Ex funcionarios de la administración Biden afirman que Estados Unidos tiene una “complicidad innegable” en la guerra entre Israel y Gaza
Ex funcionarios estadounidenses que renunciaron a la administración del presidente Joe Biden por su apoyo a Israel en la guerra de Gaza publicaron su primera declaración conjunta en la que exponen cuán catastróficas han sido las políticas para los palestinos, para los intereses a largo plazo de Israel y para la seguridad nacional de Estados Unidos.
“Cada uno de nosotros tomó la difícil y sombría decisión de dimitir, en función de las circunstancias individuales que atravesamos en diferentes momentos durante estos últimos nueve meses mientras realizábamos nuestros trabajos específicos. Pero hoy nos mantenemos unidos en la creencia compartida de que es nuestra responsabilidad colectiva alzar la voz”, afirma la declaración conjunta de 12 ex funcionarios estadounidenses.
Han acusado al presidente estadounidense de hacer la vista gorda ante las atrocidades israelíes en el enclave palestino.
La administración Biden lo niega, señalando sus críticas a las víctimas civiles en Gaza y sus esfuerzos por aumentar la ayuda humanitaria al enclave, donde, según funcionarios de salud, casi 38.000 personas han muerto en el asalto de Israel.
Israel lanzó su ofensiva en Gaza después de que militantes de Hamas, respaldados por Irán, irrumpieran en una ciudad fronteriza israelí el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas y tomando 250 rehenes, según cifras israelíes.
La declaración conjunta, publicada el martes, ofrece una perspectiva combinada de los ex funcionarios sobre las malas acciones en la sitiada Franja de Gaza, junto con seis recomendaciones para solucionar la situación.
Los funcionarios incluyen a Mohammed Abu Hashem, Lily Greenberg Call, Anna Del Castillo, Stacy Gilbert, Tariq Habash, Maryam Hassanein, Maj Riley Livermore, MAJ Harrison Mann, Josh Paul, Hala Rharrit, Annelle Sheline y Alexander Smith.
El comunicado decía: “La política de la administración [Biden] en Gaza es un fracaso y una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. La cobertura diplomática de Estados Unidos y el flujo continuo de armas a Israel han soportado nuestra innegable complicidad en los asesinatos y la hambruna forzada de una población palestina sitiada en Gaza”.
“Esto no sólo es moralmente reprobable y una clara violación del derecho internacional humanitario y de las leyes estadounidenses, sino que también ha puesto un blanco en la espalda de Estados Unidos”.
La declaración conjunta también presentó seis recomendaciones para cambiar la política estadounidense hacia la guerra que dura casi nueve meses en Gaza.
Estas incluyen la ejecución “fiel” de la ley, el uso de toda la influencia necesaria y disponible para poner fin de inmediato al conflicto y lograr la liberación de todos los rehenes, tanto israelíes como palestinos, el compromiso de financiación y apoyo para ampliar la asistencia humanitaria en Gaza, el apoyo a la “autodeterminación” del pueblo palestino y el fin de la ocupación militar y los asentamientos, incluso en Cisjordania y Jerusalén Oriental.
Las recomendaciones también sugirieron un cambio en las estructuras y culturas organizacionales “que han permitido el enfoque actual de Estados Unidos”, y destacaron la amenaza a la libertad de expresión en referencia a la respuesta policial militarizada a las protestas en los campus universitarios en todo Estados Unidos.
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