Analizan
que no hay que preocuparse tanto por la
fuga de capitales desde los países emergentes, ante lo que pueda hacer el presidente
electo Donald Trump.
Las salidas de los mercados emergentes
aumentan el espectro del ‘taper tantrum’
http://lat.wsj.com/articles/SB12443067928042044143704582476851672550704?tesla=y
Un niño
indonesio mira desde su barrio los edificios de Jakarta. PHOTO: DITA
ALANGKARA/ASSOCIATED PRESS
Por RACHEL ROSENTHAL
domingo,
4 de diciembre de 2016
12:27 EDT
HONG
KONG — Los
inversionistas vendieron en noviembre acciones, bonos y monedas mercados
emergentes, con tal fuerza que algunos se preguntan si la victoria electoral de
Donald Trump en Estados Unidos está llevando a una repetición del llamado
“taper tantrum”, el episodio que se desencadenó luego de que en mayo de 2013 la
Reserva Federal anunció una posible reducción anticipada de su compra de bonos,
provocando marcadas caídas en las tasas de cambio y en los precios de los bonos
y acciones de las economías de mercado emergentes.
El mes pasado, los extranjeros sacaron US$24.200 millones de los
mercados emergentes: US$8.100 millones de acciones y US$16.100 millones
de deuda, según el Instituto de Finanzas Internacionales. Eso marca el mayor
flujo de salida desde junio de 2013, cuando el temor a que los bancos centrales
cerraran el grifo del dinero barato postcrisis se extendió a través de los
mercados globales.
Las fuertes
salidas se han producido dado que los inversionistas apostaron a que el
gobierno de Trump probablemente aplique una mezcla de gasto en infraestructura
y recortes de impuestos.
Junto con la
suba de los precios del petróleo, esa política llevaría a un aumento de la
inflación, lo que a su vez induciría a la Fed a aumentar las tasas de interés
más rápido de lo esperado. Esos inversionistas han estado transfiriendo el
dinero a activos de países desarrollados, como acciones y bonos del Tesoro de
EE.UU., cuyos rendimientos han aumentado agudamente en las semanas desde la
elección.
La
masiva salida de los mercados emergentes ha provocado que las monedas de
Turquía a México se desplomen frente al dólar en noviembre, mientras que las
bolsas de Filipinas y Brasil han caído más del 4%.
El
rendimiento de los bonos gubernamentales a 10 años en
Indonesia ha aumentado a 8,144% del 7,259% de finales de octubre; un
bono similar de Malasia pasó del 3,609% al 4,424%.
Los rendimientos de los bonos aumentan a medida que los precios bajan. El ETF
de iShares J.P. Morgan US Emerging Markets Bond, uno de los mayores fondos
bursátiles de bonos de mercados emergentes del mundo, registró su peor
desempeño mensual en noviembre desde junio de 2013, con salidas de US$1.000
millones, el peor flujo mensual registrado.
Algunos
temen que el daño pueda ser duradero.
“Durante
el ‘taper tantrum’, los flujos de capital regresaron a Asia después de un par
de meses”, dijo Irene Cheung, estratega sénior de ANZ Bank en Singapur.
“Trump va a estar
aquí por cuatro años...esto es potencialmente más grave que el ‘taper tantrum’”.
Pero aunque
los movimientos del mercado son dramáticos, la comparación de la corrida post
electoral con el episodio de 2013 están “completamente fuera de lugar”, dijo
Mark Baker, un gestor de cartera de mercados emergentes de Standard Life
Investments en Hong Kong.
Baker
y otros optimistas ofrecen algunas razones.
En primer
lugar, argumentan, la sorpresiva victoria de Trump aceleró un movimiento de
fondos de los mercados emergentes hacia los desarrollados que ya estaba en
marcha antes de las elecciones, ya que los inversionistas están cada vez más
seguros de que la Fed elevará las tasas de interés en diciembre.
Trump
es un “amplificador” de las tendencias del mercado y no alguien que cambia el juego,
dijo Markus Schomer, economista jefe de PineBridge Investments.
Por el
contrario, los comentarios de Ben Bernanke, el
entonces presidente de la Fed, sugiriendo que el banco central retrocedería de
sus compras de bonos del Tesoro de EE.UU., tomó a los
inversionistas por sorpresa en 2013.
“Los mercados han
tenido dos años completos para pensar en un alza de las tasas en los Estados
Unidos”, dijo
Charles Chang, jefe de estrategia crediticia de Asia y especialista del sector
en BNP Paribas en Hong Kong.
Otra razón
por la que la última corrida puede no ser tan grave como el “taper tantrum” es que el dinero no
ha fluido a los mercados emergentes este año a un ritmo parecido al que
había antes de mediados de 2013.
En los 18
meses previos a la crisis de ese año, según datos de Standard Life Investments,
los fondos de bonos de mercados emergentes recibieron
unos US$150.000 millones, lo que hizo caer los rendimientos de los
bonos. Cuando la presión creció, no fue difícil para los inversionistas
desprenderse de activos cuyos retornos no eran tan impresionantes por el riesgo
que implicaban, dijo Baker.
En los 18 meses previos a las elecciones en EE.UU., por el
contrario, sólo US$28.000 millones fluyeron hacia los fondos de bonos de
mercados emergentes, con rendimientos que todavía son relativamente atractivos
en algunos mercados. Eso significa que la decisión de vender es “menos clara”
ahora, dijo.
Además, los
analistas sostienen que algunos mercados emergentes podrían estar mejor
preparados para manejar la presión de las salidas de capital que en 2013,
gracias a que ahora cuentan con mayores reservas en divisas y mejores
posiciones externas.
Tómese por ejemplo India y Indonesia. Ambos países fueron
golpeados por salidas de capitales durante el ‘tantrum’. Desde entonces, los
déficits por cuenta corriente en ambos países se han reducido, haciéndolos
menos dependientes del capital extranjero.
“Creo que
algunos bancos centrales asiáticos han aprendido la lección”, dijo Chung de
ANZ. Los encargados de formular políticas reconocen que los flujos de capital
extranjero son no son estables.
Varios
mercados emergentes han estado llevando a cabo duras reformas que podrían
eventualmente reforzar sus finanzas. Indonesia introdujo un programa de
amnistía fiscal a principios de este año diseñado para repatriar dinero
guardado en el extranjero, e India retiró hace poco de
circulación los billetes de 500 y 1.000 rupias,
para combatir la corrupción y la falsificación.
Es cierto
que algunos países no parecen tan sólidos. En Malasia,
donde la propiedad extranjera de la deuda pública es alta, las reservas
de divisas extranjeras son inadecuadamente muy justas, dijo Julian Wee,
estratega sénior de mercados de National Australia Bank.
Otros
países con alta exposición a la propiedad extranjera de bonos del gobierno y débiles balances externos incluyen Sudáfrica, Turquía y México, según HSBC.
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