walid y eso que en sus tiempos no había drones ni aviones , ni
internet de las cosas. Muy importante: solamente ganaran si estuvieron con el
pueblo .
Nota del autor del blog: Entre los
invasores hay 2 grandes actores: Turquía que se quiere anexar su antiguo
territorio de Mosul y EEUU con Israel que quieren la formación de un gran Kurdistán
bajo sus órdenes y así controlar a Irán, Iraq, Turquía y Siria.
Viaje
al frente de Mosul: a 15 kilómetros de la 'capital' del Estado Islámico
http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-09-06/irak-estado-islamico-isis-eeuu-siria-yihadismo-iran_1255600/
Soldados
turcos,
guerrilleros iraníes,
fuerzas
especiales canadienses y
un maremágnum de
grupos étnicos luchan contra el ISIS en el último frente de Mosul, la
"ciudad dorada" del 'Califato'
Un
combatiente peshmerga, en su posición en las montañas de Bashiqa, desde la que
se observa el territorio del ISIS. (Reuters)
ETHEL BONET.
BASHIQA (IRAK)
06.09.2016 – 17:11 H.
Desde la
loma de la montaña se puede ver con claridad la “ciudad
dorada” del 'Califato', el preciado botín que todos ambicionan. A lo
largo de los 1.000 kilómetros de trincheras que
han cavado los peshmerga (las fuerzas
kurdo-iraquíes) para defender sus posiciones y repeler los ataques suicidas
del Estado Islámico, el frente norte de Bashiqa
es la posición más avanzada. Está a tan solo 15
kilómetros de Mosul. Y la localidad de Bashiqa, bajo control de los yihadistas
desde junio de 2014, es un punto estratégico clave: la puerta que
conduce hacia la 'capital' del ISIS en Irak. No se
puede avanzar hacia la ciudad sin liberar antes Bashiqa.
Una
amalgama de fuerzas y milicias puebla las montañas.
Además de los
peshmerga,
hay
tropas del Ejército turco,
fuerzas
especiales canadienses,
posiciones
de las milicias separatistas kurdo-iraníes,
milicias suníes (conocidas como Hashed al
Watani),
milicias
cristiano-asirias y de las tribus Shabak (una minoría chií kurda). En teoría, cada uno de estos grupos
está bajo el mando del general Bahram Yasin, de la 7º
división Peshmerga en la base de Bashiqa.
Pero en la práctica, el único factor
de unión entre ellos es su antipatía hacia el Estado Islámico. Cada actor armado sospecha del
otro, y todos temen que estalle una lucha violenta por el poder cuando
arrebaten Mosul a los yihadistas.
En el punto
más alto de la zigzagueante carretera que conduce al bastión del Estado
Islámico, a unos tres kilómetros de Bashiqa, medio
centenar de combatientes iraníes del Partido de la Libertad del Kurdistán (PAK)
defienden una pequeña posición, fuertemente fortificada con trincheras.
Este grupo de apátridas kurdo-iraníes, que han
nacido y crecido en los campamentos de entrenamiento de la guerrilla
separatista, defiende la posición más peligrosa de todo el valle. Desde ahí
mantienen a raya a los combatientes del ISIS, que atacan cada noche el puesto
militar con obuses y cohetes de fabricación casera.
Choque
frontal entre EEUU e Irán por el control de la ofensiva contra el ISIS
ETHEL BONET.
BEIRUT
¿Qué
hacen las guerrillas separatistas kurdo-iraníes luchando en Irak? Su presencia es un reflejo del caos
que impera en la guerra contra el Estado Islámico. Unos meses después de la
caída de Mosul en manos de los yihadistas, los partidos
separatistas kurdo-iraníes enviaron a cientos de combatientes para apoyar a los
peshmergas en los frentes de Kirkuk, Guer, Mahmour y Bashiqa.
El
PAK, formación política kurdo-iraní ilegalizada, tiene actualmente más de 700 guerrilleros combatiendo
en Irak. “Llevamos un año aquí. Esta es nuestra tierra y por eso la
defendemos", dice Hazhar, su comandante, de tan solo 24 años.
El joven anhela la
'liberación' de todo el Kurdistán para convertirlo, posteriormente, en un
Estado independiente. “No vamos a marcharnos hasta que Mosul sea
liberada”, asiente el líder guerrillero del PAK, antes de agregar: "Nos
unimos a la batalla contra el ISIS a petición del Ministerio Peshmerga del
Kurdistán iraquí y retornaremos a nuestras bases a petición del mismo
ministerio también".
Sus hombres
han comprado de su bolsillo sus vetustos rifles Kalashnikov y los tres morteros
con los que castigan las posiciones de los yihadistas en Bashiqa, porque los combatientes del PAK no reciben ayuda directa de los
peshmerga. “Somos voluntarios, no necesitamos dinero para luchar, lo hacemos
porque creemos en nuestra causa", puntualiza Hazhar.
El
comandante Hazhar, de 24 años, posa junto a los obuses y cohetes caseros con
que el ISIS ataca sus posiciones. (Ethel Bonet)
¿Qué
busca Turquía en Mosul?
La presencia de militares turcos y de sus aliados suníes (las milicias Hashd al Watani), que
representan los intereses de la política exterior de
Ankara en Irak, complica aún más el espectro de la caótica ofensiva de
múltiples frentes sobre Mosul.
Durante más
de dos años, Turquía ha mantenido desplegado un grupo
de soldados en Bashiqa, que entrena a cientos de milicianos suníes. En
diciembre de 2015, Ankara envió un refuerzo de 150 efectivos, acompañados por
entre 20 y 25 tanques, a la base de Bashiqa, un movimiento que alertó a Bagdad,
que no había sido informado de este depliegue militar. El Gobierno iraquí
exigió la inmediata retirada del contingente turco de Irak y calificó la acción
de “incursión”.
Una vez más,
se pusieron de manifiesto las marcadas divisiones entre las autoridades iraquíes y el Gobierno de la región autónoma del
Kurdistán. Un mes antes del despliegue de tropas turcas en las
inmediaciones de Mosul, el presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, había firmado un acuerdo con Ankara para
cederle una base permanente en Bashiqa.
Turquía
tiene los ojos puestos en la liberación de Mosul para
recuperar la influencia perdida, apoyando con entrenamiento y armas a
las milicias de las tribus suníes
Desde
entonces, las fuerzas turcas han ganado terreno
y extendido sus posiciones hasta mantener dos puestos avanzados a pocos kilómetros del bastión
yihadista de Bashiqa para proteger al grupo de asesores turcos que
entrena a más de 1.000 combatientes de las tribus
suníes. Mandos de los peshmerga kurdos entrevistados por El Confidencial
sospechan que los intereses de Turquía van más allá del entrenamiento de
combatientes antiyihadistas: temen que Ankara
haya puesto sus botas sobre el terreno para atacar a su archienemigo, la guerrilla del PKK, que aunque no
tiene presencia en el frente de Bashiqa sí mantiene posiciones en las vecinas montañas de Sinjar.
A
sus sospechas se suma la reclamación histórica de Mosul, que fue una provincia
otomana hasta 1920. En realidad, Turquía nunca se ha resignado
a perder Mosul. Tras largas e infructuosas negociaciones con Reino Unido,
el contencioso de Mosul se elevó a la Liga de Naciones,
que aprobó que el territorio en discordia formaría parte de Irak. Ankara
no tuvo más remedio que firmar el tratado de Bruselas,
por el que se reconocían las fronteras internacionales de Turquía e Irak.
La vieja
herida se abrió de nuevo con la guerra entre Irak e Irán (1980-1988), en la que
el Ejército turco realizó hasta cuatro incursiones en el norte de Irak. En la
posterior guerra de Kuwait (1990) y de nuevo en 1995, hasta
35.000 efectivos del Ejército turco se desplegaron en el norte iraquí,
en la bautizada como operación Acero contra la guerrilla del PKK. Ahora, Ankara
tiene los ojos puestos en la liberación de Mosul para recuperar la influencia
perdida, apoyando con entrenamiento y armas a las milicias de las tribus
suníes.
Mosul,
la partida final
A pesar del
optimismo del Gobierno iraquí, que espera recuperar Mosul para finales del año,
aún queda un largo camino por recorrer para liberar la segunda ciudad más
grande de Irak. En primer lugar, el ejército iraquí y
los peshmerga kurdos no coordinan sus operaciones, lo que ralentiza los avances
contra el ISIS. Tampoco está claro el papel que desempeñarán el resto de
actores armados, las milicias de Hashd al Watani y las
de Hashd al Shabi, apoyadas por Irán en la toma
de Mosul. El gran temor es que, una vez que el Estado Islámico haya sido
expulsado de la ciudad, estalle una lucha confesional entre las milicias chiíes
y suníes ante un vacío de poder en Bagdad.
"El ISIS tiene
francotiradores cualificados, unidades de mortero, han adquirido una gran
destreza en plantar IED [artefactos explosivos improvisados] que detonan a
distancia y coches bomba, lo que les hace aún más difíciles de combatir", asegura Hazhar
La gran
pregunta es: ¿quien luchará en Mosul? Las tropas
peshmerga han pasado a la ofensiva contra el Estado Islámico con el fin de
asegurar los pueblos y ciudades de mayoría kurda o los de otras minorías que
languidecen bajo el Gobierno chií del primer ministro Haider al Abadi. Su
misión es proteger el Gobierno Regional del Kurdistán, ampliar sus fronteras si
es posible en su caso, e impedir las incursiones del
ISIS en las capitales de provincia Erbil, Dohuk y Sulimaniyah.
Los
líderes kurdos han sido reacios a moverse hacia Mosul sin antes cerrar un
acuerdo político entre Bagdad y Erbil, capital del Kurdistán iraquí. Pero, por otro lado, no
quieren perder su influencia y permitir que el Ejército iraquí o milicias
árabes puedan llegar primero. “Nosotros estamos preparados para la batalla
de Mosul, solo esperamos a que Bagdad dé el visto bueno”, declara el
general Bahram Yasin, de la 7º división Peshmerga. No obstante, advierte de que
“si otros grupos armados iraquíes que no son el ejército regular se mueven
hacia Mosul, los peshmerga iremos a liberarla”. Preocupado por las ambiciones
separatistas de los kurdos, el primer ministro Al Abadi vacila a la hora de
cooperar con los peshmerga en la ofensiva para arrebatar a Daesh la segunda
ciudad de Irak. Hace unas semanas, insistió en que solamente las fuerzas del
Estado entrarían en Mosul.
En medio de
este juego de rivalidades se encuentra Estados Unidos,
que entrena a soldados iraquíes, fuerzas peshmergas y a los combatientes suníes
de Hashd al Watani. El general peshmerga Bahram Yasin considera que
debería ser la coalición internacional, liderada por EEUU, quien defina qué
fuerzas participarán en la conquista de Mosul y no el Gobierno de Bagdad. Su
mayor preocupación es que una vez que Mosul sea finalmente liberado, “pueda
estallar un enfrentamiento armados entre sus unidades y los militares iraquíes
o milicias árabes”.
¿Está
el ISIS debilitado?
El general
Bahram y sus hombres creen que el Estado Islámico, pese a que sigue
representando una amenaza grave, empieza a sentir la presión. "Hace
apenas dos meses, nos bombardeaban con 20, 30 o incluso 40 proyectiles de
mortero diarios. Ahora, se ha reducido", asegura. El oficial
afirma que los yihadistas empiezan a estar faltos de suministros y utilizan
tuberías y materiales de construcción que rellenan con explosivos para
atacarles. Los peshmerga, en cambio, están ahora mejor
equipados. Su brigada ha recibido misiles antitanque MILAN, ametralladoras
pesadas y 800 armas de menor calibre de la coalición internacional.
No comparte
su opinión el joven comandante iraní del PAK. Para alguien que está en primera
línea, el Daesh no muestra señales de derrota. “El Estado Islámico tiene
francotiradores cualificados, unidades de mortero, han adquirido una gran destreza
en plantar IED [artefactos explosivos improvisados] que detonan a distancia y
coches bomba, lo que les hace aún más difíciles de combatir”, asegura
Hazhar.
Ante los
bombardeos aéreos de la coalición, que han reducido su capacidad de movimiento,
el ISIS ha optado por una táctica defensiva,
advierte el comandante kurdo-iraní. “Los yihadistas han cavado trincheras y
túneles subterráneos para evitar los ataques aéreos. Tampoco se mueven en
vehículos todoterreno, sino que utilizan motocicletas o tractores pequeños para
no ser identificados, y queman neumáticos para que el humo negro impida la
visibilidad a los aviones y drones de reconocimiento”.
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The Logical
Song - Roger Hodgson (Supertramp) Writer and Composer
https://www.youtube.com/watch?v=ufHQS3xbjkk
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