Qué
es el ‘caso Odebrecht’ y cómo afecta a cada país de América Latina
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La enorme
trama de corrupción del gigante de la construcción sacude a la clase política
latinoamericana
ANTONIO
JIMÉNEZ BARCA
São
Paulo 9 FEB 2017 - 05:29 CET
En junio de
2015, la policía brasileña encargada de investigar la macrotrama corrupta de la
petrolera estatal Petrobras arrestaba, en su lujosa casa de São Paulo, a uno de
los empresarios más poderosos de Brasil, Marcelo Odebrecht. El mundo económico
brasileño se echó a temblar; el mundo político, también. Y no han parado desde
entonces de hacerlo. Los secretos que podia guardar el nieto –y ya por entonces
presidente- de la mayor constructora de América Latina, con 168.000 empleados,
y con ramificaciones en 28 países, entre otros, en Venezuela, Colombia, Perú o
EE UU, eran de tal calibre y de tal potencia que podían, por si solos, derribar
presidencias o hacer caer gobiernos en toda la región.
Durante
muchos meses, Marcelo, un hombre pagado de sí mismo y de carácter fuerte, se
negó a aceptar el regalo envenenado de la Fiscalía brasileña: confesar lo que
sabía –esto es: a quién había sobornado para conseguir contratos golosos- a
cambio de rebajar la condena. Pero la situación en caída libre de la empresa,
sobre la que pesaba una prohibición de presentarse a concursos públicos, más
las pruebas recogidas por los investigadores (la carpeta olvidada de una
secretaria en la que figuraban los nombres y apodos de los políticos
sistemáticamente sobornado constituyó una de las más concluyentes) le hicieron
doblegarse.
Aceptó
cantar y delatar a cambio de rebajar diez años la
condena (de 19 años). Con él, otros 77 altos cargos de la empresa se
prestaron también a dar nombres, fechas y cuantías a la policía a cambio de
años de libertad.
Además de
pedir perdón públicamente, la empresa, asimismo, se avino a pagar la mayor
multa impuesta a una compañía acusada de corrupción: 3.500 millones de dólares,
repartidos entre los Gobiernos de Brasil, EEUU y Suiza (países que también
investigaban a Odebrecht por sus prácticas corruptas). A cambio, dejaba de
estar proscrita y volvía a poder concursar a obras públicas, su principal
fuente de ingresos.
Pero una vez
que las investigaciones se habían puesto en marcha, nada iba a impedir que el
torrente de revelaciones siguiera arrasándolo todo. Desde EE UU y pasando por
las fiscalías locales, ya afecta, fuera de Brasil, al presidente colombiano
Juan Manuel Santos y al expresidente peruano Alejandro Toledo. “Odebrecht
empleó una secreta, pero totalmente funcional, unidad de negocios de la
empresa-un departamento de sobornos, por decirlo de alguna manera- que,
sistemáticamente, pagó cientos de millones de dólares para corromper a
funcionarios del Gobierno en países de los tres continentes", afirmó en
diciembre de 2016 Sung-Hee Suh, fiscal general asistente de la División Criminal
del Departamento de Justicia norteamericano.
Nada apunta
a que la tormenta vaya a parar. Al contrario. Las confesiones de los más de 70
altos cargos (incluida la de Marcelo Odebrecht) están hoy por hoy en Brasil
protegidas por el secreto de sumario. Pero no lo estarán por mucho tiempo y,
más pronto o más tarde, se harán públicas. La prensa brasileña las denomina,
acertadamente, “la confesión del fin del mundo”. Hace un mes se filtró la
declaración de uno de esos altos cargos. Solo uno. Se llamaba Cláudio Melo Filho y su trabajo consistía, según
afirmó ante la policía, en presionar (y sobornar) a políticos brasileños a
cambio de que favorecieran los intereses de la empresa a la hora de conceder
contratos o modificar leyes. Aseguró también que el actual presidente, Michel Temer, aceptó en la terraza de su palacio 10
millones de reales (más de 3 millones de euros) para su
campaña electoral. Lo que esconda la declaración de Marcelo Odebrecht,
que trataba con presidentes y ministros de muchos países, es dinamita pura a
punto de estallar.
Esto es lo
que se va conociendo de las diferentes investigaciones:
COLOMBIA
La
posibilidad de que el caso Odebrecht, empresa que confesó haber pagado en Colombia 11 millones de dólares en sobornos, salpicase
al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha desatado un tsunami político
desde el martes por la noche en el país sudamericano. La Fiscalía aseguró que
parte del dinero recibido como soborno por un exsenador detenido a principios
de año “habría” terminado en la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en
2014. Este miércoles, el fiscal salió a matizar ese condicional y explicó que
responde únicamente al testimonio del exsenador detenido pero que no hay prueba
física de que ello ocurrie
ello
ocurriese, por lo que ha pedido que se investigue, un reclamo que ha hecho el
propio presidente. Mientras, el Gobierno en pleno salió en defensa de Santos.
El pasado 14
de enero fue detenido el excongresista del Partido Liberal Otto Bula, acusado
de recibir una comisión de 4,6 millones de dólares por favorecer a Odebrecht en
la concesión de una carretera. A partir de la declaración de Bula, la Fiscalía
emitió el comunicado matizado después. (Más informacion)
BRASIL
Las tramas
corruptas que afectan a la clase política y empresarial de Brasil se
entremezclan y el caso Odebrecht no es una excepción. Según la investigación en
torno a la causa abierta que afecta a la petrolera estatal brasileña Petrobras
se calcula que de los 20.000 millones de reales (6.400 millones de dólares)
desviados, 7.000 (2.250 millones de dólares) fueron a parar a Odebrecht. Se
cree que la multinacional accedió a esa fuente de dinero pagando hasta 1.000 millones de reales (320 millones de dólares) en
sobornos a políticos y otros agentes públicos, generalmente en forma de
donaciones para campañas electorales.
Hasta el
momento, la pieza judicial vinculada a Odebrecht requería de que una instancia
judicial diera validez a la confesión de hasta 77 de sus ejecutivos. Así lo
hizo el Tribunal Supremo el pasado 30 de enero. La confesión se encuentra bajo
secreto de sumario pero la prensa brasileña ha ido filtrando al público algunos
nombres clave, entre los que están el actual presidente, Michel Temer y a sus
antecesores Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva.
Están también dirigentes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB),
desde José Serra, actual ministro de Exteriores, a Geraldo Alckmin, gobernador
de São Paulo y hombre fuerte para las generales de 2018. (Más información).
PERÚ
La Fiscalía
anticorrupción ha solicitado 18 meses de prisión preventiva para Alejandro Toledo, presidente del país entre 2001 y 2006.
A Toledo, que se encuentra en París junto a su mujer Eliane Karp, se le acusa
de haber recibido 20 millones de dólares en sobornos de
Odebrecht, a la que habría favorecido en la carretera Interoceánica Sur,
que une Perú y Brasil. Desde la capital francesa ofreció una entrevista al
programa Cuarto Poder, donde negó haber recibido los sobornos denunciados.
Toledo no es
sin embargo el único expresidente peruano salpicado por la trama de corrupción
de Odebrecht. La situación judicial del expresidente
Ollanta Humala se enmarañó tras la revelación del diario brasileño Folha de Sao Paulo de que la empresa había entregado
tres millones de dólares a su campaña presidencial. Antes de esta revelación,
la justicia peruana ya investigaba desde hace meses a Humala
por lavado de activos en el financiamiento de sus campañas.
Además, el
pasado 31 de enero, las autoridades peruanas detuvieron a su llegada de Estados Unidos a Jorge Cuba, viceministro de Comunicaciones durante
el segundo mandato presidencial de Alan García,
predecesor de Humala. La Fiscalía acusa a Cuba de obtener dos millones de
dólares por ayudar a Odebrecht a quedarse con la licitación de unas obras de
metro.
Pero no sólo
por corrupción ha salpicado Odebrecht la vida de los peruanos. Perú tuvo que
cancelar la semana pasada el contrato para construir el Gasoducto del Sur, cuya inversión de 7.000 millones de dólares ha
sido la mayor en infraestructura en la historia de este país. El consorcio
encargado de la obra, encabezado por Odebrecht, no contó con la financiación
necesaria para terminarla. Ha sido multado.
ARGENTINA
Odebrecht Argentina
Obras de
Odebrecht en la provincia de Córdoba (Argentina). EFE
En Argentina
estaba muy instalada la idea de que el caso Odebrecht era un problema del
kirchnerismo. Durante los 13 años en el poder de Néstor y Cristina Kirchner la
multinacional brasileña hizo grandes negocios y, según la investigación
judicial, aportó a “intermediarios” en Buenos Aires 35 millones de dólares que
le permitieron acceder a contratos por unos 278 millones de dólares. Sin
embargo, el escándalo ha dado un vuelco inesperado y ha tocado de lleno el
entorno del presidente actual, Mauricio Macri.
El jefe del espionaje argentino, Gustavo Arribas, íntimo amigo
del presidente –hasta el punto de que le alquila el departamento de lujo en el
que vivía antes de trasladarse a la residencia oficial- se ha visto obligado a
declarar ante la justicia argentina por unas transferencias de casi 600.000 dólares que le hizo en 2013 Leonardo Meirelles, la
persona que utilizaba habitualmente Odebrecht para pagar sus sobornos. La
hipótesis que manejó La Nación, el diario que publicó la noticia, es que se
trataba de una coima por la obra del tren Sarmiento, en la que participaba el primo de Macri, Ángelo Calcaterra.
El Gobierno
argentino desmintió indignado esta hipótesis y Macri defendió a su amigo: “No
entiendo de dónde sacan la vinculación con Odebrecht, es un cuento”, llegó a
decir. (Más información)
MÉXICO
Odebrecht
reconoció haber pagado 10,5 millones de dólares en
sobornos a “altos funcionarios de una empresa controlada por el Estado
[mexicano]”. Los representantes de la constructora brasileña admitieron
en diciembre a las autoridades judiciales de Estados Unidos que el pago de
coimas se hizo entre octubre de 2013 y finales de 2014 para ganar contratos con
una compañía de la que no revelaron el nombre.
La
Secretaría de la Función Pública (SFP), que se encarga de investigar las acusaciones de corrupción
en contra de funcionarios, dijo que investigaría el caso. Petróleos Mexicanos
(Pemex, la petrolera paraestatal) también se pronunció públicamente en favor de
revisar tres grandes contratos que otorgó a Odebrecht y por los que obtuvo 39
millones de dólares en beneficios. Entre ellos la construcción al norte del
país del gasoducto Los Ramones, de 450 kilómetros de longitud, y el
acondicionamiento de un terreno donde se levantará la refinería de Tula,
Hidalgo.
En el tiempo
en que se pagaron los sobornos, Pemex era un actor central en la apertura del
sector energético mexicano. A finales de enero, Arely Gómez, la titular de la
SFP, dijo que el caso de los sobornos de Odebrecht a funcionarios mexicanos es
una de sus prioridades, pero no presentó ningún avance en la investigación.
VENEZUELA
Según el
detalle del caso abierto por la justicia norteamericana, en el caso de
Venezuela, los pagos fueron de 98 millones de dólares
a varios intermediarios que dijeron tener acceso directo a compañías públicas.
El objetivo de Odebrecht era obtener información confidencial sobre proyectos y
garantizarse concesiones.
REPÚBLICA
DOMINICANA
Odebrecht
pagará en este país y a lo largo de ocho años los 184 millones de dólares que
se comprometió a entregar al Estado dominicano en concepto de compensación por
los sobornos que la compañía admitió haber pagado en el país para obtener
contratos de obras públicas. La Fiscalía reveló el pasado 2 de enero, según
recogió Efe, detalles del acuerdo firmado con la empresa brasileña, alcanzado
el pasado 20 de enero, por el cual esta se comprometió a abonar dicha cantidad.
Según el
acuerdo, "dicho monto será desembolsado paulatinamente en un plazo de 8
años, mediante pagos anuales parciales hasta enero del año 2025, iniciando con
un primer abono de 30 millones de dólares, desembolsado a la firma del acuerdo
el pasado miércoles". Destacó que, además de Brasil, República Dominicana
es "el único país latinoamericano que, a la fecha, ha logrado una
compensación que duplica el monto de los sobornos reconocidos".
ECUADOR
Ecuador
también se ha visto afectado. Funcionarios del Gobierno recibieron pagos por 33,5 millones entre los años 2007 y 2016. En la
actualidad, la Fiscalía ecuatoriana ha pedido ayuda a España para tomar
declaración a Rodrigo Tecla Durán, un implicado
detenido en suelo español que puede aportar información sobre el caso Odebrecht
en Ecuador, según informa EFE. Durán es investigado por presunto lavado de
capitales, soborno de funcionarios y pertenencia a una organización criminal.
(Más información).
PANAMÁ
Así como ha
pasado con República Dominicana, la firma Odebrecht ha cerrado un acuerdo
verbal con las autoridades de Panamá para, en primer lugar, pagar una
indemnización por la trama de sobornos en el periodo 2010-2014 y, en segundo
lugar, colaborar en la investigación si es necesario. Según informó la Fiscal
General panameña el pasado 12 de enero, la constructora brasileña pagará como
reparación 59 millones de dólares.
Con
información de Gil Alessi, Tom C. Avendaño, Joan Faus,
Javier Lafuente, Ana Marcos, Luis Pablo Beauregard, Raúl Tola y Carlos E. Cué.
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