Estado Islámico amenaza Europa: Berlín
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POR SALVADOR
BURGUET, CEO DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA AICS /
LAINFORMACION.COM
LAINFORMACION.COM| 21/12/2016 - 09:12
Si alguien se pregunta por qué se ha tardado en dar
el comunicado, la razón es muy simple, porque había un detenido.
Estas
Navidades pueden ser difíciles pero todos tenemos que ayudar, por lo menos para
que “ellos no sean más listos que nosotros”.
El Estado Islámico reivindica el atentado de Berlín
donde han muerto 12 personas
Ayer escribía un somero análisis de los
acontecimientos en Berlín, en el cual no daba por sentado, porque no se podía
hacer, ni porcentualmente ni de otra manera, que era un atentado terrorista.
Hoy, desgraciadamente, y aunque todos lo pensábamos, sí. Durante poco más de
veinticuatro horas, la organización terrorista Estado Islámico ha tenido a toda
Europa en vilo a la espera del comunicado que ha sido publicado esta misma
tarde-noche. Pero, no nos quedemos con el comunicado, vayamos más allá y
veamos, por encima, qué rodea a este ataque y por qué los secuaces de
al-Baghdadi han tardado tanto.
Desde que se cometió el ataque con el camión contra
el mercado navideño, se han sucedido una serie de acontecimientos que, en poco
o en mucho, han dejado entrever graves problemas de seguridad en Alemania, y
por extensión en Europa; han provocado que las autoridades alemanas queden en
una posición muy incómoda ante las declaraciones de algunos responsables de la
seguridad; y han permitido, con todos estos despropósitos, que Estado Islámico
salga más triunfal que nunca.
Paso a paso, los hechos son como siguen.
Se detiene a un individuo de origen pakistaní como
sospechoso de ser el conductor del fatídico camión. Tras muchas horas de
interrogatorio, durante el cual el arrestado siempre ha mantenido su no
relación con los hechos, acaba por ser puesto en libertad. No era el conductor.
Mientras estas investigaciones tenían lugar, las declaraciones de diversos
responsables de la seguridad se sucedían, y ante la falta de comunicado de
Estado Islámico la respuesta es que “estas declaraciones suelen tardar”. Vamos
a ver, seamos serios, intentémoslo una vez más. Eso no es correcto. Cuando
Estado Islámico quiere atribuirse un ataque lo hace casi dentro de las doce
horas posteriores a los hechos. Me viene a la memoria Bruselas, Niza y tantos
otros. Que diga esto alguien que no entiende del asunto vale, pero todo un Jefe
de Policía no es de recibo.
Alrededor de las siete de la tarde, el detenido es
puesto en libertad. Recuerdo que poco después estaba hablando por teléfono con
mi amigo Fernando Hernández, redactor de este periódico, y le dije “Fernando,
si hay comunicado va a salir ahora”. Media hora después desde la Sala de
Operaciones de AICS se informaba del mensaje de A´maq. No, no tengo una bola de
cristal, solo analizo los acontecimientos, conozco la forma de operar de Estado
Islámico (como muchos otros) y busco respuestas.
Y estas son las respuestas.
Si alguien se pregunta por
qué se ha tardado en dar el comunicado, la razón es muy simple, porque había un
detenido.
Se debe partir de una premisa fundamental, a pesar
de lo que algunos “expertos de plató” digan: Estado Islámico ni ordena, ni
supervisa, ni decide el cuándo, el cómo y el dónde de este tipo de atentados.
De la misma manera, Estado Islámico no sabe quién es el que lleva a cabo el
atentado, por no saber, desconoce hasta su nombre o nacionalidad. Esto es así,
se ha demostrado desde los mismísimos atentados de Bruselas (cuando algunos
dijeron que fue Estado Islámico y, que yo recuerde, fui uno de los pocos que
dijo que no), pasando por otros en Bélgica, Francia o Alemania, Suiza o
Austria.
Con este concepto puesto sobre la mesa, y usado
como base para el razonamiento lógico, la
organización terrorista no puede arriesgarse a lanzar un comunicado con los términos habituales de
“soldado del Califato” sobre alguien que puede ser o no el responsable de los
hechos. Ellos son, por ahora, más listos que nosotros.
Este es, y no otro, el motivo fundamental y único del por qué del retraso. Debo
decir que, no solo Occidente estaba esperando este mensaje, sino que
los miles de seguidores de la organización terrorista también. De hecho, en la tarde de ayer, concretamente desde las ocho de la
noche hasta cerca de las cinco de la madrugada, no hubo ninguna comunicación en
los canales habituales de simpatizantes, afiliados y oficiales del entorno de
Estado Islámico. Incluso yendo más allá, en AICS detectamos que se habían
emitido mensaje protestando por el retraso en la emisión del comunicado,
mensajes, por cierto, lanzados por los propios seguidores de la organización
terrorista.
Pero nada inmutó a las mentes frías, macabras y
sanguinarias de Estado Islámico. Eran conscientes que mientras el individuo
detenido estuviese en dependencias policiales, y no hubiese ningún comunicado
oficial de las autoridades alemanas sobre su responsabilidad en los hechos, no
podía, como se dice castizamente, “mover ficha”.
Quizá sea volver a las andadas en mis comentarios,
quizá sea convertirme en un pesado que siempre dice lo mismo, pero Estado
Islámico vive en un mucho de la propaganda, de vender su imagen. En esto, llega
a extremos que ni las estrellas de Hollywood, los futbolistas de élite o los
mismos políticos, llegan. Nadie puede decir, desde que vivimos bajo
el terror de esta organización terrorista, que ha mentido en sus comunicados o
que se ha equivocado en asumir o atribuirse algo que luego ha resultado falso. Quizá deberíamos aprender de eso, seguramente nos iría mejor.
¿Y ahora qué?
Pues ahora, aprender de los errores. Cuando ayer
por la tarde un alto responsable de la policía berlinesa decía “proteger el
mercadillo es imposible”, alguien debería haberle recordado que un
camión de dieciocho metros de largo y cuarenta toneladas de peso entró con la
misma facilidad con la que yo me tomo un café en
el Coffyright de mi amigo José. Alguien debería recordarle que nadie
le paró, tan solo un árbol de Navidad y que, para colmo, el
conductor bajó de la cabina y se marchó. Ya
no se trata solo de que alguien pueda planear algo así, en esto sí es cierto
que no se puede hacer mucho. Ni que se pueda
robar un camión de ese tamaño y que no se active algún protocolo de seguridad, básicamente porque es sospechoso en los tiempos que corren.
Ni que el vehículo en cuestión pueda circular
libremente por las calles de Berlín, sin
que llame la atención de alguna patrulla de la policía. No, el hecho grave y
penoso es que se intente justificar estos errores.
Todo esto me recuerda Niza, y no hablo del ataque
en sí mismo (lo que se conoce técnicamente como modus operandi) sino en lo que
rodea a ese ataque. Si en aquella ocasión se pudo demostrar que las
comunicaciones de los policías no funcionaban correctamente, que nadie registró
el vehículo para saber si llevaba la carga declarada, o que nadie acertó a
detenerlo cuando comenzó a embestir a las personas en aquel paseo marítimo; en
ésta las cosas no van por derroteros muy diferentes.
Hoy me decía mi Director de Operaciones que en
América Latina tenemos fama los europeos de ser prepotentes, de creernos lo más
listos del mundo. Me ha hecho pensar y, con cierta consternación he de decirle
que tiene razón. No hacemos caso a las amenazas, ni a los
mensajes velados, no estudiamos al enemigo
(porque Estado Islámico es eso, un enemigo de las libertades de todo ser
humano), no intentamos ver más allá de la foto, el poster,
el vídeo o la revista que cada día aparecen en las redes sociales.
Lo que es cierto es que ahora podemos esperar una
agresiva campaña de propaganda por parte de esos sádicos que bajo las tapas del
Corán, de su Corán particular que no es el de millones y millones de seguidores
de la religión de Alá, tan respetuosos con nosotros como lo somos con ellos,
justifican este tipo de actos. Y por si fuera poco, a pesar de lo que algunos
afirman, no sé en base a qué, Europa no está haciendo una contra-narrativa,
principalmente porque Europa no mantiene ni una política común frente al
terrorismo islamista, más allá de lo políticamente correcto.
Por último, seguro que ahora muchos lectores se
preguntarán… ¿y
España?
No vamos a engañarnos y este tipo de atentados
puede ocurrir en cualquier sitio. Localizar
a un individuo que de forma unilateral quiere llevar a cabo una acción suicida
es casi imposible. No creo, y lo digo desde el
convencimiento, que España esté en peligro, al menos de un atentado inminente;
seguramente porque confío en los que día a día se juegan la vida por
protegernos. Sin embargo, sí que pienso que se deben incrementar ciertas
medidas disuasorias como la presencia policial en las calles de manera
creciente. Por sistema, por su falta de preparación y por la falta de
profesionalidad, ninguno de los que han llevado a cabo atentados de este tipo
se ha enfrentado a las fuerzas de seguridad antes de cometer el mismo. La
disuasión se impone pues como medida razonablemente efectiva, y en este caso se
consigue mediante la presencia policial. Yo se lo comentaba esta mañana a un
responsable de la lucha contra el terrorismo islamista, con quien me reúno casi
semanalmente por razones obvias. Es difícil atraparlo antes, pero no es tanto
reducir su efectividad.
Como dije ayer, estas Navidades pueden ser
difíciles pero todos tenemos que ayudar, por lo menos para que “ellos no sean
más listos que nosotros”.
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