Japón
se prepara para el estallido de la próxima supernova
http://elpais.com/elpais/2016/11/08/ciencia/1478560436_679661.html
Un sistema
informático emplea la información que llega al observatorio de neutrinos
Super-Kamiokande para detectar el estallido de una estrella en el momento que
suceda
DANIEL
MEDIAVILLA
8
NOV 2016
-
Reconstrucción
de la supernova 1987A a partir de observaciones de telescopios en distintas
longitudes de onda ESO/NASA/ESA
El
24 de febrero de 1987,
desde el observatorio chileno de Las Campanas se detectó un intenso brillo en
el cielo. Era una supernova producida por el estallido de una estrella que
había agotado su combustible. El cataclismo se había producido a las afueras de
la Nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de
Magallanes, una galaxia enana situada en el vecindario de nuestra Vía
Láctea. Este fenómeno, que solo se produce en nuestro entorno galáctico tres o cuatro veces cada siglo, permitió
además detectar los primeros neutrinos procedentes de
fuera del Sistema Solar. La captura de esos neutrinos extrasolares se
produjo en el observatorio japonés Kamiokande.
Aunque eran solo 24, proporcionaron gran cantidad de información sobre la
supernova e hicieron merecedor del Nobel de física
Masatoshi Koshiba.
Los
neutrinos son unas partículas sin carga eléctrica que interactúan muy poco con
el resto de la materia y pueden viajar por el cosmos sin verse afectados por
los campos magnéticos que desvían otro tipo de partículas. Eso hace fácil
determinar su origen y les convierte en buenos mensajeros para estudiar
violentos fenómenos como las supernovas o los agujeros negros. El observatorio
de Kamioka, construido en una mina a un kilómetro bajo tierra a principios de
los 80, fue sustituido por una versión mejorada del experimento. Un gran tanque de 45 metros de diámetro por 45 metros metros
de altura, lleno con 50.000 toneladas de agua pura, sirvió como trampa
para atrapar estas escurridizas partículas.
Aún no se sabe por qué no se ha
podido encontrar la estrella de neutrones que debió quedar tras la supernova de
1987
Ahora, según
adelantaba la Agencia Sinc esta semana, los miembros de la colaboración
internacional de científicos que trabaja en Super-Kamiokande han desarrollado
un sistema de vigilancia para estar listo en caso de que estalle una supernova
y poder detectarla. Según explica Luis Labarga, investigador de la Universidad
Autónoma de Madrid y uno de los autores del artículo que explica el plan en la
revista Astroparticle Physics, “se trata de
un sistema informático que está analizando constantemente los datos que va
recogiendo el detector para ver si hay algún tipo de exceso de flujo, de
sucesos, que permita obtener una pequeña estimación probabilística de si es o
no una supernova”. “La idea es poder saber si ha ocurrido una supernova en las siguientes
horas o minutos a que suceda”, añade.
En caso de
que la respuesta de esta alerta temprana sea positiva, se enviaría un aviso a
observatorios de todo el mundo con las coordenadas del lugar del cielo en el
que ha ocurrido para que puedan estudiar el fenómeno. “La ventaja de Super-Kamiokande es
que si existe una supernova galáctica lo va a ver siempre porque no está
mirando a ningún lado. Los telescopios ópticos, sí”, apunta Labarga.
Además, los neutrinos llegan antes que los fotones a la Tierra.
Esto sucede por la propia naturaleza fantasmagórica de los neutrinos, que
atraviesan con facilidad la materia de la estrella. Mientras tanto, los fotones, las partículas que componen la radiación que vemos
en forma de luz o que compone los rayos X, se ven trabados por esta
materia y tardan más en salir tras el estallido. Ese retraso hace que lleguen
más tarde a la Tierra y den tiempo a que los telescopios ópticos se orienten
hacia el lugar donde gracias a los neutrinos se sabe que hubo una explosión.
Cuando
estalla una supernova, la mayor parte de la energía que
se libera lo hace en forma de neutrinos. Por eso, estudiar estas
partículas puede ayudar a entender bien estos fenómenos. Algunos de los objetos
que se pueden estudiar mejor gracias a este nuevo tipo de astrofísica son las
estrellas de neutrones y los agujeros negros, monstruos de materia
superconcentrada que aparecen cuando las estrellas se colapsan bajo su propia
gravedad.
Uno de los
misterios que han rodeado a la supernova detectada en 1987
procede de la imposibilidad de detectar la estrella de neutrones que
debería haber quedado tras el estallido de la estrella original. Algunas
hipótesis para explicar la ausencia de esa estrella apuntan a que podría haber acumulado materia suficiente para producir un nuevo
colapso y acabar convertida en un agujero negro.
Gigantescas trampas para neutrinos como la japonesa de Kamioka pueden ayudar a
resolver este y otros enigmas.
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