El ejército de Israel pidió el viernes a todos los civiles de la ciudad de Gaza, más de 1 millón de personas, que se reubiquen hacia el sur en un plazo de 24 horas, mientras acumula tanques cerca de la Franja de Gaza antes de una esperada invasión terrestre.
El ejército israelí ha anunciado que continuará operando significativamente en Gaza, advirtiendo a sus 2,3 millones de residentes que evacuen hacia el sur del enclave mientras lanza una andanada de bombas sobre la ciudad.
El ejército dijo que a los residentes sólo se les permitirá regresar a sus hogares cuando Israel haga otro anuncio que les permita hacerlo.
Hamás rechazó el viernes la orden de evacuación israelí.
"Nuestro pueblo palestino rechaza la amenaza de los líderes de la ocupación (israelí) y su llamado a abandonar sus hogares y huir de ellos hacia el sur o hacia Egipto", dijo Hamás en un comunicado.
El bombardeo es el más intenso que Israel haya dirigido jamás contra Gaza, que tiene sólo 40 kilómetros (25 millas) de largo y es hogar de alrededor de un millón de niños que viven en ciudades hacinadas y campos de refugiados con pocos refugios designados y ningún otro lugar al que huir.
Las explosiones de los ataques aéreos resuenan cada pocos minutos y han matado hasta ahora a más de 1.500 personas en Gaza, incluidos cientos de niños, dicen las autoridades sanitarias locales.
“Ahora es el momento de la guerra”, dijo el jueves el ministro de Defensa, Yoav Gallant, mientras los aviones de combate israelíes seguían bombardeando Gaza, destruyendo barrios enteros y matando a cientos de civiles.
El ejército israelí dijo que operaría “significativamente” en la ciudad de Gaza en los próximos días y que los civiles sólo podrían regresar cuando se hiciera otro anuncio.
Las Naciones Unidas dijeron que consideraban imposible que tal movimiento tuviera lugar "sin consecuencias humanitarias devastadoras".
"Las Naciones Unidas hacen un fuerte llamamiento para que cualquier orden de este tipo, si se confirma, sea rescindida evitando lo que podría transformar lo que ya es una tragedia en una situación calamitosa", dijo el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, en un comunicado.
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