El
efecto Trump: los inversionistas empiezan a salir de los mercados emergentes.
La recesión de Latinoamérica tiene para rato
http://lat.wsj.com/articles/SB11308055445469724380604582435122471664192?tesla=y
Puesto que ahora se pueden obtener
rendimientos más atractivos en los países desarrollados y se prevé que la Fed
eleve las tasas en forma más enérgica, hay menos razones para buscar
rentabilidad en los países en desarrollo
La Bolsa de
Filipinas el miércoles en Manila. PHOTO: ASSOCIATED PRESS
Por
Rachel
Rosenthal,
Mike
Bird y
Julie Wernau
domingo,
13 de noviembre de 2016
19:24 EDT
Los
inversionistas se están desprendiendo de activos en los mercados emergentes
conforme el triunfo de Donald Trump en la elección presidencial de Estados
Unidos trastorna una de las operaciones más rentables por mucho tiempo.
Una nueva
ola de ventas de activos se propagó el viernes desde
Asia hacia Europa, África y América Latina, con
caídas de 4% en Indonesia, 3,5% del índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires y
3,3% del Ibovespa de Brasil. El daño también se expandió a los mercados
de divisas, especialmente el peso mexicano.
Se esperaba que los inversionistas destinaran unos US$157.000
millones a los mercados emergentes para fin de 2016 en busca de
rentabilidad en medio del entorno de tasas de interés ultrabajas en los países
desarrollados, según las estimaciones del Instituto de Finanzas
Internacionales. La victoria de Trump, no obstante,
cambió ese cálculo. Su énfasis en gastos en infraestructura y recortes
de impuestos desató un alza de las acciones estadounidenses y de los
rendimientos de la deuda soberana.
Puesto que
ahora se pueden obtener rendimientos más atractivos en los países desarrollados
y se prevé que la Reserva Federal eleve las tasas en forma más enérgica, en
lugar del ritmo lento y paulatino que se anticipaba, los inversionistas tienen
razones más fuertes para no sacar sus fondos de EE.UU.
El
Instituto de Finanzas Internacionales estima que unos US$2.400 millones
salieron la semana pasada de los fondos que invierten en acciones y bonos de
los mercados emergentes.
La mayor parte de la salida de capitales se produjo después de las elecciones
en EE.UU.
“Tasas más altas en
EE.UU. elevarán, naturalmente, los criterios para los flujos de capitales hacia
los mercados emergentes”, dice Mirza Baig, jefe de estrategia cambiaria y de tasas de
interés de BNP Paribas en Singapur.
La inversión
extranjera puede ser una fuente crucial de capital para la infraestructura, la
construcción y el crédito bancario en el mundo en desarrollo.
Países como México, Colombia y Brasil recién empiezan a
recuperarse de políticas fiscales expansionistas que ampliaron los déficits,
aumentaron la inflación y redujeron el crecimiento.
Muchos
gobiernos de estos países sufren de bajas tasas de aprobación en momentos en
que realizan dolorosos recortes presupuestarios. Las salidas de capitales
podrían inclinar un equilibrio que ya es precario en la dirección equivocada,
dice Daniel Kerner, director de la práctica
latinoamericana de Eurasia Group. “La gente que retira el dinero golpeará a
muchos mercados emergentes, en especial en América Latina, en un momento muy
débil”, señala Kerner.
En Argentina, el gobierno de Mauricio Macri trata de
reparar las relaciones con los inversionistas extranjeros después de la
cesación de pagos de 2001. El país ha aprovechado los miles de millones de
dólares que han llegado para arreglar desde carreteras hasta la infraestructura
energética, que fueron descuidadas cuando Argentina era un paria de la
inversión foránea.
El capital
extranjero “tiende a reducir las tasas de interés de
mercado, lo que significa que los bancos pueden endeudarse y prestar y el
efecto neto es estimular la actividad y el crecimiento”, señala Neil
Shearing, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics.
El fondo que
cotiza en bolsa de bonos de mercados emergentes denominados en dólares de J.P. Morgan sufrió el jueves la mayor
salida de dinero de su historia, unos US$300 millones.
América
Latina ha sido duramente golpeada debido a sus estrechos vínculos con EE.UU. tanto en materia comercial como en
asuntos migratorios. Un bono del gobierno brasileño
que vence en 2026 alcanzó un rendimiento de 5,25%,
su mayor nivel desde junio. El real, en tanto, bajó
5,3% contra el dólar el jueves, su mayor descenso en cinco años. El peso mexicano, en tanto, acumula un declive de más de 12%
desde las elecciones del martes.
El
rendimiento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años se disparó la semana pasada
por encima de 2% por primera vez desde el inicio del año. Se trata de un cambio
que podría ser duradero. “Es probable que el ciclo previo de alzas muy
modestas” no se materialice, dice Mark Baker, gestor de portafolio de mercados
emergentes de Standard Life Investments en Hong Kong. “Creo que hay una
narrativa en torno a condiciones de liquidez global más estrechas que podría
volver a cobrar importancia”, agrega.
En ese tipo
de entorno, los inversionistas podrían replantear la decisión de enviar dinero
a otros países que dependen del capital foráneo, como Turquía
y Sudáfrica, dice Baker. El rand sudafricano
cayó más de 1% ante el dólar el viernes mientras que el rendimiento de
su bono soberano
a 10 años subió a 9%, su mayor nivel desde septiembre.
Las empresas
asiáticas, por otra parte, emitieron deuda en dólares antes de la prevista alza
de tasas en EE.UU. en diciembre. Con el fortalecimiento del dólar contra las
monedas locales, esa deuda se ha vuelto más onerosa.
Los mercados
emergentes, en todo caso, son más resistentes que en 2013, cuando las
preocupaciones de que la Fed redujera su programa de compra de bonos generó una
ola de salidas. Los déficits en cuenta corriente de India e Indonesia, por
ejemplo, se han reducido.
De todas
maneras, los inversionistas mantienen la cautela debido a la incertidumbre
sobre la dirección de los bonos del Tesoro estadounidense.
“Si los rendimientos de
los bonos del Tesoro siguen escalando, a la larga eso ejercerá presión sobre
los mercados emergentes”, afirma Ashley Perrott, director de renta fija panasiática de
UBS Asset Management en Singapur. “Lo que usted considera inicialmente como
una oportunidad se puede transformar en remordimiento”.
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