Un
dólar caro provocará muchas dificultades entre los exportadores norteamericanos
y al revés los exportadores europeos se benefician de la situación (1 dólar valía 1.06 euros) y la tendencia es a
que el dólar valga más que el euro ya que la Fed elevará la tasa de interés este
año y 2 veces el próximo según la mayoría de economistas, en caso fuera verdad
el prometido estimulo fiscal del Sr Trump.
El
dólar fuerte realínea ganadores y perdedores en el comercio global
http://lat.wsj.com/articles/SB10764119352683704576404582483391296068460?tesla=y
Por
Theo Francis y
Eric Sylvers
miércoles,
7 de diciembre de 2016
18:57 EDT
El dólar no
deja de subir y eso está llevando a las empresas estadounidenses y europeas a
reconfigurar sus estrategias.
Los
exportadores estadounidenses se preparan para tiempos difíciles. Sus productos
se han encarecido bruscamente en muchos mercados y las ganancias que obtienen en el exterior
disminuyen cuando son convertidas en dólares.
En el caso
de los exportadores europeos, en cambio, el alza del
dólar genera oportunidades. La divisa estadounidense se ha apreciado
4,3% desde la elección presidencial del 8 de noviembre y alcanzó recientemente
su mayor nivel de los últimos 14 años.
Los
movimientos en los mercados de divisas suelen ser veleidosos, por lo que tratar
de contrarrestarlos presenta riesgos. En esta ocasión, no obstante, los
fundamentos parecen inclinarse decididamente en favor del continuo
fortalecimiento de la moneda estadounidense.
“Nos dirigimos hacia la
paridad, la pregunta es cuándo llegará”, dice en referencia a la relación dólar-euro Bob Kunze-Concewitz, presidente ejecutivo del fabricante
de bebidas italiano Davide Campari-Milano SpA.
El euro se
transaba recientemente en US$1,0718. La libra
esterlina, mientras tanto, ha caído pronunciadamente frente al dólar
tras la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, un proceso
conocido como brexit.
En general, un alza de 10% en el valor del dólar eleva en 3% la
ganancia operativa de Campari. En una entrevista, Kunze-Concewitz reconoció que
la empresa está en busca de adquisiciones que podrían aumentar esa exposición.
ENLARGE
Campari
adquirió hace algunos meses Grand Marnier, un fabricante francés de licor de
naranja que genera más de la mitad de sus ventas en el mercado estadounidense.
La
mayoría de los economistas prevé que la Reserva Federal de Estados Unidos suba
las tasas de interés de corto plazo a mediados de diciembre y sume dos nuevas
alzas el próximo año.
La Fed
podría acelerar el alza de los intereses si las promesas de estímulo fiscal del presidente electo, Donald Trump,
desatan presiones inflacionarias. Los aumentos de tasas tienden a apuntalar el
valor de una moneda al aumentar el atractivo de invertir en activos denominados
en ella.
Otra razón
que favorece al dólar es que el futuro gobierno republicano contempla incentivos tributarios destinados a estimular la repatriación
de ganancias por parte de las empresas estadounidenses.
Si las compañías reinvierten una parte importante
de esos dólares, la economía de EE.UU. podría recibir una inyección de
adrenalina, lo que aumentaría la presión para elevar las tasas de interés.
Eso, sin
embargo, se está volviendo un gran dolor de cabeza para las empresas
estadounidenses con una alta exposición internacional. Cerca
de 60% de las ventas de las empresas de tecnología que forman parte del índice
S&P 500 proviene del exterior, según la firma de datos FactSet. En
el caso de las compañías de materiales básicos, la cifra asciende a cerca de la
mitad y en el de las energéticas e industriales a más de un tercio.
Para algunas
empresas, la exposición es mucho más alta. Molson Coors
Brewing Co., Qualcomm Inc., Texas Instruments Inc., Priceline Group Inc., Intel
Corp. y Yum Brands Inc. indicaron que tres cuartas partes de su
facturación o más provienen de fuera de EE.UU., según FactSet.
De todos
modos, la exposición internacional de las compañías estadounidenses es
matizada. Las petroleras, los fabricantes de aviones y los fabricantes de
maquinaria pesada, por ejemplo, habitualmente venden sus productos en dólares
en el resto del mundo.
No obstante,
numerosas empresas estadounidenses han recibido golpes significativos y evalúan
formas de mitigar el daño. El fabricante de productos de consumo masivo Procter & Gamble Co. informó que las fluctuaciones
cambiarias redujeron en siete puntos porcentuales una medida de sus ganancias
ajustadas del trimestre terminado el 30 de septiembre. Cisco
Systems Inc. advirtió en noviembre que los movimientos de divisas habían
llevado a algunos clientes fuera de EE.UU. a detener sus gastos de capital
hasta obtener una mayor claridad sobre el tipo de cambio.
Los
ejecutivos de Procter & Gamble advirtieron el mes pasado que no hay una
solución fácil para contrarrestar la persistente alza del dólar y que
estrategias como la reducción de costos y cambios de precios de productos y de
líneas de artículos demoran tiempo.
“No son
aspectos que probablemente podamos atacar en el trimestre”, dice Jon Moeller,
director financiero de P&G. “No contemplamos reducir inversiones como una
manera de abordar estos acontecimientos, de modo que tendremos que ver cómo
evoluciona la situación” durante el año.
Hewlett-Packard
Enterprise Co. indicó
que la caída del euro de US$1,10 a US$1,06 en noviembre
mermó sus resultados, aunque la empresa tiene coberturas y ha redoblado sus
esfuerzos para mantener a raya los costos.
“Tomando en
cuenta nuestra presencia global, hay algo de presión sobre las operaciones”,
reconoció el director financiero, Tim Stonesifer, ante un grupo de
inversionistas el mes pasado. “Seguimos muy de cerca las monedas. Al mismo
tiempo, también estamos implementando acciones operativas para ayudar a mitigar
cualquier presión”.
La
fortaleza del dólar ha afectado con particular dureza al euro. El Banco Central Europeo aún está
muy lejos de considerar un aumento de tasas. De hecho, se espera que en los
próximos días haga lo opuesto y extienda el programa de compra de bonos
orientado a mantener bajas las tasas.
Esto ha sido
una gran noticia para los exportadores de la región a EE.UU., como la
automotriz Fiat Chrysler Automobiles NV, que
genera dos tercios de sus ventas en ese país, pero mantiene su contabilidad en
euros.
“Esperemos
que dure la mayor cantidad de tiempo posible”, dijo recientemente su presidente
ejecutivo, Sergio Marchionne.
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