La
automatización de las manufacturas en EEUU ha hecho que se pierdan el 20 % de los puestos
de trabajo de las industrias desde 2007
hasta la fecha y cada vez será peor (Esos
empleos no volverán ). La producción industrial ha vuelto a los niveles previos
a la recesión, pero el empleo manufacturero no. El Sr Trump tendrá que recurrir
a la guerra para distraer a sus enfurecidos votantes blancos.
La
automatización acecha al empleo en el sector industrial de EE.UU.
http://lat.wsj.com/articles/SB10491516270828374600104582505431407714286?tesla=y
Las empresas logran crecer y
prosperar con menos trabajadores que antes
La
producción manufacturera está regresando a los niveles previos a la recesión en
EE.UU., pero no se han recuperado 1,5 millones de empleos en el sector. PHOTO:
CHUCK BURTON/ASSOCIATED PRESS
Por
Andrew
Tangel y
Patrick
McGroarty
Actualizado
domingo, 18 de diciembre de 2016 17:52 EDT
Las fábricas ya estaban de vuelta en
actividad antes de
que la promesa de resucitar las manufacturas estadounidenses ayudara a
propulsar a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Los empleos, sin embargo, no regresan
en la misma medida,
una realidad que hará más difícil para
Trump, y para cualquier otro, aumentar el empleo en el corazón industrial
estadounidense como ha prometido.
La
tecnología y la automatización han brindado a las empresas manufactureras los
medios necesarios para funcionar, e incluso prosperar, con muchos menos
empleados que antes.
La
producción manufacturera se acerca a los niveles previos a la recesión. No obstante, cerca de 1,5 millones de empleos, alrededor de 20% de los puestos
que el sector perdió durante la recesión, no han regresado. Las firmas industriales empleaban unos 12,3 millones de
personas en noviembre, contra 13,7 millones de trabajadores de diciembre de
2007, cuando empezó oficialmente la recesión en EE.UU.
La producción de las fábricas no
registró variaciones en noviembre, pero el empleo manufacturero cayó frente al
mes anterior, según
cifras de la Reserva Federal y el Departamento del Trabajo. La producción industrial ha vuelto a los niveles previos a la
recesión, pero el empleo manufacturero no.
El número de empleos en la economía estadounidense creció 11% entre
junio de 2009, cuando terminó oficialmente la recesión, y noviembre pasado, cuando el Departamento de Trabajo
contabilizó 145 millones de empleos no agrícolas. Las nóminas de empresas
manufactureras, no obstante, sólo se expandieron 5% durante ese lapso.
Hay demanda
de trabajadores bien capacitados. La cantidad de puestos disponibles en las
manufacturas está en su máximo nivel de los últimos 15 años. Sin embargo, un
amplio grupo de ex obreros poco calificados no ha podido hallar empleo en un
sector cada vez más automatizado, independientemente de cuán rápido crezca la
economía.
“Tenemos dos economías,
y la otra no va a arrancar sin importar cuánta gasolina ponga en el tanque”, dijo Pippa Malmgren, fundadora de H Robotics, una empresa japonesa de
robótica, e integrante de la Iniciativa de Manufacturas de la Universidad de
Indiana.
William
Strauss, economista del Banco de la Reserva Federal de Chicago, prevé que la
participación de los trabajadores estadounidenses en las manufacturas seguirán
cayendo de su actual nivel de 8,5% conforme la productividad y la
eficiencia vuelven obsoleta la necesidad de grandes dotaciones de personal.
“Hemos observado estas
tendencias operando durante décadas y es improbable que veamos una razón que
las haga cambiar”, dijo Strauss.
Trump no
parece compartir esa opinión. Durante un acto en Des Moines, Iowa, hace unos
días, reiteró sus planes para reducir las regulaciones y sacudir las relaciones
comerciales con China que, asegura, producirán
crecimiento económico y nuevos empleos.
A fines de noviembre, Trump y el vicepresidente electo, Mike Pence,
convencieron a Carrier, una filial de United Technologies Corp., de
mantener en Indiana un tercio de los 2.100 empleos que planeaba trasladar a
México a cambio de incentivos por US$7 millones en 10
años. Unos días después, Trump criticó duramente en su cuenta de Twitter
a Rexnord Corp. que contempla desplazar muchos de sus 350 empleos a México.
No está
claro si una estrategia más confrontativa o un mayor crecimiento harán que los
fabricantes contraten más personal.
Muchas
empresas señalan que es más fácil hacer más con menos trabajadores. Greg Hayes, presidente de United
Technologies, dijo al canal de televisión CNBC este mes que una inversión en la
automatización de la planta de Carrier en Indianápolis significa que “en
última instancia, habrá menos empleos”.
En todo
caso, el ritmo de aumento de la inversión en el sector manufacturero ha sido
lento.
La Asociación de Tecnologías Manufactureras de EE.UU.
indicó que los pedidos de nuevas maquinarias para fábricas registraban a
octubre una caída de 8% frente a los primeros 10 meses
de 2015, aunque ese fue el tercer mes consecutivo de mejoras
interanuales.
Un repunte
en las inversiones en las fábricas, sin embargo, puede resultar contradictorio para
el empleo manufacturero.
Cuando Ron DeFeo asumió la dirección de Kennametal Inc. este
año, abortó los planes para trasladar las plantas del fabricante de máquinas de
Pittsburgh, Ohio, a México. La decisión salvó
miles de empleos en EE.UU. pero fue acompañada de una reestructuración
de US$200 millones y las fábricas
podrían tener que reemplazar cientos de empleos con máquinas.
“Podríamos tener que
despedir a muchas personas”, reconoce el ejecutivo. “Basta con dar un paseo por nuestras
instalaciones para divisar oportunidades de automatización en todas partes”.
DeFeo espera
que un aumento de la demanda le permita contratar más mano de obra. Las
vacantes en las plantas modernizadas exigirían mayores destrezas que las que
poseen algunos de los actuales trabajadores y los empleados poco calificados que dejen compañías como Kennametal
podrían tener problemas para volver a encontrar empleo.
Algunos de
las nuevos fabricantes no están contratando. Jeff Freeland Nelson inauguró en 2012 una planta en St. Paul, Minnesota, que fabrica bloques
de construcción para niños con material reciclado. Contrató a un puñado
de personas para administrar las máquinas que cortan las piezas de juguetes de
colores llamativos que llama YOXO. En 2015 las
ventas se quintuplicaron, pero aún emplea ocho trabajadores, incluido él. “Hay
que reinventar la fábrica si se quiere competir con los fabricantes de juguetes
en el exterior”, afirma.
Si las
iniciativas de Trump para apuntalar el sector industrial prosperan, hay espacio
para aumentar la producción. La utilización de
capacidad instalada rondaba 75% en noviembre, según la Reserva Federal,
comparado con un promedio de 79% en las últimas cuatro décadas. Eso quiere
decir que las empresas pueden contratar más trabajadores, siempre y cuando los
nuevos aumentos de eficiencia no los vuelvan innecesarios.
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