Las
fábricas de México sienten el impacto de las elecciones en EE.UU.
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El alquiler de espacios industriales
a lo largo de la frontera ha caído ante la posibilidad de que una victoria del
candidato republicano, Donald Trump, afecte la demanda
Parque
industrial OCPL, que hace poco se completó en Cuautitlán Izcalli, Estado de
México. PHOTO: ADAM WISEMAN PARA THE WALL STREET JOURNAL
Por
Robbie
Whelan y
Erica
E. Phillips
miércoles,
2 de noviembre de 2016
19:11 EDT
CIUDAD
DE MÉXICO—Faltan pocos
días para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, pero el impacto de
la campaña y su desmesurado enfoque en México ya se están sintiendo en el
sector de depósitos y fábricas de ciudades fronterizas como Juárez, Monterrey y
Saltillo.
El alquiler
de espacios industriales a lo largo de la frontera norte de México ha caído
marcadamente a medida que aumenta la incertidumbre sobre el resultado de las
elecciones, particularmente la posibilidad de que una victoria del candidato
republicano, Donald Trump, afecte la demanda.
El mercado
de bienes raíces industriales de México se disparó desde que el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) entró en
vigencia en 1994 y creó un mercado unificado entre Canadá, EE.UU. y México.
Esto facilitó que los fabricantes aprovecharan la mano de obra barata, los
bajos costos y las menores regulaciones al sur de la frontera. En la última
década, el mercado se ha casi triplicado a más de 66 millones de metros
cuadrados de espacio.
Sin embargo,
la elección de Trump, quien ha pedido que EE.UU. se retire del NAFTA, podría
enfriar el mercado a corto plazo, dicen expertos. Si el pacto de libre comercio
se desintegra, “del lado mexicano de la frontera muchas de las instalaciones
quedarán vacantes, las rentas por metro cuadrado caerán sustancialmente”, dijo
Tom Fullerton, profesor de Economía de la Universidad de Texas, en El Paso. “No
es difícil imaginar una tasa de desocupación de 30% a 40% en conjunto a ambos
lados de la frontera”
Los
principales dueños e inversionistas de propiedades industriales incluyen media
decena de fideicomisos de bienes raíces, conocidos en México como Fibras, y
decenas de desarrolladores familiares más pequeños y fondos de bienes raíces
limitados. Los grandes inversionistas internacionales, incluyendo los
estadounidenses REIT Prologis Inc. y PGIM Real Estate, el brazo de propiedades
de Prudential Financial Inc., también tienen una gran presencia en México.
Trump
ha argumentado que el NAFTA ha generado la pérdida de millones de empleos en
EE.UU., lo que a su vez ha privado a grandes partes del país de su base económica. El candidato
se ha pronunciado a favor de imponer multas a las
compañías estadounidenses que tercericen empleos y ha pedido aranceles altos sobre los bienes importados de
México. Además, ha asegurado que planea construir un muro a lo largo de
la frontera para evitar el ingreso de indocumentados.
Cabe aclarar
que no todo son malas noticias para los dueños de propiedades industriales en
México. Aquellos con bienes raíces más alejados de la frontera están notando
una fuerte demanda, gracias a la confianza a largo plazo por parte de las
automotrices y a una creciente clase de consumidores en el país.
De hecho, los centros de manufactura de autos en el centro de México:
Querétaro, Puebla y San Luis Potosí, así como los centros de
distribución de bienes de consumo alrededor de Ciudad de México están
prosperando. Los arrendatarios alquilaron 3,96 millones de metros cuadrados en
los 15 principales mercados del país durante los primeros tres trimestres de
2016, en comparación a los tres millones de metros cuadrados durante los
primeros nueve meses de 2015, según la empresa de bienes raíces comerciales
CBRE Group Inc.
Sin embargo,
hace unos meses, conforme Trump se acercaba a ser confirmado como candidato
republicano a la Casa Blanca, los inversionistas y arrendatarios en la frontera
comenzaron a quedarse al margen, pese a que la candidata demócrata Hillary
Clinton ha estado liderando las encuestas. Los alquileres
cayeron en Monterrey, Juárez y Saltillo durante los tres primeros
trimestres del año, en comparación con el mismo período de 2015, dijo CBRE.
Estos mercados de bienes raíces dependen de los fabricantes que venden miles de
millones de dólares en electrodomésticos, aparatos médicos, electrónicos y ropa
en EE.UU. Estas empresas, a su vez, son grandes beneficiarias del NAFTA.
“Las compañías que
invierten en la frontera están más afectadas por el libre comercio porque
exportan directamente a EE.UU.”, dijo David O’Donnell, presidente de O’Donnell México, un
gran arrendador y desarrollador industrial. El ejecutivo aseguró que al menos
tres potenciales arrendatarios han congelado acuerdos en mercados de la
frontera debido a la incertidumbre en torno a las elecciones. “Todo ha estado un
poco en pausa”, dijo O’Donnell. “Creo que después de la elección
regresarán”.
Una
desaceleración similar ha golpeado a Amistad Industrial Developers, un gran
arrendador industrial de Ciudad Acuña, en el estado de Coahuila, a orillas del
Río Grande en la frontera con Del Rio, Texas.
“Hemos visto
dos o tres empresas que han mencionado que pospondrán sus inversiones hasta
después del 8 de noviembre” en los sectores de suministros para automóviles y
la fabricación de aires acondicionados, dijo el copresidente de la junta de
Amistad, Marco Ramón.
Clinton
también ha criticado el NAFTA, pero no ha propuesto revisiones específicas al acuerdo que amenacen el
comercio. Una victoria de la candidata demócrata podría incluso desatar una ola
de acuerdos a corto plazo debido a la demanda reprimida.
Lo que no
está claro es el efecto a largo plazo que podría tener
una presidencia de Trump en el mercado de bienes raíces industriales.
Algunos creen que la facilidad para hacer negocios en México, la amplia y
barata fuerza laboral y la dificultad de desmontar el NAFTA, además del efecto
de los acuerdos comerciales de México con 45 países más, sirven de amortiguador
para el mercado de bienes raíces y la economía en general.
Además,
muchos fabricantes estadounidenses a lo largo de la frontera han tenido una
presencia en México desde finales de la década de los 60, cuando florecieron
los complejos manufactureros a través de la frontera, conocidos como
maquiladoras. Las empresas probablemente continuarán dependiendo de la mano de
obra barata de estos lugares independientemente quién sea elegido presidente en
EE.UU.
“Su
perspectiva es que esto ha estado por 30 o más años y no va a desaparecer”,
dijo Ramón. “Deben pagar estos salarios bajos para seguir siendo competitivos”.
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