Mosul:
El Estado Islámico envía drones espías y luego lanza coches bomba que solo
puede ser detenidos con proyectiles de tanques Abrams , y las tropas de elite
de Iraq son atacados desde la retaguardia por yihadistas que emergen de túneles
. Sin embargo, todavía están lejos del núcleo urbano. La consigna iraquí es
matar al máximo de la población civil, pues no hay campos de refugiados para
los 2 millones que viven en Mosul .
Entramos
en Mosul: la peor de todas las batallas para las fuerzas de élite de Irak
http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-11-13/mosul-estado-islamico-irak-cristianos-fuerzas-especiales_1288936/
Las primeras
calles están cortadas por trincheras. Banderas
blancas ondean en los tejados. En una vivienda, familias se refugian desde
hace días de los disparos y los ataques suicidas
Fuerzas
Especiales iraquíes durante combates contra el ISIS en el barrio de al-Zahraa
de Mosul, Irak (Reuters).
13.11.2016 – 19:15 H.
La
espléndida puesta de sol culmina en el horizonte; la cálida temperatura del día
se transforma en un repentino frío de noche. La oscuridad da paso al
característico ruido del generador, se encienden algunas luces en las viviendas
de Bartella, un pueblo
cristiano al este de Mosul que ahora aloja a las Fuerzas Especiales de
Irak (ISOF). En las calles abandonadas, las distintas brigadas han establecido
el mando de operaciones de la línea ofensiva del este de Mosul. Hoy han
recibido la visita del General Talib Sheghari,
un alto mando de esta unidad de élite, un avezado militar enfundado en la
clásica boina granate y unas gafas de sol Rayban. Con motivo del encuentro, los
soldados disfrutan de un banquete impropio de los días de ofensiva y rodean la
mesa para engullir pollo asado, ensaladas, pan y salsas con especias.
El teniente coronel Muntatha al Ansari entra en una de las
pequeñas villas de Bartella, propiedad de una familia cristiana que huyó hace
dos años tras la irrupción del Estado Islámico en el pueblo. Curiosamente,
todavía cuelga un cuadro de la última cena en la habitación principal.
El honorable
al Ansari, al que todos sus inferiores se refieren con el término
"hadretek", el equivalente árabe al usted, llega del frente al Samah
de Mosul. Es un hombre de complexión corpulenta, tez oscura, y una honestidad
atípica en los altos rangos de la hueste iraquí. “A las 8 de la mañana el enemigo (Daesh) ha mandado un dron sobre
nuestra posición. Conseguimos derribarlo pero quince minutos más tarde condujeron un coche bomba que provocó dos heridos y
dañó dos de nuestros vehículos blindados”, relata a El Confidencial.
Vídeo: Pilar
Cebrián.
La
Golden Division, líderes de la ofensiva
Las CTS
(Servicios Contra Terroristas) iraquíes, de las que dependen las tres brigadas
de las ISOF, se crearon en el año 2003 por las fuerzas de la Coalición y han
sido entrenadas por las tropas norteamericanas para “combatir insurgentes y
terroristas” en el frágil Irak post intervención de Estados Unidos.
A diferencia
del ejército regular, las CTS no están bajo el mando del Ministerio de Defensa,
sino que dependen de la oficina del Primer Ministro. Su armamento,
entrenamiento y uniforme es superior y han combatido contra la insurgencia
yihadista en Irak desde sus orígenes. “Antes la gente
nos llamaba la Dirty Division (División Sucia)”, revela Muntatha,
“porque continuamente deteníamos a sospechosos tras recibir una orden judicial.
Durante años mantuve en secreto mi pertenencia a la Golden Division,
simplemente decía que era un soldado del ejército”. No fue hasta 2014, tras la
irrupción de Daesh en Irak, cuando las ISOF
recuperaron su reputación y se popularizó el sobrenombre de la Golden Division.
Las
ISOF han sido las primeras tropas en entrar en Mosul, la 'capital' iraquí del Califato.
En los últimos diez días, han avanzado en varios barrios del este: al Malayin, al Khadra, al Samah, Aden, Kirukli, al Karama,
Zahra y Gogjali, que no forma parte del área municipal, y también en
Tahrir, Zuhour y Qadisiyah.
Sin
embargo, todavía están lejos del núcleo urbano aunque se aproximan a las ruinas de la ciudad antigua
de Nínive. En una tableta, Muntatha traza los movimientos de sus unidades sobre
un mapa de Mosul en una aplicación que se actualiza con el consentimiento del ejército estadounidense (ATAK).
Del eje este se encargan las Brigadas 1, 2 y 3 de las ISOF;
del sureste, la División 9 del ejército
iraquí;
y del noroeste, la División 16.
“Algunos días hemos luchado dentro de una
misma casa”, revela a El Confidencial el portavoz de la Golden Division, Sabah
al Numan. “Los de Daesh estaban en la cocina y nuestras fuerzas, en las
habitaciones de al lado”. Las unidades de élite no han
sido entrenadas para el combate urbano, están más preparadas para el
asalto al domicilio de un yihadista que para una batalla como la de Mosul.
Altos mandos
de la Golden Division, que piden mantener el anonimato, aseguran que el gobierno de Irak no ha esperado a que las ISOF, la División 9
y la 16 avanzaran de manera conjunta.
“El Primer Ministro al
Abadi quería que fuéramos la Golden Division los que lideráramos la entrada en
Mosul”, algo que
podría haber entorpecido la eficacia del bloque iraquí, ya que las ISOF han
tenido que afrontar sin apoyos el inicio del asalto casa por casa.
Estas mismas
fuentes llegan a sugerir que el plan militar no es
bueno. “Se propuso crear un bloque desde la presa de Mosul (oeste) hasta
el este para cercar la ciudad y evitar que los de Daesh escaparan, pero el
Gobierno decidió entrar sólo por la vía del este. De esta manera, los
combatientes yihadistas tienen una vía de salida hacia Siria por donde están
recibiendo refuerzos”.
Miembros de
las fuerzas especiales en combates contra el ISIS en Mosul, en el barrio de
al-Zahraa (Reuters).
La
peor de todas las batallas
Las primeras
calles que entran en Mosul están cortadas por trincheras
de un metro de tierra, barricadas de metralla, restos de cisternas y metal
colocados en una línea defensiva. El paisaje urbano lo componen pequeñas
viviendas de hormigón, pedazos de asfalto destrozado y un tendido eléctrico
derribado. Los muros también muestran las huellas de la metralla y algunas
ventanas están cubiertas con sábanas. Banderas blancas ondean en los tejados,
los civiles han decidido manifestar su postura indefensa y desarmada.
La columna de Humvees negros de las ISOF se introduce por
la avenida de al Khadra hasta llegar a al Samah, un suburbio periférico que, en
el período anterior a 2003, se conocía como el barrio de Sadam. Las fuerzas
especiales han tomado varias viviendas, una de ellas, una casa de valla
amarilla con un pequeño porche delantero.
El factor sorpresa está siendo los túneles que los yihadistas
usan para atacar a la retaguardia. Muntatha reconoce que 'no esperábamos
esta gran cantidad de coches bomba dentro de Mosul'
Los
estallidos del mortero hacen temblar las puertas y las ventanas del minúsculo
salón, donde los soldados ofrecen asiento al teniente coronel Muntatha.
Según
explican, los yihadistas contraatacan con morteros y
granadas. “Eso es un misil Tos (lanzacohetes
múltiple) de las ISOF”, afirma Muntatha tras una explosión, “el frente
está a apenas 250 metros de aquí”.
Los miembros del comando, que visten kufiyas
de colores, gorras y camisetas negras con estampados de cadaveras, insisten en
que la moral de la unidad es alta.
“Incluso,
soldados que han perdido una pierna suplican volver a Mosul”, asegura el
oficial, aunque sus ojeras y la cara de preocupación sugieren que el combate no
está resultando fácil.
Sentado en
el suelo, Abu Shifa, un francotirador con un ojo de cristal, recuerda que
combatir a Daesh es como “luchar contra robots sin religión y sin ningún tipo de
ideología”.
El factor
sorpresa de esta ofensiva está siendo la utilización de los túneles que los yihadistas usan para atacar a la retaguardia.
También abren agujeros en las paredes para pasar
de vivienda a vivienda y cambiar rápidamente de posición evitando la
vigilancia. Muntatha reconoce además que “no esperábamos esta gran cantidad de coches bomba dentro de
Mosul”.
Esta misma mañana, un combatiente yihadista ha
conducido un coche bomba hacia esta posición. Las ISOF han conseguido abatir al
conductor, que había blindado ruedas, parabrisas y ventanas con placas de metal
para que las fuerzas iraquíes no detuvieran la misión suicida. La unidad se
dispone a hacer estallar el vehículo, primero lanzan un cohete antitanque AT-4, pero no es suficiente, así que lo eliminan
con un proyectil de un tanque Abrams.
Civiles
atrapados en la fortaleza yihadista
“¡La la la
la la!”, se escucha tras la fuerte explosión del coche bomba. Una mujer entona
el Zagharit, un alarido de dolor y furia típico en África y Oriente Medio,
desde una de las casas contiguas.
En una de
ellas, dos familias se refugian desde hace días de los disparos y los ataques
suicidas. “Estamos muriendo aquí y moriremos también allí (en los campos de
desplazados)”, lamenta a El Confidencial
Fawsi Walid, el padre de la familia, que asegura que no abandonará su hogar en
los próximos días. La pequeña vivienda de dos plantas se sacude por el fuego de
mortero. “Los coches bomba han roto las ventanas, cuando hay una explosión
llevo a los niños a otra habitación”, aclara.
Por la casa
corretean más de diez niños pequeños, uno de ellos, bebe una sopa de trigo mezclado con agua. “¿Ves esto? Es lo que hemos
estado comiendo durante dos meses”, lamenta otro miembro de la familia,
mientras recuerda los últimos dos años bajo la tiranía de Daesh. “Soy fumador
por lo que solían castigarme con latigazos, otras veces, me cobraban una
multa”, revela Fawsi. Las dos familias mantienen la esperanza de que los
iraquíes avancen hacia el núcleo de la ciudad y pronto lleguen provisiones al
barrio de al Samah. Según afirman las ISOF, no hay suficiente espacio en los campos
de desplazados para los cerca de dos millones de civiles que viven en Mosul,
“sólo
los residentes de Gogjali (una zona del extrarradio) ya ha llenado el nuevo
campamento de Khazir”, afirma Muntatha.
En Gogjali,
dos grupos de hombres civiles esperan agazapados en el margen de la carretera a
que las ISOF les trasladen a las zonas de refugio. Ziat, un joven de 24 años,
explica que “hace dos años Daesh movió a la población de 18 pueblos de Khazir
al interior de Mosul” para usar a los civiles como escudos humanos. Estos días,
las fuerzas iraquíes y kurdas comprueban en la base de datos la identidad de
los desplazados para averiguar quiénes tuvieron vínculos con Daesh. Cuando
llegan a los campamentos, los hombres mayores de 16 años deben pasar por la
zona de tránsito. Algunos están diez minutos, pero otros han llegado a esperar
durante tres semanas. “Acabamos de detener a un imán de la mezquita porque era
de Daesh, está justo detrás de ese coche, arrestado”, concluye uno de los
'operators' iraquíes.
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