La
retirada estadounidense del TPP golpea México, lastra Chile y Perú y da aire a
Mercosur, y la gran beneficiada es China pues el TPP, era un TLC anti China promovido
por EEUU; a México le convenía ,pues le permitía abrir el mercado Japonés
a los productos agrícolas de México , digamos, el arroz tiene un arancel
de 700 % en Japón , Barack Obama les dijo que lo bajen y les permitía que Japón
entre con todo a EEUU y , Japón estuvo de acuerdo . Pero abrir el mercado agrícola
japonés de elevado costo a todos los demás
países agrícolas como Perú , Vietnam con bajo costo por la mano de obra barata,
arruinaría a los agricultores Japoneses y, Japón no se integrará.
La
retirada estadounidense del TPP golpea México, lastra Chile y Perú y da aire a
Mercosur
Los
analistas ven a China como el gran beneficiado de la primera decisión de Trump
en política comercial
IGNACIO
FARIZA
México 24
ENE 2017 - 02:24
El carguero
chino CSCL Globe en el puerto de Felixstowe (sur de Inglaterra). REUTERS
Antes incluso de que el nuevo presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, haya iniciado la temida renegociación del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (Nafta,
por sus siglas en inglés) entre EE UU, Canadá y México, la primera decisión del
inquilino de la Casa Blanca ya salpica a su vecino del sur y al resto de
América Latina. La retirada estadounidense del TPP,
el acuerdo de la primera potencia mundial con 11 países
a ambas orillas del Pacífico promovido por Barack Obama, no por
esperada, deja de ser un duro un golpe para la economía
mexicana y, en menor medida, para los otros dos países latinoamericanos
firmantes del pacto: Perú y Chile. Por otro
lado, la decisión del magnate republicano beneficia, colateralmente, a los
países de Mercosur, liderados por Brasil y Argentina,
que ganan tiempo para firmar nuevos tratados y evitar así quedarse al margen de
la nueva arquitectura del comercio internacional. Y deja a China en una
posición de gran fortaleza.
En el caso
de México, el daño es especialmente significativo. Con una economía fuertemente
dependiente de las exportaciones —en especial a EE UU, destino de ocho de cada 10 dólares de productos mexicanos vendidos al
exterior—, el TPP suponía una oportunidad única para abrir nuevos
mercados al otro lado del océano Pacífico. La necesidad de buscar socios
comerciales más allá de EE UU es ahora más acuciante que nunca: la
incertidumbre sobre la renegociación del Nafta —para la cual los presidentes
mexicano y estadounidense tienen previsto reunirse el 31 de enero en
Washington—, una de las principales obsesiones de Trump en campaña, obliga al
Gobierno de Enrique Peña Nieto a optar por compradores alternativos de sus
productos. Y ahí las oportunidades del TPP eran inmensas: las exportaciones mexicanas a los firmantes del pacto
excluidos EE UU y Canadá fue de solo 9.000 millones de dólares en 2015,
frente a los casi 320.000 millones vendidos a sus dos
socios norteamericanos.
A falta de
su ratificación final, la rúbrica del TPP en febrero pasado sentaba las bases
para la puesta en marcha del acuerdo comercial de más alto nivel suscrito hasta
ahora por el peso específico de los países firmantes (Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados
Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam),
que suman el 40% del PIB mundial, el 26% por ciento del comercio internacional y el 10% de la
población del planeta. La retirada de la primera potencia mundial, EE
UU, enrocada en una posición proteccionista que marca el inicio de la era
Trump, lo deja herido de muerte: para su entrada
en vigor tenía que ser ratificado, antes de febrero de 2018, por al menos seis países que supusiesen el 85% del PIB del bloque.
Sin
EE UU, esta meta es ya imposible. Ahora queda por ver si un pacto alternativo puede echar
andar sin Washington, como ha sugerido en las últimas semanas el Gobierno
neozelandés, o si, como sostiene Japón —la segunda mayor economía del TPP—,
“carecería de sentido” sin la participación estadounidense.
Ignacio
Bartesaghi, director del departamento de Negocios Internacionales e Integración
de la Universidad Católica del Uruguay, detalla en conversación con EL PAÍS la
incertidumbre para México tras la decisión de
Trump. “Todo lo que cambiaba el TPP, que era relativamente bueno para este
país, queda en nada”, apunta.
“El gran salto era profundizar su relación con
Asia Pacífico: Japón, Vietnam, Australia, Singapur… Hoy solo tiene acuerdo
comercial con Japón y con ningún otro de Asia
Pacífico. ¿Por qué? Por su estructura productiva: su economía es poco
complementaria con las de los países de Asia Pacífico”. Este lunes, el presidente mexicano,
Enrique Peña Nieto, ha subrayado la intención de su país de buscar acuerdos
bilaterales de comercio con los países asiáticos que conformaban el acuerdo.
Bartesaghi, no obstante, ve en la renegociación del Nafta prometida por Trump
el “riesgo más obvio” para México. La Bolsa del país
norteamericano, en cambio, hizo oídos sordos a las dudas sobre el futuro
económico a medio plazo y avanzó casi un 1,7%. El
peso, vapuleado desde que Trump emergió como figura política de primera nivel
en EE UU, también siguió la senda alcista y recuperaba un 0,4% frente al dólar
a última hora de la tarde de México.
Casos
muy diferentes
El caso de
los otros dos países latinoamericanos incluidos en el TPP, Chile y Perú, es diferente. “No tendrá un impacto muy
profundo para ellos”, asevera el analista uruguayo. A diferencia de
México, Chile ya tiene acuerdos comerciales bilaterales
con prácticamente todos los Estados de Asia Pacífico firmantes del
tratado. “Lo que hacía era profundizar en su relación comercial, pero no
suponía una mejora de acceso a los mercados, como sí sucedía con México”. Perú, por su parte, no tiene acuerdos comerciales con
Australia, Brunei o Nueva Zelanda, pero sí con el grueso de los países
incluidos en el TPP. “Había mejoras, pero Perú está más avanzado
que México en política comercial con Asia Pacífico”, subraya Bartesaghi
al tiempo que destaca que la salida estadounidense del TPP puede ser una buena
noticia para los países de Mercosur, capitaneados por Brasil y Argentina:
“Habían quedado retrasadas en política comercial y les dará tiempo para poder
negociar nuevos acuerdos”. En este sentido, el profesor de la Universidad
Católica cree que la posición de la nueva Administración estadounidense será un
aldabonazo y añadirá incentivos para el sempiterno acuerdo Unión Europea-Mercosur.
Una de las
principales fortalezas que los analistas veían en el TPP era la posibilidad de
conectar países desarrollados con otros en vías de desarrollo, así como a
Estados semiindustrializados entre sí. “Durante los últimos años, los países
emergentes y en desarrollo –en particular, las economías asiáticas– se han convertido
en actores cada vez más importantes del comercio internacional, y esto a su vez
ha fomentado un aumento en los volúmenes de comercio norte-sur y sur-sur”,
subrayaba Antoni Estevadeordal en un reciente análisis del think tank
estadounidense Brookings Institution.
Bartesaghi,
en la misma línea que muchos de los ponentes que han participado en los últimos
días en el Foro de Davos, no duda en calificar de “error estratégico de gran
dimensión” la decisión de Trump de no ratificar el TPP: “Renuncia a fijar las reglas del juego del comercio mundial y
deja a China como líder del libre comercio en todo el mundo”. ¿Seguirá
adelante el TPP sin EE UU? “Creo que sí. Salvo Vietnam
y Japón, el resto quieren seguir y están en disposición de firmar un
acuerdo”, cierra. Los escollos, sin embargo, han ido creciendo a medida que
pasaban las horas desde el anuncio del presidente estadounidense: Chile, a
través de su canciller, ha confirmado que no insistirá en el tratado y ha
sembrado aún más incertidumbre sobre un pacto cada vez más lejano.
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