Variantes y nuevas infecciones: el complejo panorama del COVID-19 en Estados Unidos
Los estadounidenses podrían enfrentar repetidas infecciones, la gravedad depende de factores como la edad, el estado de vacunación, condiciones médicas previas y las variantes en circulación, explican expertos en salud
En Estados Unidos, a medida que se acerca la temporada de virus respiratorios de otoño, muchos habitantes podrían enfrentarse nuevamente al COVID-19. Para algunos, esta podría ser la segunda, tercera o incluso cuarta vez que contraen el virus, según un informe publicado por USA Today.
La gravedad de una nueva infección por COVID-19 depende de diversos factores personales y ambientales, como la edad, las condiciones médicas preexistentes, el estado de vacunación y las variantes en circulación, según informan médicos especialistas.
“Realmente no hay garantía de lo que sucederá si te reinfectas con COVID”, dijo en entrevista con USA Today Raynard Washington, director del departamento de salud del condado de Mecklenburg, Carolina del Norte y presidente de la Big Cities Health Coalition (Coalición de Salud de las Grandes Ciudades).
Entre los síntomas más comunes de una reinfección por COVID-19 se encuentran la fiebre, los dolores musculares y de garganta, de acuerdo con el Dr. Robert Hopkins, Jr., director médico de la National Foundation for Infectious Diseases (Fundación para las Enfermedades Infecciosas). Otros síntomas que ahora son menos comunes incluyen la pérdida del gusto y el olfato.
La aparición y la gravedad de los síntomas pueden depender de la inmunidad del individuo. Según los expertos, un joven sano que ha recibido todas las dosis recomendadas de la vacuna puede experimentar una enfermedad más leve en su segunda o tercera reinfección. No obstante, esto no es universal.
Las infecciones graves son más propensas a ocurrir en personas no vacunadas, de mayor edad, inmunocomprometidas o con múltiples condiciones crónicas. “Pero también veo infecciones en personas jóvenes y, por lo demás, sanas. Por mucho que quisiera decir que tenemos buenos predictores, realmente no los tenemos”, afirmó Hopkins.
Algunos estudios insinúan que los estadounidenses tienen menos probabilidades de desarrollar COVID prolongado por la variante ómicron en comparación con las cepas anteriores del virus. Sin embargo, se necesitan más datos para confirmar esta tendencia debido a la falta de tiempo suficiente para estudiarlas a fondo.
Aun así, siempre existe el riesgo de desarrollar COVID prolongado con cada nueva infección, según Hopkins: “Cuantas más infecciones tengas, más veces tiras los datos, y más riesgo corres“, explicó. Los estudios han demostrado que las vacunas contra COVID-19 reducen el riesgo de desarrollar COVID prolongado, por lo que los expertos en salud recomiendan enfáticamente recibir la vacuna actualizada cuando esté disponible.
En cuanto al papel de la vacunación, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la última versión de la vacuna de COVID-19 dirigida a la variante KP.2 de ómicron para las vacunas Spikevax de Moderna y Comirnaty de Pfizer. Ambas utilizan tecnología de ARN mensajero.
En junio, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron la nueva vacuna para todos los estadounidenses a partir de los seis meses de edad. Las principales cadenas de farmacias esperan recibir las dosis en los próximos días. Además de reducir el riesgo de COVID prolongado, los expertos en salud indican que vacunarse disminuye el riesgo de síntomas severos que podrían conducir a hospitalización o muerte.
“La gran victoria de estas vacunas es que reducen la gravedad de la enfermedad y salvan vidas”, destacó Washington. “Las vacunas nos protegen desde el principio, dando a nuestro cuerpo la mejor oportunidad de combatir el virus de manera eficaz”.
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