Por
qué los mercados son indiferentes a Italia. Es
normal que el gobierno caiga cada 13 meses, ha habido 65 gobiernos en 70 años.
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El primer
ministro italiano, Matteo Renzi. PHOTO: ZUMA PRESS
Por JON SINDREU
martes,
6 de diciembre de 2016
18:57 EDT
Entre los
inversionistas, el colapso del gobierno italiano de Matteo Renzi genera menos
sensación de temor y más de historia repetida.
Después de
todo, el joven primer ministro ha durado casi tres años
en el cargo en un país que ha tenido 65 gobiernos en 70 años. El líder
comparativamente veterano presentó su renuncia el lunes, lo que significa que
un gobierno provisional probablemente asumirá el poder antes de que se realicen
nuevas elecciones, que podrían tener lugar en 2017.
Aunque a los
inversionistas les preocupa la situación de los bancos italianos y una posible
embestida populista contra el euro, la noticia no parece haberles perturbado.
El índice de
acciones FTSE MIB de Italia subió 4,15% el martes
y acumula un alza de 3,8% desde el viernes. A su vez, los rendimientos de los
bonos soberanos italianos también subieron el lunes, pero desde entonces han
vuelto a bajar.
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La reacción,
o falta de reacción, de los mercados se explica principalmente por el hecho de
que los inversionistas esperaban ampliamente que los
italianos se pronunciaran a favor del “no” en el referendo, un resultado
que motivó la renuncia de Renzi. En otras palabras, los mercados financieros
habían incorporado en sus precios el resultado que según Renzi y otros iba a
ser nocivo para la moribunda economía italiana.
No obstante,
hay otro factor que contribuye a que los inversionistas se tomen las cosas con
calma: la caída
de un gobierno italiano es algo normal.
Desde el nacimiento
de la República Italiana en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial, el
gobierno promedio del país ha durado 1,1 años a
pesar de que los parlamentos son elegidos por cinco años. De acuerdo con esta medida, los 2,8 años ininterrumpidos de
Renzi en el poder parecen una eternidad.
Esto
significa que, a diferencia de la elección de Donald Trump en Estados Unidos y
del brexit británico, un voto negativo es en este caso más un voto a favor del
statu quo que del cambio, afirma Ian Butler, gestor de fondos de J.P. Morgan
Asset Management.
En realidad,
la reforma constitucional propuesta por Renzi aspiraba a cambiar este panorama
de inestabilidad, restándole poder a la cámara alta del parlamento para proveer
más estabilidad a los gobiernos. Desde 1946, los
gobiernos italianos han estado en promedio integrados por 3,3 partidos;
esta multiplicidad es lo que según algunos analistas genera el caos en Roma.
Los
inversionistas, sin embargo, no suelen preocuparse por la política. Esta vez,
incluso, pueden acoger con beneplácito un poco de inestabilidad.
La razón es
que el año pasado, en un intento por reducir el tamaño de las coaliciones,
Renzi promulgó una ley electoral que otorga escaños parlamentarios adicionales
a los que cada partido obtiene en las elecciones. Sin embargo, los mercados
financieros, que ya están acostumbrados a las turbulencias de las coaliciones
italianas, vieron en cambio un riesgo de que el Movimiento
5 Estrellas, un crítico de la Unión Europea, sacara ventaja y accediera
al gobierno.
Ahora se espera que la ley electoral
de Renzi sea anulada.
“Si eso hace
que sea más difícil para el Movimiento 5 Estrellas de los radicales populistas
llegar al poder, entonces es positivo”, señala Jeff Taylor, jefe de renta
variable europea en la gestora de inversión Invesco Perpetual.
Por
supuesto, muchos inversionistas todavía estarán decepcionados al ver el
descarrilamiento de las ambiciosas reformas económicas de Renzi. En general,
les preocupa que la agitación política pueda desbaratar los planes para ayudar
a sanear a los bancos italianos en aprietos.
En caso de
duda, sin embargo, los gestores de fondos prefieren lo malo conocido, aunque
cambie cada 13 meses.
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