Matteo
Renzi dimite tras su derrota en el referéndum para la reforma constitucional. Había pedido una reforma de la constitución
para aceitar el engranaje estatal al servicio de Bruselas pero el
euroescepticismo le dio un contundente “No”
con 60 % de los votos. El euro se cotiza en US$ 1.055
Matteo
Renzi dimite tras su derrota en el referéndum para la reforma constitucional.
El 'no' se
impone con casi el 60% de los votos, según los sondeos y el escrutinio
provisional
Pablo Ordaz
PABLO
ORDAZ
Corresponsal
en Italia y el Vaticano
Roma
5 DIC 2016 - 05:23 CET
Matteo Renzi
jugó fuerte, perdió de forma clamorosa y ni esperó al final del recuento para,
como había prometido, presentar su dimisión si su proyecto de reforma
constitucional no superaba la prueba del referéndum. “Asumo toda la responsabilidad de la derrota”,
dijo el todavía primer ministro tras felicitar a los partidarios del no, “y
cuando uno pierde no se va a dormir silbando como si nada. Aquí termina mi
experiencia de Gobierno”. Los italianos acudieron en masa a las urnas a
expresar su rechazo al plan de Renzi. El presidente de la República decidirá
ahora quién toma las riendas del Ejecutivo.
Mateo Renzi,
tras anunciar su dimisión. ANDREAS SOLARO / AFP / REUTERS LIVE
Matteo Renzi
dimite tras su derrota en el referéndum para la reforma constitucional El euro
se desploma tras la dimisión de Renzi por la victoria del ‘no’ en el referéndum
Este lunes,
tras reunirse con sus ministros, Matteo Renzi subirá al palacio del Quirinal
para presentar su dimisión al presidente de la
República, Sergio Mattarella. Una renuncia que, nada más cerrarse las
urnas y conocerse la rotundidad de la derrota a través de los primeros sondeos
a pie de urna, ya le habían solicitado los representantes de la oposición.
El primero
fue Matteo Salvini, el líder de la Liga Norte,
quien aprovechó la coyuntura para proferir vivas a Donald Trump, a Vladímir Putin y a Marine Le Pen.
Más tarde fue Renato Brunetta, uno de los hombres de confianza
de Silvio Berlusconi, quién advirtió: “Si los
sondeos a pie de urna se confirman, Renzi tiene que dimitir. Cuándo y cómo lo
tiene que decidir él, pero se tiene que ir”.
El último
fue Beppe Grillo, el líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), quien pidió la
convocatoria de elecciones.
La oposición
y los críticos del Partido Democrático (PD) del todavía
primer ministro pugnarán a partir de ahora por repartirse la túnica de Renzi,
quien hace solo unos meses parecía invencible, la única figura de peso en la
política italiana, y que ha caído por un error de cálculo solo atribuible a su
exceso de confianza. Su proyecto de dar más poder al
Gobierno —a través de una reforma
de la ley electoral que penalizaba a los partidos pequeños y arrebatando al
Senado su poder de bloqueo— fue entendido por la
oposición y buena parte de la ciudadanía como un intento de perpetuarse en el
poder. Un poder al que accedió sin pasar por las urnas —tras arrebatarle
el Gobierno a su compañero de filas Enrico Letta—,
pero que sí perderá democráticamente.
Matteo Salvini ✔
@matteosalvinimi
Viva Trump,
viva Putin, viva la Le Pen e viva la Lega!
https://www.facebook.com/salviniofficial/videos/10154235160448155/ …
16:15 - 4
dic 2016
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En apenas un
mes, Renzi ha pasado de ser el último presidente extranjero agasajado por
Barack Obama en la Casa Blanca a ser el responsable de una maniobra que ha
dividido a Italia y que la lanza a un futuro incierto.
Sobre todo
porque, más allá de las reformas concretas y de una única pregunta enrevesada
para modificar 47 artículos de la Constitución, lo que subyacía era un voto de
confianza hacia Renzi.
El
joven exalcalde de Florencia había convertido la consulta en un plebiscito
sobre su liderazgo. Y le salió mal. A la una de la
madrugada, y con cerca de la mitad de los votos escrutados, el no se adjudicaba
el 59,6% y el sí solo un 40,4%. La participación
fue masiva, con el 68,2% de los electores. Sólo dos regiones dieron su apoyo a
la reforma del primer ministro: en su Toscana natal y en Trentino. En el resto
del país, el rechazo se impuso inexorablemente.
Caída
del euro
Los partidos
italianos de la oposición, siempre a la gresca, supieron en esta ocasión unirse
en un frente común —“un revoltijo” en palabras de Renzi— y arrebatar el
discurso del primer ministro, acusándolo de sustentar su reforma en el apoyo y
los intereses de banqueros y grandes empresarios. La estrategia dio resultados,
y el no al referéndum se convirtió en un voto antisistema, de rechazo a los
poderes fuertes o a la casta.
La derrota
de Renzi arroja nuevas dudas sobre el proyecto europeo y así lo reflejaba la
divisa común que caía más de un 1% en su cambio con el dólar tras conocer la
derrota de Renzi, hasta cotizar a 1,055 unidades por
billete verde.
Renzi quiso
atribuirse la entera responsabilidad de la derrota. “La experiencia de mi
Gobierno termina aquí” anunció, “yo quería reducir el número de los escaños y
el sillón que ha saltado es el mío. El resultado es claro. La victoria del no ha sido extraordinaria. He perdido,
y aunque en la política italiana no pierde nunca nadie, quiero repetirlo en voz
alta. Yo he perdido. Soy distinto y lo digo con un nudo en la garganta. Creo en
la democracia. Y cuando uno pierde no se va a dormir silbando como si nada.
Aquí se acaba mi Gobierno. Me voy sin remordimientos”. Deja la incógnita de si
se va para siempre o para preparar el regreso.
Para
resaltar la necesidad de su reforma, que ya aprobó el Senado en octubre de 2015
y la Cámara de Diputados en abril, Renzi solía recordar que su Gobierno era el
número 63 en 70 años de democracia. Italia tendrá que buscar ahora a su jefe de
Gobierno número 64 en solo siete décadas.
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