Trump
firma el decreto para construir el muro ( que pagaran los mexicanos con impuestos a las remesas que envían a México
desde EEUU ) ;además corta fondos federales a las ciudades que alojan
inmigrantes ilegales ; las medidas hicieron saltar el Dow a mas de 20,000
puntos
Trump
promete que México pagará el muro “de una manera u otra”
El
presidente de Estados Unidos anuncia en un decreto "la construcción
inmediata de un muro físico"
Marc Bassets
MARC
BASSETS
Washington
26 ENE 2017 - 02:13 CET
El
presidente Donald Trump dio este miércoles el primer paso para cumplir la
promesa estelar de la campaña que le llevó a la Casa Blanca: la construcción de
un muro entre México y Estados Unidos.
La firma del decreto
para reforzar la frontera, fundamentado en el argumento falaz de que la
inmigración provoca inseguridad y crimen en Estados Unidos, coincide con la
visita a la Casa Blanca del secretario mexicano de Exteriores, Luis Videgaray.
El documento insta a la "construcción inmediata de un muro físico".
En una entrevista en la cadena ABC, Trump dijo que "de alguna forma" México "reembolsará" el
importe a EE UU. El nuevo presidente, que lleva menos de una semana en el
cargo, quiere castigar a las grandes ciudades que amparan los inmigrantes sin
papeles y aumentar el número de deportaciones.
El
presidente Trump muestra la orden ejecutiva con su firma. P. M. MONSIVAIS (AP)
/ EPV (REUTERS)
EE UU ha
vivido en su historia etapas de apertura al inmigrante y al refugiado, que
veían en este país “la ciudad luminosa sobre la colina”, un ideal de libertad y
prosperidad. Es la metáfora que en 1989 empleó el presidente Ronald Reagan, un republicano que regularizó a unos tres
millones de inmigrantes sin papeles. EE UU también ha vivido etapas de
cierre de fronteras, entre los años 20 y 60, por ejemplo, cuando funcionó un
sistema de cuotas para la inmigración.
Con Trump se
abre una nueva etapa de repliegue. La última ronda de órdenes ejecutivas o
decretos, centrados en la inmigración, puede marcar el fin de décadas en que EE
UU se ha abierto a la inmigración, o ha mantenido una política relativamente
laxa con los millones de inmigrantes sin papeles.
“¡Construye
el muro!” fue uno de los eslóganes de los seguidores en Trump en la campaña
electoral. En los mítines, el entonces candidato establecía un diálogo teatral.
“¿Y sabéis quién construirá el muro?”, preguntaba Trump. “¡México!”, respondía
el público.
Al agitar el odio al extranjero y la
incertidumbre económica en regiones golpeadas por la globalización y la
robotización industrial, el republicano conectó con miedos profundos de una
parte de la población.
De ahí el simbolismo del decreto sobre el muro, aunque esté poco claro cómo lo
va a construir y quién lo financiará.
El
documento, que Trump firmó en una ceremonia en la sede del Departamento de
Seguridad Interior, en Washington, contempla redirigir fondos ya aprobados hacia el refuerzo de la frontera. El
dinero debe servir para iniciar el proyecto, pero el presidente necesitará que
el Congreso apruebe más fondos para construirlo. Se ha
evaluado el coste total entre 14.000 y 20.000 millones de dólares.
Trump, como
proclamaba en sus mítines, sigue insistiendo en que, aunque al principio pague
el contribuyente estadounidense, la factura la acabará asumiendo México. Bajo
qué forma —aranceles en la frontera, impuestos sobre
las remesas— es un enigma.
"Sí, de
una manera u otra, como ha dicho el presidente, México pagará por ello",
dijo Sean Spicer, el portavoz de la Casa Blanca. El 31 de enero Trump tiene
previsto reunirse con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
El documento
no menciona que México vaya a pagar por el muro, pero sí obliga a los
departamentos y agencias del Gobierno federal a
identificar la ayuda al desarrollo, humanitaria, militar o económica anual que
EE UU dirige a México. Prevé, además, la construcción de centros de
detención cerca de la frontera y la contratación de cinco mil agentes de
aduanas y fronteras.
El muro
—entendido como un obstáculo que puede ser una valla u otros mecanismos— ya
existe. Cubre cerca de un tercio de la frontera de más de tres mil kilómetros
entre EE UU y México, y ha sido construido y reforzado por los presidentes más
recientes, demócratas y republicanos. No está claro cómo Trump puede
completarlo, ni si el Congreso estará dispuesto a desembolsar los miles de
millones que costará en un momento en que la inmigración desde México está
cayendo.
El propio
secretario de Seguridad Interior, el general John Kelly, presente en el acto de
la firma del decreto, ha expresado reparos al proyecto. En su comparecencia
ante el Senado, dijo que un muro sería insuficiente para proteger la frontera,
y que posiblemente "no se construirá en un momento
cercano".
Además del
decreto para construir el muro, Trump firmó otro que penalizará
a las grandes ciudades estadounidenses que protejan a los inmigrantes sin
papeles. Este decreto prevé la retirada de fondos federales para lo que
el presidente llama "ciudades santuario". Nueva York, Los Ángeles y
Chicago, entre otras, han adoptado políticas benévolas hacia los inmigrantes.
La orden ejecutiva contra las llamadas "ciudades santuario" puede abrir una batalla legal entre el poder federal, controlado
por el Partido Republicano, y los estados y municipios controlados por el
Partido Demócrata.
El segundo
decreto establece de entrada que muchos inmigrantes sin papeles “presentan una
amenaza significativa a la seguridad nacional y pública”. A continuación define
quiénes serán deportados con prioridad. No sólo
inmigrantes criminales o acusados de crímenes, sino también otros que hayan
hecho declaraciones falsas ante representantes del Gobierno, que se hayan
beneficiado de forma inadecuada de programas públicos, o que simplemente un
agente de inmigración considere peligroso. Para realizar estas tareas, que podrían suponer deportaciones masivas, el Gobierno
de EE UU contratará a diez mil nuevos agentes de
inmigración.
Los decretos
del miércoles no incluyen medidas contra los centenares de miles de inmigrantes
sin papeles que llegaron a EE UU siendo menores. El antecesor de Trump, el
demócrata Barack Obama, los regularizó.
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