China
y EEUU se amenazan con la guerra nuclear por el control sobre las Islas Spratly
por donde transita aprox 50 % del comercio
mundial (en mi opinión Rex Tillerson se hace el rudo para que lo ratifiquen
como secretario de estado y lo de su cercanía a Rusia pase a 2do plano, habrá que esperar el 21 o el próximo mes para
ver qué hay de cierto en lo que se está diciendo en todo)
China
advierte a Trump del peligro de “confrontación devastadora”
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/13/actualidad/1484311405_912644.html
Los medios
estatales chinos reaccionan a los anuncios de la nueva Administración sobre las
disputas marítimas
MACARENA
VIDAL LIY
Pekín
13 ENE 2017 - 19:40 CET
EEUU va por mal camino con China.
Es el
mensaje que Pekín ha enviado este viernes al futuro
gobierno del presidente electo Donald Trump, a través de sus medios
oficiales.
Después de
que el candidato a secretario de Estado Rex Tillerson
amenazara en su audiencia de confirmación con bloquear el acceso de China a las
islas artificiales que este país construye en aguas en disputa en el mar
de su sur, la prensa estatal advierte que esa posibilidad desataría una “confrontación”.
El portaaviones chino 'Liaoning' en
el mar del sur de China, a finales de diciembre. CHINA STRINGER NETWORK REUTERS
“La animosidad de
Tillerson contra China pinta mal si se materializa”, advierte el periódico China Daily .
“No merece la pena
tomar seriamente esos comentarios porque son una mezcolanza de ingenuidad,
miopía, prejuicios sobados y fantasías políticas irreales. Sería un desastre si
decide aplicarlos en el mundo real”.
El diario
acusa al aspirante a jefe de la diplomacia estadounidense
de poca profesionalidad y de ignorancia de los principios más básicos de la
relación bilateral entre las dos principales potencias del mundo. Si
verdaderamente se propone impedir el acceso a las islas artificiales, “abriría el camino
a una confrontación devastadora entre China y EE. UU.”.
Más
beligerante aún es el diario “Global Times”, que generalmente tiende a
posiciones muy nacionalistas en política exterior. Este periódico habla directamente de la posibilidad de una “guerra”.
“Si el equipo
diplomático de Trump forja las futuras relaciones chino-estadounidenses como
está haciendo ahora, más vale que ambas partes se preparen para un
enfrentamiento militar”, sostiene.
En su
declaración ante los senadores, Tillerson había comparado la construcción de
los siete islotes artificiales chinos en aguas en disputa en el mar del sur de
China con “la
toma de Crimea por parte de Rusia” en perjuicio de Ucrania.
“Vamos a tener que
mandar a China una señal clara de que, primero, se ha acabado la construcción
de islas y, segundo, tampoco tu acceso a esas islas tampoco se va a permitir”.
Los
explosivos comentarios del ex ejecutivo petrolero marcan una aparente ruptura con la política previa de
EE. UU. Hasta ahora, Washington aseguraba que defendía la libertad de
navegación -la Administración Obama aprobó varias patrullas en aguas cercanas a
los islotes- , pero no se pronunciaba sobre las disputas territoriales que
implican a seis países de la zona.
Durante la
campaña electoral, Trump nunca llegó a mencionar la
posibilidad de un bloqueo. Pero en los tuits que se han convertido en
parte de su imagen de marca, el presidente electo -que ha planteado la
posibilidad de un acercamiento a Taiwán, ha acusado a
Pekín de manipular su divisa y ha amenazado a China
con imponerle aranceles del 45%- sí ha criticado la actividad de
construcción china en las islas.
Inicialmente
la respuesta oficial del Gobierno chino fue diplomática
y se limitó a expresar por boca del portavoz del Ministerio de
Exteriores, Lu Kang, la necesidad de que los dos países mantengan su
cooperación, con la aparente esperanza de que la próxima administración muestre
otro parecer tras la investidura.
“El público
estadounidense no tiene ningún apetito por ver a sus compatriotas morir en una
guerra en el mar del sur de China”, apunta el analista Victor Gao, director de la Asociación
Nacional China de Relaciones Internacionales.
Pero no cabe
duda de que China se mostrará mucho más firme si la administración entrante
mantiene sus posiciones más allá de la toma de posesión el 20 de enero. Para Pekín, la soberanía y el territorio son intereses clave
que justifican su defensa por la fuerza.
El
presidente Xi Jinping tampoco querrá dar ninguna apariencia de debilidad.
2017 es un
año clave para la política china: el próximo otoño se renovarán los principales
organismos de poder en la gran reunión quinquenal del Partido Comunista, donde
los diferentes grupos de poder aspiran a sacar la mayor tajada posible del
pastel y todos están en guardia para aprovechar posibles fallos rivales.
Aunque para
ambas partes puede ser complicado hacer cumplir sus advertencias.
El bloqueo
de siete islotes, siete masas terrestres diferentes, a
miles de kilómetros de territorio propio es una tarea complicada. Especialmente toda vez que Filipinas, el
país más cercano a las islas y otrora el gran aliado de EE. UU. en la zona, ha
decidido bajo el mando de su presidente Rodrigo Duterte acercarse a la
órbita china.
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