Manipulando
genes contra la malaria
http://elpais.com/elpais/2017/01/06/ciencia/1483730996_341089.html
Una eficaz
vacuna experimental vuelve a revelar la importancia vital de las técnicas
transgénicas para la investigación biomédica; y la de mantener una mente
abierta
JAVIER
SAMPEDRO
7
ENE 2017 - 11:41 CET
Muestra de
sangre que contiene varias formas del parásito de la malaria, 'Plasmodium falciparum' CDC/DR. MAE MELVIN
“Manipulación
genética” se ha consagrado como un término feo. Nos remite a la isla del doctor
Moreau, al Big Brother de Orwell, al mundo feliz de Huxley, a un futuro
deshumanizado en que la optimización y la fábula de la normalidad nos
arrebatarán el genio, nos privarán de la privacidad y nos pondrán a la altura
del betún identitario. Nos remiten, al final, al mito de Frankenstein que
inventó Mary Shelley en 1818 y todavía no se nos ha pasado: el del científico
con más ambición que talento, más pretensión que curiosidad, más codicia que
ingenio, el moderno Prometeo que crea un monstruo y se lo deja escapar de las
manos para sembrar el terror y la penalidad. Créanme, todo eso no son más que
tonterías.
La manipulación genética, en
realidad, es una herramienta esencial de unas investigaciones biomédicas que
prometen salvar millones de vidas, y puedes leer en Materia un excelente ejemplo. Los científicos
han manipulado los genes del protozoo parásito que
causa la malaria (Plasmodium falciparum) para crear la vacuna antimalaria más excitante de nuestros días.
Los virólogos utilizan la manipulación genética desde hace tiempo para generar
vacunas más eficaces contra los virus existentes y emergentes. Hay quien
aconseja utilizar “modificación genética” en vez de “manipulación genética”
para reducir el impacto político y social de estas tecnologías, en lo que
constituye un buen intento de “manipulación” informativa. Lo contrario de la
oscuridad no es la propaganda. Es la luz.
Las revistas
científicas más influyentes no han destacado este año a las creadoras de la técnica CRISPR de edición genómica –eso ya lo hicieron
el año anterior—, sino a los científicos que se han destacado por llamar la
atención sobre sus riesgos. El área que más les preocupa
es la (bien) llamada “reacción en
cadena”, que permite propagar un gen, natural o artificial, por toda una
población en solo unas pocas generaciones. El experimento se hizo en
insectos, y la verdad es que basta mezclarlo con un poco de imaginación para
sentir escalofríos.
Pero incluso
este monstruo que preocupa a los propios científicos que lo crearon, como en la
obra de Mary Shelley, puede resultar de utilidad en la lucha contra la malaria.
Puede propagar por la población de mosquitos de las zonas africanas afectadas
un gen o unos cuantos que les compliquen mucho la vida, o que les hagan
rechazar al plasmodio infeccioso. El mejor consejo siempre es mantener una
mente despejada de prejuicios y abierta al nuevo conocimiento.
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